La mañica no sólo ha hecho patria en su tierra. Es un referente para todos los que gustamos de la música con raíz.
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Me lo impide la arboleda, no puedo pasar el Ebro
si no me alarga la mano, si no me alarga la mano ese arrabalero.
Quisiera volverme hiedra y enredarme en su cintura,
aliviar esa tortura, que la savia nueva irrumpa en su corazón.
Cara de poca ventana, asómate a esa vergüenza
y dame un poco de sed, ¡ay!, que me estoy muriendo de agua.
Tantas lágrimas me cuesta la pena que me estás dando,
que me estoy muriendo de agua y tú te sigues mustiando.
Quisiera volverme hiedra y enredarme en su cintura,
aliviar esa tortura, que la savia nueva irrumpa en su corazón.
Cara de poca ventana, asómate a esa vergüenza
y dame un poco de sed, ¡ay!, que me estoy muriendo de agua.
Tantas lágrimas me cuesta la pena que me estás dando,
que me estoy muriendo de agua y tú te sigues mustiando.
Tantas lágrimas me cuesta la pena que me estás dando,
que quiero volverme hiedra para que mi savia inunde a tu corazón.
Quisiera volverme hiedra y hacer que mi savia inunde a tu corazón.
Enredarme en tu cintura, quisiera volverme hiedra
y enredarme en tu cintura, que la savia nueva irrumpa en tu corazón.
Quisiera volverme hiedra y enredarme en tu cintura,
quisiera volverme hiedra y llenar de savia tu corazón.
Cara de poca ventana, asómate a esa vergüenza
y dame un poco de sed, ¡ay!, que me estoy muriendo de agua.
Tantas lágrimas me cuesta la pena que me estás dando,
que me estoy muriendo de agua y tú te sigues mustiando.