En primer lugar, me gusta cómo escribe Vázquez-Figueroa, pero la edición que he leído (de Plaza & Janés) necesita una revisión ya para eliminar la gran cantidad de comas agramaticales que hay en la narración. Y si, además, incluyeran notas a pie para explicar los términos árabes, yo quedaría más encantado.
Por otra parte, la historia en sí no me ha convencido. La he encontrado un pelín absurda al final:
todo el libro gira alrededor de Gacel y de la hospitalidad que prestó a Abdul, ¿y al final resulta que se lo carga pensando que es el anterior presidente? Tampoco me ha gustado que Gacel acabara muerto y lejos de su familia, de la que, por cierto, no volvemos a saber nada más. |
Lo que más me ha gustado (por no decir lo único) es la visión del protagonista acerca de la sociedad y política actuales. Es decir, de la poca falta que hacen conceptos como socialismo, comunismo o fascismo en el desierto, y lo difícil que resulta explicarlos a alguien que vive tan ajeno a nuestro mundo. El punto de visita a veces infantil de Gacel al desconocer muchos de los elementos presentes en nuestro día a día también me ha parecido sumamente interesante.
Sin embargo, la historia no me ha convencido, me ha parecido un pelín tediosa, y el final no me ha parecido coherente con el tono de la novela.