Leído. Me ha gustado mucho, aunque me ha dejado un poco con mal sabor de boca, y me ha dado mucha angustia por la protagonista durante muchos episodios del libro. Como algunos comentarios anteriores también creo que habría estado mejor si Keiko hubiera sido así porque sí, porque no quiere un trabajo con más responsabilidades o ataduras, porque no quiere relacionarse y salir cada sábado por la noche, o porque no quiere casarse ni tener hijos porque no le da la gana, pero no, en realidad es así porque tiene algo que no han sabido tratar, o como mínimo, darle un nombre. Aunque viendo cómo es Keiko, supongo que esto
no le habría servido de mucho, y habría seguido tratando de no ser diferente (al final, incluso con algo diagnosticado, la gente te va a "señalar", sobre todo porque no van a saber qué tienes, y Keiko tampoco tendría porque ir gritándolo a los cuatro vientos, ella solo quería parecer una más). |
La angustia y la pena es porque no solo es que la sociedad espere determinadas cosas para que seas una persona "normal", sino que la protagonista claramente
tiene algo más, y ni haciendo esas cosas va a ser "como el resto", o como lo que se espera que sea. |
Encima el mundo a su alrededor (no intencionadamente, sino porque ella lo ve así) le hace pensar que sí, que si hace esas cosas normales, la admiten en el mundo normal y ella será normal. Por otro lado, ves que Keiko, en realidad,
no es que quiera ser normal, ella quiere que los demás la miren y piense que lo es, pero no tiene intención para ello de cambiar de trabajo o tener hijos, es solo que los demás piensen que eres normal. En ese sentido, por lo menos, podía hacer más o menos lo que le daba la gana, y no se mete de lleno en una vida que le disgusta, se trata de aparentar normalidad. |
Pero al final esa necesidad de seguir lo que se espera no le deja avanzar y hacer su vida, independientemente de que, incluso haciendo lo que le diera la gana en todo momento, seguiría teniendo algún tipo de problema o síndrome o lo que sea. Me daba lástima porque te gustaría decirle a la mujer: "Haz lo que te dé la gana, da igual, si así estás, sino feliz, al menos bien, hazlo y no des explicaciones, da igual cómo te miren, nadie te va a eliminar o borrar de la sociedad". Pero claro, entonces no habría habido novela.
Me resultó especialmente penoso el episodio en el que va a la reunión con unas amigas, y los maridos
de estas se ponen pesaditos (maleducados diría yo, al menos desde el punto de vista de nuestra sociedad) sobre el hecho de no tener marido o un trabajo mejor, e incluso alaban a la otra chica soltera diciendo que bueno, en ella es normal porque tiene un buen trabajo. |
Me pareció hasta más duro que las horribles conversaciones del tonto de Shiraha, que al final, hasta a ojos de alguien tan peculiar como Keiko, tenía que ser totalmente irrelevante lo que opinase o dijera.
Me ha gustado mucho el final.
No es que sea alegre, al fin y al cabo decide volver a un konbini y pasar de la entrevista de trabajo porque es el único sitio en el que sabe ser "una más" y en el que se encuentra bien porque solo necesita unos comportamientos aprendidos y los hace bien; pero Keiko va a seguir siendo como es, una persona que quiere parecer normal y que para ello tiene que pensar cada comportamiento que va a tener, imitando los de los demás. Pero me ha gustado porque me dio muchísima pena que Shiraha consiguiera que dejara el trabajo en el primer konbini y que aceptase una entrevista. Si lo hubiera decidido ella, pues genial, pero no solo no era el caso, sino que Keiko, a su manera, es "feliz" (la palabra no es feliz, pero bueno, está cómoda, está bien) en su konbini, con sus normas y con sus tareas ya aprendidas. |