- Sí, he sido yo- Fue algo lo que me superó, lo que me arrastró, lo que a partir de hoy supondrá un final teñido de entrañas desparramadas, líquidos acusadores, y piel descarnada-
Me levanté aquel día hambriento, muy hambriento. Acudí desesperado hasta la cocina. Con las prisas y el ansia por comer, no me di cuenta. Si pudiera volver atrás, sin duda lo haría, pero lo hecho hecho está, que decía aquel sabio poco amigo de las reparaciones, aunque en esta ocasión poco o nada se pudo haber hecho a favor del finado.
- Porqué estaba en el suelo? Quien lo dejó allí? Quien es el culpable realmente entonces?
Todo estaba oscuro. No supe encontrar a tiempo el interruptor de la luz. Parecía que todo se había confabulado, para dar pie al fatal suceso. Fue una sensación de vacio la que me atenazó cuando sentí como reventaba su cuerpo. Apenas hizo algún ruído, sentí como su líquido vital empapaba la planta de mi pie con un siseo que anunciaba muerte, horror, y sobre todo asco. Una inmensa sensación de rechazo se hizo dueña de mi cuerpo, que era aquello que se deslizaba frío y pegaso a través de mis poco alerta sentidos?
- Si, yo fui el culpable y lo siento. Terminar así con él no era necesario. Fue simplemente un hecho fortuito, pero no por ello menos grave, acabé con él, y con él, la posibilidad de hacerme una tostada con tomate.
Yo confieso.....