Los D_mentes
Rat entró en el bar. Dentro había poca actividad. Apenas llevaba consumidas dos vasos de ginebra cuando una provocativa veinteañera se sentó a su lado.
¿Te importa?, le dijo.
¿Qué tomas?, respondió él.
Lo mismo que tú…
La puerta del local se volvió a abrir.
Ratpenat no pudo percatarse de ese detalle dado que su joven acompañante y él ocupaban un pequeño reservado en una de las esquinas del establecimiento, franqueado por columnas y paneles decorativos.
De repente, la pared sur del garito fue atravesada por un camión de reparto de cerveza sin alcohol cuyo conductor había perdido minutos antes y mientras transitaba tranquilo por la vía, no solo los mandos del vehículo, también su propio gobierno… Consecuencia del impacto, una maraña de escombros de cemento y escayola enterraron viva a una niña de no más de cuatro años de edad que esperaba impaciente para entrar en los aseos junto a su madre. La niña pereció al instante. La madre no. Esta, sin muestra alguna de padecimiento, con los ojos inyectados en sangre y una fuerza descomunal, cogió algunos pedazos de piedra cubiertos con la sangre de su propia hija y se los arrojó a
Ratpenat.
Él los esquivó.
A continuación, la mujer abrió la puerta del camión de reparto, desalojó de la cabina al conductor fenecido resultado del tremendo impacto y dirigió el mismo hacia la mesa que ocupaba
Rat.
No tuvo tiempo de más. Este ya se había preparado. Antes de conseguir arrancar el motor del vehículo, la cabeza de la triste cuarentona estalló en mil pedazos…
Los teléfonos móviles vibraban. Algunos estallaron en las manos de sus propietarios… Cayeron lámparas y se reventaron los cristales de los enormes ventanales del local.
Rat resultó herido levemente. La chica que servía copas le arrojó el cubo donde se guardaban las rodajas de limón recién cortadas. Después el cuchillo con el cortaba las rodajas. Después los limones sin cortar. No acertó. Por último, ella misma se arrojó contra
Rat… hasta que su cabeza le reventó.
No.
Rat sabía que no era el único
D_mente en aquel bar. Posiblemente aquella persona que había entrado tras él… Seguramente oculta en los aseos… La chica que lo acompañaba y que se había ocultado bajo la mesa entre sus piernas, se puso en pie con los ojos inyectados en sangre y deambuló por el local hasta que entró en los servicios de caballeros… Allí estaba ella:
Iris.
Iris garabateaba consignas en paredes y suelo con un rotulador de punta fina y color naranja… Las personas del local habían enloquecido siguiendo tales consignas. Ella les gobernaba…
Rat escribió en su teléfono móvil y la atractiva veinteañera se arrojó sobre
Iris, la abrazó fuerte,
colocó su cabeza contra el abdomen de aquella y se le reventó la cabeza…
Iris perdió un pecho con la explosión.
Rat abandonó el lugar con una mueca de satisfacción. No era una contienda que él hubiera vaticinado ni planificado pero el resultado había sido satisfactorio. Aún inseguro y con la adrenalina por las nubes, corrió por la avenida buscando un escondite subterráneo donde pasar desapercibido algunas horas. Frente a él había un parking, se dirigió a él. Un enorme estruendo llamó su atención antes de entrar. Miró al cielo. Un Boing 747 se dirigía hacia él...
Tolo ocupaba el asiento veintisiete-pasillo de la aeronave que cubría la ruta Marrakech – Barcelona. Pidió otra copa a la asistente de vuelo y cerró los ojos. A su lado, un párroco ortodoxo leía absorto las encíclicas de León XIII.
Se activó el luminoso para ajustarse el cinturón de seguridad y apagar los cigarrillos y se prepararon para el aterrizaje. De pronto, el padre levantó sus extremidades superiores como si una fuerza distinta a su propia voluntad tirase de él. Engullió buena parte de la documentación que anteriormente consumía su curiosidad, se giró hacia
Tolo y comenzó a golpearlo bruscamente, propinándole fuertes puñetazos en el rostro y no menos contundentes rodillazos en el vientre.
Tolo se desajustó como pudo el cinturón y corrió por el pasillo hasta la uno de los aseos del avión, tiró del rollo del papel higiénico y de manera compulsiva comenzó a escribir con su pluma estilográfica. El párroco, que no consiguió abrir la puerta de los aseos y acabar lo que había empezado, se dio media vuelta, volvió a su asiento, colocó su cabeza sobre el cristal de la ventanilla y allí le explotó la cabeza. El cristal se resquebrajó parcialmente, pero sin llegar a eclosionar. Un niño de corta edad se dirigió al mismo lugar, también arrimó su cabecita al cristal y allí se le explotó la cabeza. Después un intérprete de ópera y también una desempleada que acudía a la que sería su primera entrevista de trabajo en trece meses. Quince cadáveres se agolpaban en el asiento veintisiete – ventanilla. Después de la última explosión, el cristal cedió y la nave quedó descompensada por la despresurización.
Los pilotos intentaron hacerse con el control hasta que a uno de ellos se le reventó la cabeza. El otro observó un punto en la tierra al que supo tenía que dirigirse, y eso hizo.
Cuando
Rat levantó la cabeza y vio la aeronave sobre sí, ya era tarde para correr. El avión, con doscientos tres pasajeros y nueve tripulantes a bordo, se estrelló contra
Ratpenat…
Luisoroverde y
Lía observaron la escena en la pantalla de su ordenador portátil, después de haber manipulado siete satélites que orbitaban la zona para recibir la señal en directo.
Luisoroverde fue quien se había hecho con los mandos de la nave, mientras
Lía había conseguido vencer al cristal de la ventanilla reventando algunas cabezas junto a este.
Sabían que dentro viajaba
Tolo y ese había sido inicialmente su único objetivo, hasta que en su camino se cruzó
Ratpenat... Dos pájaros de un tiro, pensaron.
Los
D_mentes eran una raza primigenia que provenía de la misma rama que los homo sapiens, pero, que en un momento determinado de la evolución había derivado hacia la singularidad. En la actualidad quedaban no más de cincuenta en todo el planeta Tierra. Algunos habían optado por pasar desapercibidos entre el común de los mortales, haciendo vida corriente sin utilizar sus
habilidades. Otros, por el contrario, no dudaban en dejarse ver y actuar a plena luz del día, utilizando sus poderes mentales para manipular la psique de los humanos, obligándolos a acometer contra otros
D_mentes, con el objetivo final y último de eliminarlos. Nada les impelía a hacerlo, pero muchos disfrutaban utilizando a los humanos como meras piezas de ajedrez para derrocar a sus congéneres.
Pocos
D_mentes confraternizaban o actuaban en conjunto.
Luisoroverde y
Lía sí. Eso los hacía muy peligrosos, pues sus planes conseguían ser siempre tremendamente sofisticados.
Tolo había conseguido que el piloto abriera una de las esclusas del depósito de combustible diez segundos antes de que el avión se estrellara contra
Ratpenat. Antes de saltar, obligó al conductor de un autobús a detener la marcha del vehículo
y sus veintinueve ocupantes se lanzaron al asfalto haciendo un lecho de carne en el suelo que acomodó su aterrizaje cuando él se precipitó desde la aeronave… No era su estilo, pero después ordenó a esos veintinueve desdichados que se hicieran reventar sus cabezas (algo que conseguían los
D_mentes indicando a los corazones de sus víctimas que debían bombear toda la sangre del cuerpo al cerebro, hasta que en este no cabía más y estallaba).
Un taxi se acercó a
Tolo a toda velocidad, se detuvo a su lado y la puerta del acompañante se abrió. Una mano inesperada le ofreció ayuda.
¡Sube!, gritó
Yuyu.
Tolo subió, la besó en la boca como si aquel fuera el último de sus días y salieron de allí como alma que lleva el diablo.
-
¿Quién ha sido?
-Quienes, más bien, ¿no te ha resultado teatral en exceso? Asunto de Lía y su novio. Seguro.
…
Dos años después aún viajaban a bordo del mismo taxi.
En la Casa Blanca les aguardaba
Sinkim, presidente del gobierno de los Estados Unidos de América.
D_mente, por supuesto.
Miles de cabezas habían reventado durante su marcha triunfal hacia el asiento que ahora ocupaba.
Esto debe terminar, les dijo con tono solemne pero también con afecto sincero. No en vano,
Yuyu y
Sinkim habían sido algo más que amigos diez años atrás… Ella, por el contrario, no soltó la mano de
Tolo mientras duró la entrevista. El personal de seguridad que los rodeaba montó sus respectivas pistolas, apuntaron primero a
Yuyu, luego a
Tolo, pero, también a
Sinkim… y, finalmente, se dispararon entre ellos formando una columna de humo que rodeó a los tres
D_mentes. Treinta y ocho agentes del servicio secreto de seguridad del presidente de los EE.UU. resultaron acribillados en el tiroteo.
Sinkim corrió hacia el despacho oval.
Yuyu, que garabateaba órdenes con su propia sangre en uno de sus antebrazos (y había conseguido así que los guardaespaldas no acabaran con ellos) y
Tolo, se arrojaron por uno de los ventanales hacia los jardines exteriores.
En el Índico, el comandante ordenó a su tripulación del submarino lanzar un misil nuclear sobre la Casa Blanca.
Iris, recuperada tras el lance sufrido en su último encuentro con otro igual,
había accedido a la identidad de dicho comandante y manipulaba su mente desde la habitación de una pensión en Ginebra. El misil nuclear fue disparado. Sin embargo, nada más abandonar aguas internacionales el proyectil fue interceptado por la Estación Espacial que caía desde la atmósfera como a plomo con sus nueve ocupantes a bordo, quienes “casualmente” orbitaban esas coordenadas por motivos ignotos para el centro de control de la NASA.
El estallido fue descomunal…
Yuyu y
Tolo cruzaron el cinturón de seguridad de la Casa Blanca
eliminando a los agentes de seguridad que se encontraban a su paso, reventando sus cabezas…
Los
D_mentes tienen poder para manipular voluntades de los seres inferiores, nunca de un igual como ellos mismos… Apenas salían de Washinton cuando en el interior de una limosina que conducía
Yuyu, a
Tolo se le reventó la cabeza, quedando
Yuyu conmocionada y semi enterrada en una tortilla de sesos y huesos rotos y sanguinolentos...
¿Quién mató a Tolo? (Cinco puntos)
Yuyu – Rat – Sinkim – Iris - Lía y Luisoroverde – La hija de estos dos últimos, Lifencita, con poderes aún más impresionantes.
¿Por qué lo hizo? (Cuatro puntos)
1- Por amor/desamor. Por favor, expláyense…
2- Por envidia.
3- Porque es el sino de los
D_mentes, como los Inmortales, acabar los unos con los otros.
¿Cómo lo hizo? (Tres puntos)
1- La hija de Lía y Luisoroverde (Lifencita) tiene poderes extraordinarios y puede reventar la cabeza de otro D_mente.
2- El cabezal del asiento que ocupaba Tolo contenía un pequeño detonador con TNT. Ahí lo introdujo Ratpenat (¿no había muerto?)
3- De un tiro en la nuca (¿de quién? ¿de su novieta Yuyu?) Oh, my good.