Ireki Melchor miraba descontento su oro. Parecía que brillaba menos de lo normal ¿ Acaso se había vuelto menos reshulon? Por su parte Ratpenat Gaspar veía con tristeza cómo su "incienso" mermaba más y más. Vale que lo compartía con sus colegas reyes, por eso de rular, pero alguien le sisaba, estaba claro. Sinkim Baltasar no hacía más que meter cizaña: "que si Gisso te ha cogido cosas", "que si Gisso se ha acostado con tu madre", "que si Gisso va diciendo que la tienes pequeña". Convencidos los tres de que uno de los reyes sobra, deciden atacarle en la posada.
Gisso vio cómo Inmax coqueteaba con él y le comentó si quería ir a su habitación a probar el incienso. Una vez en la habitación se pavoneaba Gisso de cómo había ido cogiéndole el incienso a Ratpenat Gaspar y le había hecho el cambiazo a Ireki Melchor con el oro "¿Y para qué quiero la mierda de mirra esa?" decía. "Sinkim Baltasar es un cutre, que se lo quede el cornudo y la facilona". Inmax se hacía la tonta y dejó que se embriagara con el incienso y el vino.
Ambos se enzarzaron en una sesión amorosa y, en un momento dado, Inmax ahogó al rey mago con la almohada, largándose con las pertenencias robadas. "El que roba a un ladrón..." murmuró.
Así los reyes magos se quedaron con un palmo de narices y tuvieron que entregarle a Cristiano oro falso, unas velas aromáticas compradas a última hora del mercadona de Belén y la mirra, que hizo que Marilía soltara un comentario ofensivo hacia la racanería de Sinkim Baltasar.

Asesina: Inmax

Arma: almohada.

Motivo: a ver qué tiene la cajita.

Qué hay en la caja: primero oro falso, luego tesoros ajenos.