Moskita no llevaba nada bien la separación de sus padres, que su amado padre estuviera tan lejísimos, y que ninguno le hubiera consultado a ella qué quería hacer, dónde quería estar o si quería que se separaran. Estaba rabiosa con todo y todos. Decidió hacerse gótica por llamar la atención de su madre, por provocarla, por tenerla pendiente de ella aunque sólo fuera para discutir...además...el negro le molaba, no le sentaba nada mal la barra de labios negra, las uñas, el pelo, la sombra de ojos...
Adisson sin embargo se sentía agobiada de tener que añadir a su, ya de por sí absorvente trabajo, el tener que estar pendiente de las salidas de tono de una adolescente siniestra; así que habló con su ex y convinieron que la niña viajara en primera clase rumbo a las Seychelles con papá.
Pero papá tenía planes...la verdad es que no había logrado llenar el vacío que Adisson le dejara. Lo cierto es que le había salido el tiro por la culata: tiempo atrás, cuando planteó la posibilidad de aceptar este puesto, pensó que convencería a su mujer, pero ésta era terca como una mula y se negó a dejar sus clases y sus publicaciones en esa dichosa revista de historia que no leía nadie. Posteriormente pensó que ella cedería, y terminaría por irse con él...pero Adisson estaba entregada a su profesión y él necesitaba aire, quería este proyecto, soñaba con ese puesto. Y se fue, y le fue bien...la verdad que le fue muy bien...pero después de un año se dio cuenta de que su adorada Adisson no iba a ir corriendo detrás de él, así que decidió disfrutar de la vida y dar un buen uso a sus encantos. Además, no eran pocas las que le hacían ojitos, y el entorno se prestaba a la relajación de la moral...muchas clientas se le insinuaban ¿por qué no iba a aprovecharse y darse el gusto? Adisson lo había querido así, y así sería.
Pero Demóstones no era feliz...en el fondo sentía un vacío emocional. Intentó algo más serio con una trabajadora del hotel, Leonita, pero cuando ésta, de carácter fuerte y armas tomar, exigió dar el siguiente paso, Demóstones se echó atrás y la dejó. Esto no obstante, le hizo reflexionar...¿por qué no quiero comprometerme? ¿por qué no lo hice con Adisson en su día? ¿por qué no le propuse matrimonio cuando sé que a ella le hubiera gustado? Rumiando estas cosas, se dio cuenta de que aún amaba a su ex...y de qué forma. Él, que tenía a todas comiendo de su mano, estaba perdidamente enamorado de Adisson, que ni siquiera le ha insinuado volver o ha querido jamás venir a Seychelles...¡claro, eso es! ha de venir aquí...cuando vea esto, en este entorno y si yo me lo monto bien...quizás pueda...es posible que...!
Así que cuando Adisson le manda a Moskita a la isla lo ve claro: ha de poner a su hija de su lado, encontrar en ella una aliada. Dicho y hecho: Moskita está encantada, exultante, entusiasmada con la idea de ayudar a su padre a reconquistar a su madre. Así que ponen el marcha el plan: simularán un accidente de Moskita para que Adisson no pueda negarse a venir a Seychelles. Estará muy absorvida por el trabajo, pero Adisson es una madre responsable y ama a su hija. La única condición que pone Moskita es llevar las escayolas negras cosa a la que Demóstones accede.
Adisson pica y se presenta en Seychelles con su buena y (por qué no decirlo
)despanpanante amiga Raquelina. Cuando ve a Moskita por fin se relaja. Ve a Demóstones (madre mía, qué guapo está por favor!!) al que saluda afectuosamente. Hacía tiempo que no se veían, mucho tiempo...Advirtió la presencia de su excuñada Anaid, esa mujer que siempre la mira con gesto torcido sin saber porqué. La saluda correctamente (la educación nunca se ha de perder) pero sin mucha efusión (tampoco hay que ser hipócritas). Demóstones le informa de su reciente divorcio y de que esa es la razón de que su hermana se encuentre pasando una temporada alejada de todo, para amortiguar mejor el dolor de una experiencia tan traumática. Después cenó en el hotel aunque un poco tarde. No obstante, advirtió la amabilidad de la chef Leonita y así se lo hizo saber a ella.
Raquelina mientras tanto había estado haciendo amigos en el bar. Ella se dio cuenta en seguida de que Moskita estaba fuera de peligro y que lo que tenía por delante ella eran unas vacaciones impresionantes a "tutti plan" que no pensaba desaprovechar. Y ese Micka era tan adulador...con esa labia argentina, esas artes de seducción lingüística que tanto le gustaban...ah! ella estaba hecha para el placer. Cuando Adisson se fue a dormir, Raquelina decidió que era una noche ideal para aprender el tango...
Al día siguiente el plan seguía en marcha: Moskita estaba levantada para llevar a su madre a ver todo el paraje, sabiendo que Adisson caería rendida ante tal paraíso natural...y así fue. Luego Moskita movió el siguiente hilo: centrar a su madre en la figura de su padre. Así, siguiendo el refrán de "donde hubo fuego quedan brasas", puso en marcha la "operación celos". Sugirió a mamá pasar a ver a papá por su despacho justo en el momento en que Demóstones estaba reunido con su jefa de seguridad, Eboli, que era una mujer escultural y bellísima. Adisson reconoció un leve malestar inexplicable en la boca del estómago...¿serían celos? El caso es que Demóstones desayunó con ella y con su hija y ésta última se veía feliz y animada, como hacía tiempo que Adisson no la veía. Esto la hizo pensar...Moskita era lo que ella más quería y quería verla feliz...
Qué bien habían hecho padre e hija su trabajo: baño en la playa, jacuzzi viendo ese hermoso atardecer que la isla ofrecía, tranquilidad, ensueño...la tenían a punto de caramelo para el "toque final" en la velada nocturna. Pero antes, habrían de rematar el plan con dos buenos golpes de efecto: 1. Moskita vestida como Dios manda (eso fue muy efectivo) 2. Ofrecerle a Adisson conocer la parte cultural de la isla de mano de personalidades importantes. Esto sin duda era para Adisson interesante por su devoción profesional hacia la historia de los pueblos del mundo y el patrimonio natural de los mismos. Un tanto más. Demóstones ansiaba el momento que se acercaba...
Y entonces sonó aquella canción de Koop Island Blues...aquello fue demasiado para Adisson y Demóstones, que lo leyó en sus ojos, aprovechó para sacarla a bailar y susurrarle aquella canción que tanto gustaba a Adisson: "
Hola mi amor
está haciendo frío en esta isla, estoy triste y sola,muy triste y sola, la verdad es que éramos muy jóvenes, ahora te estoy buscando o a alguien que se parezca a ti. Nos dijimos adiós con una sonrisa en la cara, ahora estás solo, estás muy triste y solo, la verdad es que, se nos acabó el tiempo, ahora me estás buscando o a alguien que se parezca a mí. Hola mi amor, está haciendo frío en esta isla, estoy triste y sola, muy triste y sola la verdad es que, éramos muy jóvenes, ahora te estoy buscando o a alguien que se parezca a ti.
" Adisson se sintió flotar como en una nube...los recuerdos se agolpaban en su mente...los buenos recuerdos, los momentos felices, lo que hubo entre ellos...se trasladó en el tiempo: volvían a estar juntos, volvían a amarse, volvían a estar despreocupadamente enamorados...miró a Demóstones a la cara; estaba tan atractivo, olía tan bien...¿qué le estaba pasando a ella? De pronto se dio cuenta de que todos les miraban, también su hija con una expresión satisfecha...y Adisson sintió vértigo. Estaba confundida, necesitaba tiempo y espacio. Espacio. Soltó a Demóstones y salió de allí. Quería estar sola en su cuarto. Necesitaba pensar...Raquelina le dijo algo: "Addy,¿estás bien?" Pero Adisson le pidió que la dejara sola y Raquelina lo entendió.
Ya en su cuarto, Adisson pensó y pensó...recordó cuando estaba en el spa, antes del atardecer la conversación que tuvo con el bartman. Ella le preguntó por la noche en que Raquelina se quedó con él "aprendiendo tango". El contestó con evasivas pero dijo algo revelador..."sé que esta isla atrapa y tiene mucho encanto...pero luego te ahoga y no te deja salir. No se deje usted engañar por la perfección de este paraíso...quizás tienen interés en hacérselo ver así". Eso la había hecho pensar...pero luego lo olvidó cuando se durmió en el jacuzzi. Ahora sin embargo lo veía todo claro: Demóstones había hecho todo eso por ella. De pronto tocaron a su puerta: era Demóstones. Pensaba rematar la faena, intentar un acercamiento, terminar de seducirla. Pero Adisson no estaba por la labor: el hechizo se había roto al recordar las palabras de Micka. No sabía si intencionadamente o no, pero ese hombre le había abierto los ojos. Si se quedaba aqui, si entraba en el juego de seducción, estaría renunciando a toda su vida en España. Su hija ahora era joven pero lo entendería con el tiempo. Así se lo hizo saber a Demóstones: "Demos, lo siento. Yo no soy la chica que tú conociste. Ni hace frío en esta isla, ni estoy triste y tampoco sola. Sé que te has tirado a medio hotel entre empleadas y clientas...veo cómo te miran y cómo nos miraron cuando bailábamos. Este es tu mundo Demos, no el mío. Y ahora por favor, déjame sola". Aquello fue demasiado...esa mujer le estaba dando calabazas y lo estaba humillando; a él, un director hotelero de prestigio, con todas las mujeres a sus pies, con dinero, con poder...en un arrebato de rabia la agarró por el cuello y la ahogó mientras mascullaba: "no puedes dejarme solo, no puedes hacerlo, a mí nadie me hace esto...no...no...!" Cuando se relajó, Adisson yacía sobre él inerte, sin vida...
Asustado y cobarde, la dejó sobre la cama y salió de allí. Luego se encargaría de las cámaras del hotel, que para eso él era el dueño. Lo peor sería ahora decírselo a su hija...
ARMA: LAS MANOS
MOTIVO: DESPECHO POR SER RECHAZADO
ASESINO: DEMÓSTONES
Tiene demasiados flecos sueltos...lo sé...esperaré las pistas para afinar mejor