Los mares del sur - Manuel Vázquez Montalbán

[jilguero]

Haces unos días estuve viendo esta exposición homenaje a Pepe Carvalho en el claustro de Santo Domingo de Jerez.

Exposición de Pepe Carvalho.jpg

Tuvimos el privilegio que el organizador de la exposición nos explicara su contenido y los aspectos más relevantes de la misma: una exposición colectiva de varios artistas, en la que cada obra ha sido creada tras leer su autor una de las novelas en las que aparece Pepe Carvalho. Una idea, sin duda, muy original. No he frecuentado a MVM, pero escuchar a G. Serrano hablando de su obra hizo que sintiera el deseo de leer leer algo suyo. Puestos a recomendarnos la lectura de alguna novela, nos dijo que la mejor era, en su opinión, El hombre de mi vida, en cierto modo segunda parte de Los mares del sur, por lo cual nos recomendó leer primero esta otra.

Es así como he llegado a este hilo. Me pongo con ella y, cuando la haya leído, volveré a dejar mi opinión.

[Aben Razín]

¡Qué suerte, @jilguero!,

Espero que disfrutes de la novela,

[jilguero]

Terminada. Si MVM viviera aún, le escribiría una carta pidiéndole, por favor, que quitase la primera escena, que desmerece una barbaridad del resto de la historia. Ese lenguaje tan de la calle me desagrada leerlo, máxime si me resulta tan gratuito, como es el caso en esas primeras páginas.

Cierto es que, en cuanto entra en escena Carvalho, cambia el tono de la novela y, en su conjunto, me ha resultado un texto entretenido de estos que te vienen de maravilla para llevártelo a la playa y relajarte con su lectura. Así, pues, bien está lo que bien acaba.

El personaje de Carvahlo me ha gustado mucho (había leído una novela, pero no recordaba nada) y, sobre todo, me ha caído bien. Bajo el caparazón de duro y de pasado de rosca, asoma una personalidad vulnerable y honesta:
Siempre me ha horrorizado ser esclavo de los sentimientos porque sé que puedo ser un esclavo de ellos.

Es preferible que la pobreza sea sórdida y no mediocre.

Necesitamos ser benevolentes con los que lo son con nosotros. Es un contrato no escrito, pero es un contrato. Lo que ocurre es que solemos vivir como si no supiéramos que todo y todos son una mierda.

Hace tiempo leía libros y en uno de ellos alguien había escrito: quisiera llegar a un lugar del que no quisiera regresar. Ese lugar lo busca todo el mundo. Yo también. Hay quien tiene léxico para expresar esa necesidad y hay quien tiene dinero para satisfacerla.

Amante de los bares y de lo que se puede observar en ellos, reconozco que me hubiera gustado que Carvalho fuese un poquito menos comilón y me hablase más de la gente que ve (tal cual hace el comisario Maigret, de quien soy fan). Cierto es que me han entrado ganas de probar el morteruelo .

Y ya entrando más en la historia en cuestión, el motivo central, esa huída de Stuart Pedrell, esa búsqueda de los mares del Sur, me ha encantado, si bien, justo por eso, creo que le podría haber sacado más partido. Donde más he disfrutado ha sido justo cuando visita la habitación donde se alojaba el huído, lo bien que crea la sensación de estar en otro lugar diferente. Sea cuando habla de Stuart:
Le bastaba recorrer unos kilómetros para recuperar todo lo que había sido durante cincuenta años y en cambio permaneció en aquella oscuridad, noche tras noche, interpretando el papel de un Gauguin manipulado por un autor fanático del realismo socialista, un autor cabrón dispuesto a castigarlo por todos los pecados de clase dominante que había cometido. Y ese autor era él mismo. Incapaz de sacar el lenguaje de sí, él mismo se había convertido en lenguaje. Vivía la novela que no podía escribir o la película que no podía dirigir

Sea cuando es él mismo quien hace ese tránsito:
Carvalho escuchó estas recomendaciones con indignación hasta los treinta años, con indiferencia después y con ternura en los últimos años. Su padre quería dejarle un testamento de seguridades. La seguridad significa coger el metro dos veces al día o utilizar un utilitario dos veces al día, para ir y venir del trabajo. El metro le fue acercando al corazón de la ciudad.

E interesante esta contraposición que establece MVM entre vida y cultura, esa necesidad de quemar libros: ...y él volvería a amar la rutina de investigar, ahorrar, comer, recorrer las Ramblas dos o tres veces al día, de noche vengarse inútilmente de la cultura que le había aislado de la vida.

Me quedo con la sensación de que justo es eso lo que intenta MVM al escribir este tipo de novelas: entretener a la gente, hacerla pensar quizás un poquito, pero no demasiado, para que no se aparte demasiado de la vida, para que no se agarren a la Literatura como un sucedáneo de esta. Y digo esto porque me parece que detrás de este texto hay alguien que era capaz de escribir historias más "trascendentes" (no sé si es este el adjetivo adecuado) pero que, como Bartleby, prefería no hacerlo.

Bueno, quizás me haya lanzado a la piscina sacando demasiadas conclusiones de una sola novela. Me pongo con El hombre de mi vida, a ver si me reafirmo en mi primera impresión o tengo que editar este comentario para corregirlo.

PD: no encuentro el hilo de El hombre de mi vida, ¿no tiene hilo abierto?

[magali]

Me parece que no, @jilguero. Lo he buscado y no lo encuentro.

Voy a abrir el hilo. En un ratico está.

Edito.

El hilo ya esta en https://www.abretelibro.com/foro/viewtop ... 3&t=106716

[jilguero]

Me parece que no, @jilguero. Lo he buscado y no lo encuentro.

Voy a abrir el hilo. En un ratico está.

Edito.

El hilo ya esta en https://www.abretelibro.com/foro/viewtop ... 3&t=106716

Magali, eres una verdecita diez. Gracias .