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Entró en casa, se puso un gin tonic y se sentó en el sofá a ver el partido Bulgaria-República de Irlanda con las zapatillas de felpa de mi marido. Cuando llegó Ernesto -así se llama mi marido- con mucho estrés de la oficina, vende seguros, se encontró la escena. Nos miró, cogió la bolsa del repartidor y siguió la ruta marcada. Ramón -el repartidor- vive ahora conmigo, y Ernesto me cuenta que es feliz repartiendo paquetes y felicidad.
¡Hay vida antes de la muerte!
Ninguna de tus neuronas sabe quién eres… ni les importa.
Pero si te pego en el centro, será por filosofía.
Pero por poesía, serás mi centro.
En mi juventud, La vida de Brian, que la vi un par de veces, la primera en un cine de la Plaza del Carmen, no sé ahora como resistiría. De niño, alguna de Louis de Funes, Rabi Jacob, creo, o una que se llamaba El mundo está loco, loco, loco que seguramente hoy me parecería una chorrada.
¿Conforme cumplimos años tenemos menos capacidad de reír o es que simplemente las cosas nos sorprenden menos?
Jeeves: Yo con Amanece que no es poco se oían las carcajadas en el vecindario. Lloraba de risa a veces.
Ivano: Yo me río más ahora que antes. Y además busco la risa todos los días, con gente que me relaciono, o viendo alguna cosa. A veces, en desesperación, veo vídeos de gatitos y perritos y niños cayéndose ...
¿Haces por reirte a diario?
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
Normalmente me río tanto que la gente me mira y me escucha. La discreción no es mi fuerte.
El otro día acabamos a risas con toda la terraza entera. Cositas buenas de la vida, amigo. Una suerte tenerte.
¿Tienes suerte?
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.