¿Pero no sabeis la verdadera historia
?
Desde que llegaron todos los visitantes, la libertina de Lía no paraba de echarle los tejos a todo macho recién llegado, osease: Pseudo, Playboy...digo Plauto
y Girso. Aunque eran unos maridos muy fieles, por mucho que Lia se ofreciera cual tarta de chocolate a la puerta de un colegio, las respectivas señoras no podían sentir ciertos celos y disgusto hacia la dueña de la estación. Esto no podía acabar bien
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Llegó el día de la cena y el flirteo, tras unas copitas
de más fue excesivo
, enajenando al personal femenino parejil, las cuales, no dejaban de enviarle miraditas de animadversión como misivas de advertencia. Pero Lia, beoda perdida, no se daba por aludida. Esto no podía acabar bien
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El champan se acabó y Lia se levantó al ver que Irez, en la cocina, no le hacía ni puñetero caso, aunque decía que iba a por “medallitas”. Intentó persuadir a algún semental para que la acompañara, pero sus respectivas mujeres alargaron manos, clavando uñas en la carne
, cosa que hizo que los varones se quedaran junto a sus respectivas mujeres. Lia se levantó sola y fue hacia la cocina haciendo eses y comentando en murmullos, algo sobre la frigidez y la menopausia colectiva
y entró en la cocina. Entonces Lifen se excuso que tenía que ir al baño y se levantó, seguida al poco por Leonita que necesitaba que le pegara un poco el fresco, poniéndose en pie poco después Inmax aduciendo que tenía que ir a la cocina a por una cosa. Sus parejas y Sinkim, borrachos como cubas también, no notaron nada extraño, pero... Esto no podía acabar bien
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Lia, una vez en la cocina, se topó con Irez, con la que tuvo una acalorada discusión. Entonces entró Leonita y también se unió, seguida poco después de Inmax. Lía cansada de tanta tontería, las despreció y se dio la vuelta para buscar una botella de champan. Mientras la abría, las tres se miraron y sin decir nada, se pusieron de acuerdo. Inmax cogió un mazo, Leonita una bandeja de plata e Irez una trucha de gran tamaño congelada. Entonces Lia se giró mientras abría la botella y bebió a la salud de la poca salud sexual de la tres. Y laa tres ya no pudieron aguantar y la atacaron con todo lo que tenían, dejándola en el suelo desparramada junto al champan. Luego salieron entre juramentos, silbando tranquilamente. Entonces entró Lifen y vio el estado de Lia, pero aún se movia y le empezó a pedir ayuda. “Claro, amiga mía” le contestó y le arreó en el cogote con la botella en repetidas ocasiones. Luego, salió silbando para hablar del “terrible encuentro”. Pero Lia aún no estaba muerta, aunque... Esto no podía acabar bien
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Mientras el estupor y la sorpresa (ejem, ejem) se adueñaba del comedor, en la cocina entró Nuevo con su PSP y se topó con todo el percal. Vio a su tía tirada en el suelo, sufriendo en un charco de sangre y champan. Pero su mente solo se pudo fijar en una cosa ¡Tenía la patita rota! Entonces vino a su mente una sombra del pasado, ¡oh, sí! Su mascota y corcel... Su cerdito Peggy. Que buenos momentos había pasado con él, montado y recorriendo la nieve, hasta aquel fatídico día, cuando se tropezaron y Peggy se rompió la patita. Entonces llegó su tía Lía y le comentó que para que no sufriera, había que sacrificarlo, y sacando la escopeta el pegó un tiro delante de él y la sangre salpicó su pequeñita cara y la nieve. No lloró, ¡qué buena había sido su tía! Y era el momento de devolverle el favor. Así que cogió una sartén, y la golpeó hasta que dejó de sufrir. Luego fue a la nevera, cogió un zumo y se fue jugando tranquilamente al Grand Theft Auto. Se veía venir que, esto no podía acabar bien
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Asesino: Nuevo
Arma: Sartén
Motivo: Por buena.