Leí Beltenebros cuando se publicó. Le seguía la pista a Muñoz Molina, que entonces creo estaba comenzando. Leía todas sus entrevistas, y Beltenebros venía avalada por un montón de buenas críticas. Me gustó la descripción de ese Madrid oscuro, de los bares con los suelos llenos de porquería, y de la zona industrial cerca de la estación de Atocha, que cuando salió la novela existía en gran parte. Afortunadamente después se restauraron el teatro Pavón y se reacondicionó –sin mucha fortuna- el Hotel Nacional de Atocha, que son localizaciones muy bien usadas en el relato. No sé si entonces vivía ya en Madrid Muñoz Molina, pero se notaba que estaba descubriendo deslumbrado la ciudad. A mí que me atrae todo ese Madrid, me interesó la novela.
Sin embargo me pareció poco creíble la peripecia del protagonista. No empatizo con esto de los maquis o similares, y
el final apresurado en las últimas páginas en plan traca |
, no me gustó nada de nada. Me dejó una sensación agridulce. La redacción,eso sí, es un placer. Cómo escribe este hombre.
La película ni mencionarla.
