Un par de manos nuevas
—¡Zoey! —gritó su compañera, pero ya era demasiado tarde. La máquina bajó con todo su peso y el destino quiso que Zoey no lograra quitar las manos a tiempo y terminó cortándoselas de cuajo. Ella no gritó en seguida. Los primeros instantes los dedicó a observar aquel estropicio; Zoey no daba crédito a lo que veía, se sorprendió a sí misma pensando en lo extraño que le parecían los muñones amputados. A continuación, el dolor la golpeó con la fuerza y tempestividad de una guillotina y se desmayó.
La medicina es milagrosa: dos días después Zoey ya disponía de unas réplicas de sus manos exactamente iguales. La tecnología había llegado a tal nivel que incluso la textura se sentía como la piel de verdad.
—Da miedo —dijo Zoey, y sin embargo tenía una enorme sonrisa de felicidad pintada en los labios—. Si no fuera porque las perdí delante de mis ojos, pensaría que son las mías.
—Por supuesto que sí —afirmó la doctora—. Son el último modelo. Pero aun así notará algunas diferencias.
—¿En qué sentido?
—Todas nuestras prótesis además de ser más fuertes, son también más inteligentes. Ya verá cómo se le hará más fácil realizar trabajos con las manos biónicas. Muchos pacientes experimentan grandes cambios en sus vidas después de ponerse una de estas prótesis. Sin importar la parte del cuerpo que hayan perdido.
—Ya veo, pero a mí todavía me cuesta mucho moverlas.
—Es normal, dese cuenta de que su cerebro necesita adaptarse. Estará un tiempo con nosotros realizando ejercicios hasta que le salga natural.
Cuando hubieron terminado de hablar la doctora se marchó y le aconsejó descansar.
Zoey se disponía a pasar su tercera noche en el hospital. El rastro de aquel dolor indescriptible había desaparecido. Se acostó a dormir pensando en que pronto podría volver a la normalidad.
Sin embargo, horas después de dormirse Zoey estaba teniendo una pesadilla horrible. Soñaba que sus antiguas manos regresaban e intentaban estrangularla. Su garganta le ardía mientras éstas le clavaban las uñas afiladas y ensangrentadas. Zoey sentía una tremenda opresión en el pecho. El aire, ¡le faltaba el aire! Se despertó de golpe y contempló con horror cómo se estaba estrangulando a sí misma. Las manos biónicas no cedían y continuaban apretándola. La mujer intentó pedir ayuda, pero las palabras murieron rumbo a la boca. Zoey siguió retorciéndose y gimiendo hasta que se les pusieron los ojos en blanco.
A la mañana siguiente, la doctora entró en la habitación transportando un carrito cubierto por unas sábanas. Se acercó al cadáver de la mujer y empezó a hablar:
—Has hecho un buen trabajo. —Se dirigió a las manos biónicas, que permanecían inmóviles. A continuación se acercó al carrito—. Mira lo que tenemos para ti.
Quitó las mantas. Lo que había allí encima era una copia exacta de la cabeza de la difunta Zoey Barnes, contenida en un enorme frasco de cristal y dentro de un líquido verdoso.
—Las otras partes llegarán después —dijo la doctora—. Te entregaremos información sobre la mujer y actuarás como ella durante un tiempo, hasta que llegue el momento.—Sonrío—. Pronto llegará el día donde los hombres serán nuestros esclavos. Bienvenido al comienzo de una nueva era, prototipo R2D2Y. ¿O debería empezar a llamarte Zoey?
Un par de manos nuevas (Relato breve)
Un par de manos nuevas (Relato breve)
Última edición por Roxas el 05 May 2017 18:36, editado 1 vez en total.
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Re: Un par de manos nuevas (relato breve)
El principio muy bien, pero el final ya no tanto. Es como si quisieses quitarte el cuento de golpe.
Y dos cositas: imagino que querías decir contorsionándose o retorciéndose y no contorciéndose.
Quita la calificación de espeluznante. El lector debe ser el que califique a la cabeza. Además, que habrá a quien después del espeluznante la cabeza en el frasco no le parezca para tanto.
Y dos cositas: imagino que querías decir contorsionándose o retorciéndose y no contorciéndose.
Quita la calificación de espeluznante. El lector debe ser el que califique a la cabeza. Además, que habrá a quien después del espeluznante la cabeza en el frasco no le parezca para tanto.
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Re: Un par de manos nuevas (relato breve)
Como siempre, te agradezco que te tomes el tiempo para comentar.
No sé de dónde he sacado "contorciéndose", vaya lapsus.
Me gustan tus correcciones, así que las voy a incorporar todas.
Una pregunta, ¿por qué te dio esa sensación hacia el final?
Un saludo, Lucia.
No sé de dónde he sacado "contorciéndose", vaya lapsus.
Me gustan tus correcciones, así que las voy a incorporar todas.
Una pregunta, ¿por qué te dio esa sensación hacia el final?
Un saludo, Lucia.
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Re: Un par de manos nuevas (relato breve)
Porque va todo con un ritmo constante y en la última frase nos cambias el escenario a la suplantación y posible invasión. Aunque debo decir que en la relectura sin el espeluznante el final queda mejor.
Se me olvidó comentar el R2D2
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