La chica del tren - Paula Hawkins
Moderador: Runita
Re: La chica del tren - Paula Hawkins
Pensaba autoregalarmelo para este verano pero vuestros comentarios me echan para atrás
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- Aisha
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Re: La chica del tren - Paula Hawkins
Llevo una cuarta parte del libro y todavía me estoy poniendo en situación. El hecho de contar lo que sucede día tras días me recuerda a perdida pero bueno sigo leyendo y comentando
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Re: La chica del tren - Paula Hawkins
Es el típico libro de verano: te enganchas muchísimo, lo lees en una tarde, lo tiras a la basura.
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- jonathan stride
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Re: La chica del tren - Paula Hawkins
acabado
Ya tenemos aquí el éxito editorial del verano. A estas alturas poco importa si se trata de un producto literario de calidad o sólo de un sacacuartos oportunamente publicado y mejor promocionado. Lo realmente importante es que las masas acuden poco menos que enfervorecidas a su librería más cercana en busca de su ejemplar. Porque tal, cual o Pascual lo ha recomendado. Y es un lector de proa, con una media de un par de novelas leídas al año. Una jodida barbaridad, se mire por donde se mire. Y claro, hay que hacerle caso. Porque yo, que leo también dos libros por ejercicio, incluso tres en año bisiesto (lo sé, soy un atrevido), no puedo dejar escapar semejante manjar novelístico, no vaya a ser que el próximo Quijote se cruce en mi camino y pase desapercibido ante mí por mi falta de credulidad. Así que me apeo en la calle Donde fueres haz lo que vieres impelido por el crítico literario de turno, dispuesto a apoquinar los veintitantos eureles que cuesta (que no vale) un libro que está en boca de tantos y tontos. Es así como entro en el establecimiento con aires de suficiencia inadvertida (conocedor de que soy de los que levanta el país a golpe de iva), seguridad latente y aplomo sosegado. De los que se saben precursores pero no advenedizos. Me desenvuelvo entre novelas igual que Froilán entre libros de texto. Me siento tan seguro que, pese a que mi tan ansiado tesoro ocupa media librería, decido preguntarle al dependiente de turno. Más que nada por derrochar humildad. Que no se observe tan a las claras que yo de esto controlo. Hay que hacer trabajar a los empleados aunque tú sepas más. Sea como fuere, por don de la ubicuidad o por arte de birlibirloque, lo cierto es que amén de un oficio bien ejercido, me encuentro como quien no quiere la cosa con un ejemplar de "La chica del tren" en mis manos. Lo acaricio, lo olisqueo y me encamino al mostrador tan orgulloso como Paquirrín pueda estarlo de sus conquistas. Mientras estoy pagando a tocateja por el libro del lustro, me parece oír unas risas sarcásticas y comentarios no tan subrepticios como deseara. Pero no puedo ser yo el objeto de tales burlas. Porque yo soy un as. Así que salgo con las virtudes tan intactas como al entrar. Y para celebrarlo me hago con un paquete de tabaco de los más caros y unas cuantas copichuelas que me rieguen bien el gaznate. No puedo evitar regocijarme en mi carácter de ciudadano cumplidor con las arcas del estado. Un 85% de impuestos me han soplado en los pitillos. Una sonrisa patriota se me escapa sin querer. Leo que fumar mata, pero más lo hace la estulticia, y de eso estoy vacunado. Tan pronto acabo el libro corro a prodigar las bondades de un novelón que ni los de antaño. El resto de lectores avezados recibe ojiplático y ensimismado mis explicaciones. Es en este punto donde alcanzo el clímax. Loas y parabienes ante la presencia de un literato de altura. Ya me veo codeándome con Paula Hawkins y llevándome royalties por mi labor de pregonero. Justo en ese momento suena el despertador y todo se va al garete. Así que vuelvo a ser Jonathan Stride. Aprovecharé el momento para hablar de esta novela.
Es "La chica del tren" una novela plomiza, insulsa y carente de interés alguno. De desarrollo lánguido y enfermizo (buena acreedora de ello es Rachel), la historia no explota hasta el último cuarto. Y lo que todo el mundo prometía iban a ser fuegos artificiales resulta en un chasquido torpe y oscuro. Una trama manida te recibe después de haber aguantado estoicamente las idas y venidas de unos personajes que despiertan tanto interés como Mariló Montero en un test de inteligencia. Ni qué decir tiene el engaño tan mísero y descarado al que nos somete Hawkins mediante la narración de Megan, obviando por completo a un personaje transcendental en el devenir de los acontecimientos. Recurso simplón y desesperado de mala escritora. El resto ya está dicho. Hawkins forrándose y riéndose hasta de su sombra. Aunque si he de ser sincero, yo también lo haría. Cuando te sabes falto de talento y aun así la gente se da de tortas por tu obra, es el momento de descojonarse vivo. Después procedes a escribir un nuevo libro. Otro éxito seguro. Donde falta el criterio, los listos (que no inteligentes) encuentran nicho de mercado.
Dos estrellitas para un folletín de pura risa que, pese a su escasa longitud, cuesta dios y ayuda acabar. Horas perdidas (y sufridas) de mi vida. Y que la gente pague por esto...
Ya tenemos aquí el éxito editorial del verano. A estas alturas poco importa si se trata de un producto literario de calidad o sólo de un sacacuartos oportunamente publicado y mejor promocionado. Lo realmente importante es que las masas acuden poco menos que enfervorecidas a su librería más cercana en busca de su ejemplar. Porque tal, cual o Pascual lo ha recomendado. Y es un lector de proa, con una media de un par de novelas leídas al año. Una jodida barbaridad, se mire por donde se mire. Y claro, hay que hacerle caso. Porque yo, que leo también dos libros por ejercicio, incluso tres en año bisiesto (lo sé, soy un atrevido), no puedo dejar escapar semejante manjar novelístico, no vaya a ser que el próximo Quijote se cruce en mi camino y pase desapercibido ante mí por mi falta de credulidad. Así que me apeo en la calle Donde fueres haz lo que vieres impelido por el crítico literario de turno, dispuesto a apoquinar los veintitantos eureles que cuesta (que no vale) un libro que está en boca de tantos y tontos. Es así como entro en el establecimiento con aires de suficiencia inadvertida (conocedor de que soy de los que levanta el país a golpe de iva), seguridad latente y aplomo sosegado. De los que se saben precursores pero no advenedizos. Me desenvuelvo entre novelas igual que Froilán entre libros de texto. Me siento tan seguro que, pese a que mi tan ansiado tesoro ocupa media librería, decido preguntarle al dependiente de turno. Más que nada por derrochar humildad. Que no se observe tan a las claras que yo de esto controlo. Hay que hacer trabajar a los empleados aunque tú sepas más. Sea como fuere, por don de la ubicuidad o por arte de birlibirloque, lo cierto es que amén de un oficio bien ejercido, me encuentro como quien no quiere la cosa con un ejemplar de "La chica del tren" en mis manos. Lo acaricio, lo olisqueo y me encamino al mostrador tan orgulloso como Paquirrín pueda estarlo de sus conquistas. Mientras estoy pagando a tocateja por el libro del lustro, me parece oír unas risas sarcásticas y comentarios no tan subrepticios como deseara. Pero no puedo ser yo el objeto de tales burlas. Porque yo soy un as. Así que salgo con las virtudes tan intactas como al entrar. Y para celebrarlo me hago con un paquete de tabaco de los más caros y unas cuantas copichuelas que me rieguen bien el gaznate. No puedo evitar regocijarme en mi carácter de ciudadano cumplidor con las arcas del estado. Un 85% de impuestos me han soplado en los pitillos. Una sonrisa patriota se me escapa sin querer. Leo que fumar mata, pero más lo hace la estulticia, y de eso estoy vacunado. Tan pronto acabo el libro corro a prodigar las bondades de un novelón que ni los de antaño. El resto de lectores avezados recibe ojiplático y ensimismado mis explicaciones. Es en este punto donde alcanzo el clímax. Loas y parabienes ante la presencia de un literato de altura. Ya me veo codeándome con Paula Hawkins y llevándome royalties por mi labor de pregonero. Justo en ese momento suena el despertador y todo se va al garete. Así que vuelvo a ser Jonathan Stride. Aprovecharé el momento para hablar de esta novela.
Es "La chica del tren" una novela plomiza, insulsa y carente de interés alguno. De desarrollo lánguido y enfermizo (buena acreedora de ello es Rachel), la historia no explota hasta el último cuarto. Y lo que todo el mundo prometía iban a ser fuegos artificiales resulta en un chasquido torpe y oscuro. Una trama manida te recibe después de haber aguantado estoicamente las idas y venidas de unos personajes que despiertan tanto interés como Mariló Montero en un test de inteligencia. Ni qué decir tiene el engaño tan mísero y descarado al que nos somete Hawkins mediante la narración de Megan, obviando por completo a un personaje transcendental en el devenir de los acontecimientos. Recurso simplón y desesperado de mala escritora. El resto ya está dicho. Hawkins forrándose y riéndose hasta de su sombra. Aunque si he de ser sincero, yo también lo haría. Cuando te sabes falto de talento y aun así la gente se da de tortas por tu obra, es el momento de descojonarse vivo. Después procedes a escribir un nuevo libro. Otro éxito seguro. Donde falta el criterio, los listos (que no inteligentes) encuentran nicho de mercado.
Dos estrellitas para un folletín de pura risa que, pese a su escasa longitud, cuesta dios y ayuda acabar. Horas perdidas (y sufridas) de mi vida. Y que la gente pague por esto...
Última edición por jonathan stride el 22 Jun 2015 00:06, editado 1 vez en total.
He vuelto... Y no soy bueno.
Re: La chica del tren - Paula Hawkins
Jona, sólo por esta crítica vale la pena que Paula Hawking haya escrito esta novela
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Re: La chica del tren - Paula Hawkins
Debo ser un bicho raro. Me apestó Perdida, aunque lo conseguí acabar, y esta novela no pude pasar ni del 25%.
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Re: La chica del tren - Paula Hawkins
Bueno, ya lo tengo en mi lector... Será el próximo, aunque con las criticas que estoy leyendo no me espero mucho de él.
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- Felicity
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Re: La chica del tren - Paula Hawkins
Genial reseña bandido mío aunque a mi al final si me llego a convencer y me gusto aunque sin ser una obra maestra
Recuento 2024
Nos pasamos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante (Oscar Wilde)
Nos pasamos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante (Oscar Wilde)
Re: La chica del tren - Paula Hawkins
Tras la reseña de jonathan stride, me alegro no haberlo comprado
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- Aisha
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Re: La chica del tren - Paula Hawkins
Zassss en toda la boca jajajajajaja
Te has quedado tranquilo hijo mio
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Re: La chica del tren - Paula Hawkins
Lo que me has hecho reír, Jonathan
- jonathan stride
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Re: La chica del tren - Paula Hawkins
me alegra que te gustenoramu escribió:Jona, sólo por esta crítica vale la pena que Paula Hawking haya escrito esta novela
algo bueno tiene que haber hecho Hawkins
mi feliFelicity escribió:Genial reseña bandido mío aunque a mi al final si me llego a convencer y me gusto aunque sin ser una obra maestra
para mí ha sido una tortura de libro
lo que te has ahorrado, en todos los sentidosleonita escribió:Tras la reseña de jonathan stride, me alegro no haberlo comprado
no lo sabes bien aishaAisha escribió:Zassss en toda la boca jajajajajaja
Te has quedado tranquilo hijo mio
con la crítica me he relajado, al menos
me alegro muchoMaider escribió:Lo que me has hecho reír, Jonathan
algo bueno hay que sacarle a esta novela
Última edición por jonathan stride el 22 Jun 2015 19:40, editado 1 vez en total.
He vuelto... Y no soy bueno.
- jonathan stride
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Re: La chica del tren - Paula Hawkins
tú espérate, que enemigos no me faltanAderben escribió:Jonathan... Que llaman de Planeta... Que te pongas...
He vuelto... Y no soy bueno.
- maryshelley
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Re: La chica del tren - Paula Hawkins
Es que Jonathan, tienes más razón que un santo. Leí la sinopsis en este mismo foro y me pareció muy muy interesante y estando un día en el ECI pues lo compré. Y entonces es cuando leí en la cubierta lo de (más o menos) "se lo llevaban de las librerías". Eso me mosqueó porque eso pasa con libros de Harry Potter, Ken Follett y pasará con el nuevo de George R. R. Martin, pero con el libro de una escritora que no es famosa
Que me da mucha rabia caer en las campañas de márketing vendiendo el libro como el no va más y que después sea una bazofia
Debí de leer unas 50 páginas y lo tengo pendiente porque estoy liada con otros libros pero la verdad es que se me han quitado las ganas de leerlo. Tampoco es que fuera tan apasionante como aseguran las críticas
Que me da mucha rabia caer en las campañas de márketing vendiendo el libro como el no va más y que después sea una bazofia
Debí de leer unas 50 páginas y lo tengo pendiente porque estoy liada con otros libros pero la verdad es que se me han quitado las ganas de leerlo. Tampoco es que fuera tan apasionante como aseguran las críticas
Leyendo:
Asesinato en la Estación Terminal de Kyotaro Nishimura.
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