Los laberintos del espejo - Alfonso S. Palomares

[BARSABA]

Una precisa radiografía de la mentira como base del periodismo.

La novela “Los laberintos del espejo” de Alfonso S. Palomares se presentó en la Casa de Galicia en Madrid el pasado martes 01 de junio, una novela que desarrolla una precisa radiografía de la mentira como base del periodismo, de cierto periodismo. Como maestros de ceremonias acudieron Ricardo Artola (Director de Ediciones B) y José Ramón Ónega (Director de la Casa de Galicia). Pero la presentación en sí corrió a cargo del ex-presidente del Gobierno Felipe González que, en un tono distendido, casi cómplice, hizo una exposición de cuáles son las armas que el llamado Cuarto Poder puede esgrimir para manipular la sociedad, y cuáles son los peligros que pueden ocasionar dichas situaciones. A partir de esas premisas, Felipe González fue desgranando a los asistentes (entre los que se encontraba Manuel Fraga) los aspectos más importantes que se han de tener en cuenta en la novela de Alfonso S. Palomares.
La novela gira en torno a un periódico español, más concretamente al director amoral y ególatra de un periódico que tiene la habilidad de camuflarse como un diario serio cuando en realidad es manipulador. Pascual V. Rosales es capaz de dictar desde las páginas de El Espejo una moral que él no se aplica e imprimir miedo al resto, que no reaccionan por miedo a las consecuencias que pueden pesar sobre ellos si plantan cara a un personaje tan poderoso e influyente. Pascual V. Rosales basa toda su estrategia en fabricar noticias falsas pero verosímiles, esto es, que puedan ser creídas y que además encaminen al lector hacia un fin determinado. El contrapunto a esta práctica la da un productor cultual libanés que lucha por desenmascarar esa gran mentira.
Según Felipe González, la novela denuncia este tipo de periodismo mostrando que es un peligro para la democracia (o la mediocracia, como en más de una ocasión la denominó el ex-presidente González, término que puede usarse para aplicar a la democracia influida por los medios de comunicación, o también por ser una democracia mediocre).
Por su parte, Alfonso S. Palomares, autor de la obra, añadió que había titulado al periódico como El Espejo en clara referencia a Borges ya que él siempre decía que los espejos eran malditos porque eran capaces de distorsionar la realidad, y también como homenaje a Albert Camus como paradigma de la ética de la segunda mitad del siglo pasado. Quiso ser muy preciso que toda la novela es ficción, que nada ni nadie puede buscar parecido con una realidad concreta y actual con nombre y cara en los medios. Su intención al escribir esta novela es dejar patente el peligro de la verosimilitud como arma en los medios de comunicación y la manipulación del periodismo finalista, esto es, que persigue un fin concreto como linchar o promocionar a un sujeto. Utilizada así, la información (o desinformación) se convierte en un ariete para alcanzar el poder, lo que resulta claramente amoral.

Sinopsis:
Pascual V. Rosales, director de El Espejo, es el maestro de un amarillismo informativo
tan hábilmente calculado que hace pasar a su periódico por un diario serio. El Espejo es un diario de autor, una moda perversa en la que el director lo condiciona todo y las noticias en sus manos son hinchables como globos y elásticas como chicles, convirtiendo la realidad en reversible.
Los dos escenarios de la novela son Madrid y Beirut. Comienza con la celebración del 15.º aniversario de El Espejo, donde una serie de situaciones esperpénticas convierte la efeméride en un fracaso ridículo. David Talmati, un productor cultural libanés, afincado en Madrid, planta cara a los desafueros de Pascual V. y de ahí salen una serie de encuentros encarnizados y programados linchamientos mediáticos.
Pascual V. Rosales desde El Espejo alentó una campaña contra Talmati produciendo tensas situaciones dramáticas basándose en informaciones tergiversadas, diseñadas por él.
Los espejos y sus juegos en la destrucción de la realidad tienen un papel muy importante y literario a lo largo de la novela. Pascual V. Rosales utiliza su periódico El Espejo, no como un medio informativo sino como un instrumento rencoroso de influencia y poder.

[jonathan stride]

umm, parece un tanto complejo este libro, eso o que me ha dado la impresión después de todo el texto
habrá que seguirle la pista