Lo terminé hace dos días, en un tiempo récord para mi, que últimamente ando escaso de tiempo para leer.
A ver si consigo ir por partes.
Lo primero que me ha gustado son los personajes. Tanto los protagonistas como los secundarios están bien diseñados y sus respectivos caracteres bien definidos. Raf Enkels quizás es el mejor ejemplo.
Después la localización. No sé si Víctor ha estado en Holanda, en el pueblo en el que se desarrolla la historia, pero lo parece. Para ser un lugar tan lejano con respecto a nosotros, acabas con la sensación de que conoces la ciudad y algo de su historia.
La trama. El punto más fuerte de la novela. Víctor Conde me dijo en una ocasión que tenía ganas de revisitar los monstruos clásicos del terror moderno. De momento lo ha hecho con los zombis en
Naturaleza muerta y con los licántropos en
Hija de lobos. En esta ocasión le ha tocado el turno de las sirenas. Tenía mucha curiosidad por saber cómo iba a desarrollar este tema, si desde la perspectiva romántica de mujeres con cola de pez (cosa que me parecía altamente improbable) o si se iría más lejos, a las raíces del mito. Pues bien, por fortuna para todos fue lo segundo. Todo un acierto.
La ambientación. Con esta novela he confirmado algo que ya sospechaba: me da muy mal rollo el terror relacionado con el mar. Barcos hundidos, criaturas abisales, buceadores... Mucho yuyu. Esta novela me ha puesto los pelos de punta en más de una ocasión.
En resumen y generalizando un poco, ha sido una novela adictiva, de terror del bueno, sin sangrerío ni evisceraciones, que te atratapa ya desde el prólogo.
Altamente recomendable.
Escritor, autor de la saga de Fantasía "La senda del destino".
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