Una buena novela sobre esa generación perdida, en este caso centrada en los ingleses.
Es increíble la ceguera de los mandos, sean ingleses o alemanes, ante una guerra moderna con maquinas de matar que no se conocían hasta ese momento, como la ametralladora y que se siguieran usando sistemas de ataque como si no hubiera pasado el tiempo. El relato de la batalla del Somme simplemente es espeluznante, triste, da rabia ver lo poco que valían los jóvenes de la época, carne de cañón. Está muy bien contado el punto de vista del soldado alemán que no da crédito a lo que está ocurriendo.
Increíble la actitud de los mandos, salen pocas veces y se hacen pocas alusiones, pero las que se hacen son para echarse las manos a la cabeza. Cuenta, además, muy bien, el tema de las neurosis de guerra, las graves heridas de los que se salvaron, la sensación de culpabilidad de los supervivientes, algo que también ocurre con algunas narraciones de los supervivientes del Holocausto. Y la tristeza al ver lo jóvenes que son los soldados que iban a la guerra, esa generación de la élite británica que moría por sentido del deber y la flema británica en los más difíciles momentos.
Es obvio el paralelismo con los poetas ingleses Siegfried Sassoom y Wilfred Owens, y al menos hay una parte de la novela más ligera, incluso diría que humorística, que consigue aligerarla.
La parte final está muy bien trabajada porque toca el tema de qué hacer con el
amor que sienten los protagonistas y su sexualidad, perseguida y prohibida por la sociedad, y sin embargo los que los quieren dan el visto bueno y les ayudan a que puedan vivir juntos. |
En fin, muy recomendable desde mi punto de vista.