Milkman - Anna Burns

[Kansas]

El bosque de Nell Leyshon, autora también de El color de la leche y El Show de Gary. En mi opinión, todos buenísimos

Yo también tengo un par de 5 estrellas junto a Milkman este año: El Silencio De Las Mujeres y La Octava Vida.

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[Kiraya]

CAPÍTULO 3. La clase de francés y la maestra del atardecer

El capítulo anterior nos dijeron que ir a ver la puesta de sol no era el tópico romántico que es hoy (o que era en otros lugares).

Medio Novio le propone ir a ver la puesta de sol y ella ni siquiera entiende a qué viene eso. No saben expresar los sentimientos, quizá esa propuesta era algo más, una propuesta romántica en toda regla, o estaba diciéndole que la quería, y ella no supo entenderlo; a fin de cuentas, le pidió que se fuese a vivir con él. La autora te saca del momento sin resolverlo y te quedas con esa duda, de si tan raro es el atardecer como para que nadie sepa verlo. Piensas que la gente no se maravilla mirando atardeceres y ya está. Pero entonces tenemos a la profe de francés, que insiste en el cielo y sus colores cuando se pone el sol. La autora nos resuelve en este punto la escena del aterdecer con el novio. La protagonista es la única de la clase que había visto un atardecer con sus propios ojos y no con la venda social que le niega los atardeceres. Pero no dice nada, ¿habrá otros que tampoco dicen nada y que también conocen los colores del atardecer?

¿Acabaremos por descubrir que, al final, todos somos iguales con nuestras diferencias? ¿Que todo está ahí, pero no sabemos cómo manejarlo?

El descubrimiento del atardecer viene con el descubrimiento de las emociones encubiertas, porque las emociones están vetadas. Se puede odiar, se puede estar enfadado, amargado y hasta un poco loco si no es mucho... Pero no se puede ser feliz, altruista o amable. También es la imposición de unas ideas y una forma de vida. Y la aceptación ciega, y el miedo a abrir los ojos, por lo que uno pueda ver o imaginar que ve, porque no hay vuelta atrás, y porque vas a dar que hablar... Un poco Matrix esta parte en el sentido de la realidad oculta a la vista. El cielo es azul. Hasta que lo miras, entonces es cambiante y eso incluye multitud de colores que evolucionan. Como las emociones, como los pensamientos. Si no te miras las emociones, serán azules siempre (recordemos que, además, la palabra para azul en inglés tiene también la acepción de triste o melancólico –incluso conservador). Como siempre, no sabemos si esto es intencionado, pero muy bien escogido el cielo como excusa, si fue a propósito, porque todo es azul (triste) hasta que aprendes a mirar con otros ojos. Y si el color del firmamento, incuestionable, resulta que es cuestionable, ya no queda nada de cierto.

Veo aquí una estasis social justificada por el indiscutible “siempre ha sido así”, en base al cual comeríamos crudo y no tendríamos ni ruedas, porque antes de todo eso, hubo padres y abuelos que no dominaban el fuego y que no usaban ruedas porque no se les había ocurrido hacerlas.

Nos recuerda la autora los nombres innombrables nombrando a los compañeros de la prota cuando se despiden. Tal vez un recordatorio de que en la escuela se mezclan los ellos y los nosotros y todos son alumnos. En consonancia con la revolución cultural, es decir, todo el asunto del punto de vista, el simbolismo y la renovación, abrazar el cambio, mirar con ojos nuevos, la prota nos resume lo que les dice la profe en una colección de frases cortas, que vienen a decir todas lo mismo: dejar atrás lo viejo y dejarse sorprender.

En lo más literal de la contemplación del atardecer y el hecho de que nadie se había enterado de que estaba ahí, deberíamos pararnos a reflexionar sobre nuestras vidas: de casa al trabajo y del trabajo a casa, ¿cuántos atardeceres pasamos conscientes del fenómeno? ¿cuántos amaneceres esperamos ansiosos para empezar el día en sintonía con el universo?

[Kiraya]

Capítulo 3. Los perros

Entramos en el pasaje de los perros desde los gatos, la mujer, lo femenino... Los gatos son unos bichejos desalmados que a nadie importan y, como las mujeres, mueren y se los mata sin que nadie se inmute.

Los perros no tienen problema porque son como los hombres.

Y entonces resulta que se matan perros (no de uno uno como práctica diaria para pasar el rato, sino a todos juntos en trogollón) para conmocionar al barrio y enviar un mensaje cruento, simplemente sentar un precedente y mostrar superioridad. En este mundo de las guerras de los hombres, donde las emociones te las tragas porque no se entienden y te hacen débil; un mundo donde la vergüenza, recordemos, se trastoca en humillación y violencia contra los otros (como estos guardias registradores), la mujer tiene sus propios conflictos: encarar los hechos y violar la intimidad del hombre; o tratar de ignorar la realidad y respetar el derecho del hombre a enterrar la humillación del registro con todas las emociones que no existen.

El odio que ya veníamos sintiendo en el ambiente, lo manifiesta la narradora cuando

considera el alivio que supondría que un francotirador se cargase al soldado que la cosifica y que registra a sus vecinos

—@asangrefria , me acordé de ti con el medio novio y el tontito de la bandera—.
Pero el odio no es emoción de una religión, de una lista de nombres o de una orilla. El odio es una maldición humana y se siente en los dos lados por igual.

Este pasaje perruno me transmitió un augurio de frialdad.

La narradora no hablaba porque para qué, ahora empieza a ver la muerte del otro como algo positivo. La idea no la espanta, la idea la altera y le hace sentir el odio, pero a la vez tiene una reflexión cruda: qué razón tenían los del otro lado al querer matarlos a todos porque qué venenosos sois… Se me vino a la cabeza la muerte del padre, y “a tu hermano, ¿también lo violó?”. Que nos lo cuenta con qué tono de indiferencia. Pero en ese punto aún no sabemos si es indiferencia o si no está todo dicho.

En todos los microcosmos cada cosa tiene su razón de ser y ocupa un lugar concreto,

y los perros tenían un papel amortiguador y eran necesarios, y el pasaje del barrio identificando y llorando a los perros me llegó y casi me pongo a llorar cuando el perro empezó a aullar, pero claro, es que no te da ni para soltar las emociones porque ibas a llorar con los niños y el perro, y te da la repugnancia de los cadávares, luego ya, si eso, lloras con el transporte de cada perrito asesinado que, de alguna manera, se convierte en la cabeza de alguien.

Lo de esta mujer es increíble, digo la escritora. Pasas por el rollo perruno, hace que los perros sean gente, te pone un mal cuerpo que pa qué, y...

¡alegría!, ¡Lassi estaba en casa!

Y una magdalena de Proust: el olor del desinfectante, que cambió a lo peor.

[Kiraya]

Capítulo 3. El lechero, el de la leche

Un lucero discreto en la oscuridad pegajosa.

Un caso claro de ponte fama y échate a dormir, pero en el mal sentido, que

por antipático lo tenían cruzado y el tipo es un sol. Si el tipo puede brillar en este ambiente tan oscuro, es que se puede. Hay más lecheros, seguramente, pero no sabemos distinguirlos, no sabemos verlos, porque mientras el cielo sea azul, no vemos nada más. Bueno, es que no se daban cuenta ni de que había árboles, ¡por favor! la vista pegada al suelo y el cerebro apagado, porque encenderlo es demasiado arriesgado o doloroso, tan hasta el extremo que no ven lo que tienen delante, ni literal ni figuradamente. El miedo nos ciega.

¿Es tan diferente de nuestro entorno? Cegados por el consumismo y esclavizados por el trabajo. Los miedos son otros, pero están ahí y se imponen sobre otras emociones.

Capítulo 3. Las wee sisters, las hermanas pequeñas

Ya nos llevamos un susto con la preguntita archielaborada, casi sin comas para mayor efecto metralleta, sobre la menstruación. ¿Qué niña formula una pregunta así? y ¿a qué edad, decíamos? Estaba claro que algo raro había con las wee sisters y ahí está... ¡Qué terrible ser superdotada en semejante contexto! No es extraño que la superdotación venga con una comprensión profunda de la injusticia social y con gran empatía. Esas cualidades en el mundo de la negación y la insuficiencia emocional son una tortura. Menos mal que se tienen unas otras. El lechero, por supuesto, lo ve. Ve que son especiales y que necesitan alimentar su intelecto. Este hombre tiene también una empatía anormal en el mundo en que vive.

[Kiraya]

Capítulo 3 Con mirada feminista

En el pasaje sobre los gatos, justo antes de entrar en el asunto de los perros, nos habla de cómo se trata a los gatos en comparación con los perros, y el asunto termina en la mujer, los gatos son lo femenino. Una vez establecido esto, nos dice cómo se los desprecia hasta el apedreamiento, cómo no importa que mueran atropellados, cómo se hace de la tortura y muerte del gato (o de la mujer, para el caso) un entretenimiento, desde la más tierna infancia.

Entonces nos da la narradora su propio parecer, condicionado por el entorno, y me pregunto si estamos hablando de gatos o de mujeres, o de ambos.

Duro y apuntando al meollo, pero no se trataba de esto, sino de darle la vuelta a la tortilla, porque luego vuelve al tema de los conflictos y las emociones. Entra ya en los perros, que se salvan porque son como los hombres, se los respeta por ser fuertes y leales y… Bueno, digo yo que la que espera en casa, lista para recibir con brazos abiertos, es la mujer. A lo mejor tiene un poco de perro, también. Pero ahí no entramos.


La interpretación simplista de Only Women Bleed me parece otra muestra de la ceguera general en la que nos sume el patriarcado. Si echas un vistazo a la letra ahora, no puedes ver más que violencia de género en un contexto doméstico, el contexto que aún no termina de salir a la luz en todo su esplendor, porque sigue habiendo vergüenza, desamparo y ostracismo a pesar de lo mucho que, menos mal, hemos evolucionado en este sentido.

En 1975 las palizas aún eran esa contradicción del algo que te ocurre, que no puedes cambiar ni evitar, y que nadie va a entender porque a nadie más le pasa —porque como es una vergüenza, no hablamos y, como no hablamos, no sabemos que no estamos solas—. Pero a la vez, lo ves en las marcas cotidianas de otras mujeres, y en la actitud del hombre, y en la tuya misma, porque el matrimonio es indisoluble, porque divorciarse o es pecado o está prohibido o significa que eres insoportable, porque qué harías después, porque una mujer necesita estar con un hombre y quién quiere a una mujer usada…
Lo estábamos superando, pero es que en 2019 aún hay rastro.

Respecto a lo del matrimonio, esto creo que es del capítulo 2, cuando discute con la madre y esta le dice que no casarse es egoísta. ¿No es contradictorio? Quiero decir, si el matrimonio es lo correcto y lo mejor para mí, ¿cómo puedo ser egoísta al no casarme? Sería al revés, estoy sacrificando los privilegios matrimoniales, ¿no?

Pues no. Resulta que, en las oscuridades más profundas del ser, el matrimonio se concibe como sacrificio y por eso es egoísta no casarse, porque eso t e hace libre de hacer y deshacer, porque no debes cuentas a ningún marido y porque las demás ya la hemos cagado y no vamos a dejar que nos demuestres que había alternativa. Es como lo de que hay que tener hijos sí o sí.

Los asuntos de las mujeres, porque eso es lo que eran. Interesante ver de cómo se cuela el feminismo en todos los rincones. Emocionante ver cómo las mujeres, como dice de todos los colores, orígenes y contextos se organizaban para tratar sus asuntos, los asuntos de mujeres.
Estas manifestaciones del feminismo, los comicios de esta ola, son ejemplares. Demuestran que no hay barreras cuando queremos conseguir algo. Todo es posible si la causa lo vale, pero primero, hay que conocer la causa, hay que saber que existe.
A mí me emocionan mucho estas cosas.
Es un destapar la realidad oculta, en un ambiente de ocultación. El feminismo en el conflicto de Irlanda, pregunta de examen.

Las grupis de los renegantes son otro ejemplo de sometimiento al patriarcado. Ellos eligen, ellas solo pueden ponerse guapas y reir y ser maravillosas. Ya está, la mujer florero. Hecha para complacer al hombre, pero ellas se ven muy liberadas porque hay otro modelo de mujer al que despreciar. Y el hombre cuanto más malote, mejor.
Son la chavalada de Grease pero con bombas y fusiles. Y el esquema se reproduce, cada vez menos evidente, por suerte.
Lo teníamos frecuentemente en las series norteamericanas con los nerds vs deportistas, por ejemplo. Las animadoras son la mujer ideal y, dispuestas a complacer, siempre son la más mona y siempre necesitan un gallito que las pasee. Las cuatro ojos son las reprimidas y viven escondidas dentro de sus libros.
La organización renegante me recuerda mucho a la manada de lobos. Una pareja alfa, y todos los demás.

[Parónima]

Yo también tengo un par de 5 estrellas junto a Milkman este año: El Silencio De Las Mujeres y La Octava Vida.

¡La Octava Vida lo tengo en casa! Lo que pasa que es tan gordo que me pesa un montón y siempre estoy aplazándolo, pero pintaza tiene de la buena. Si es un favorito tuyo, tendré que hacerle un hueco para este invierno

Y ahora me voy a leer a Kiraya, que siempre son un gustazo sus reflexiones

[asangrefria]

Yo hasta hace tres días nunca había oido hablar de La octava vida y ahora me sale por todas partes

[Kansas]

Capítulo 3 Con mirada feminista

En el pasaje sobre los gatos, justo antes de entrar en el asunto de los perros, nos habla de cómo se trata a los gatos en comparación con los perros, y el asunto termina en la mujer, los gatos son lo femenino. Una vez establecido esto, nos dice cómo se los desprecia hasta el apedreamiento, cómo no importa que mueran atropellados, cómo se hace de la tortura y muerte del gato (o de la mujer, para el caso) un entretenimiento, desde la más tierna infancia.

Entonces nos da la narradora su propio parecer, condicionado por el entorno, y me pregunto si estamos hablando de gatos o de mujeres, o de ambos.

Ay que maravilla @Kiraya tus reflexionesss, las estoy disfrutando igual que el libro en su momento

[hierbamora]

Empezando el 7 y último capítulo. No sé cómo acabará todo esto. Vaya giro que ha tomado todo...

[Kiraya]

¿A alguien se le ha ocurrido hacer un seguimiento de las lecturas que hace la prota? En busca de paralelismos sutiles.
Es decir, el libro que lee en cada momento, ¿indica de algún modo lo que ocurre o lo que siente o algo? ¿o son lecturas random?

[magali]

Terminado.

[Parónima]

¿A alguien se le ha ocurrido hacer un seguimiento de las lecturas que hace la prota? En busca de paralelismos sutiles.
Es decir, el libro que lee en cada momento, ¿indica de algún modo lo que ocurre o lo que siente o algo? ¿o son lecturas random?

Pues no se me ha pasado ni por la cabeza, aunque pensándolo, seguro que tiene relación

[Parónima]

Terminado.

¿Y? ¿Qué te ha parecido? ¡No nos dejes en ascuas!

[magali]

Terminado.

¿Y? ¿Qué te ha parecido? ¡No nos dejes en ascuas!

Me ha gustado.

Lo que ocurre es que ahora no puedo extenderme en mi comentario. Tampoco puedo comentar vuestros mensajes. Lo haré cuando disponga de más tiempo.

[Kiraya]

Hay momentos en el capítulo 4 en que pienso a ver si no será que, además de que el ambiente no ayuda, la hermana del medio también está algo paranoica.



Tengo mucha curiosidad por la opinión de los chicos. Hay cosas que vemos nosotras muy fácilmente porque nos identificamos, reconocemos los escenarios porque los vivimos, ¿y los chicos?, ¿lo ven igual o ya no es tan evidente?
¿@Manel2010, @Gretogarbo?

Leí en Twitter un hilo muy interesante a cuento de un libro de Kameron Hurley donde aparecía una escena ambigua. Las chicas leyeron una violación, pero al editor ni se le pasó por la cabeza.
A ver si lo encuentro y os lo traigo.
Anoto que el editor es varón, pero está muy comprometido con causas feministas e inclusivistas. Por ejemplo, da prioridad a manuscritos de mujeres por el tema de la visibilización. Organizan muchos eventos incluyentes, publican mucho texto que desafía la heteronormatividad... Que no es que sea un tópico perezrevertista o forocochero, vamos.