Pues me ha gustado, aunque he acabado rallada con tanto mujer polaca, mujer francesa, chico ruso redundes y sobreabundantes. Tampoco me ha gustado la parte del romance de Caroline con Paul. Por mucho que diga que quería que tuviese conexión con Francia, ya la tenía a través del piso y su trabajo en el consulado y no se hubiese visto tanto a modo de relleno-receta de taller de escritura. Para romance ya tenemos el de Pietrik.
Pero si quitas esa parte, cuando se meten de lleno en la guerra y vamos viendo la dificultad para meter a EE.UU. en la guerra, que vemos el lavado de cerebro de Herta y su rigidez mental desde el principio (es impresionante la caracterización que hace de ella desde el principio hasta el final), con esa forma de racionalizar lo irracionalizable o la historia de Kasia, otro personaje que ves perfectamente cómo va evolucionando desde sus quince años hasta el párrafo que cierra el libro, con un estrés postraumático que afecta a su vida y ese agarrarse a su dolor para no responsabilizarse del futuro...
En cambio, Matka y Zuzanna, al igual que Paul y la señora Ferriday, son personajes que se presentan demasiado perfectos para mi gusto. Caroline también lo parece, pero para lograr lo que logró debió ser muy perseverante y convincente.
Por cierto, otro personaje que tiene mucha fuerza es el de Anise Postel-Vinay, y al buscar información sobre ella... ¡resulta que tiene sus
memorias publicadas en castellano!
https://www.abc.ex/cultura/cultural/abc ... ticia.html
Y si algo me llama la atención en los libros que tratan de campos de concentración y gulags o similares, es la forma en que algunos se apañaban para conseguir no ya un poco de normalidad con actividades paralelas, sino también el mercado negro que había.