El desierto de los tártaros - Dino Buzzati
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El desierto de los tártaros - Dino Buzzati
Título original: Il deserto dei tartarí. (1940) (*)
Editorial : Alianza Editorial; edición (20 marzo 2012)
Idioma : Español
Tapa blanda : 272 páginas
ISBN-10 : 8420669865
ISBN-13 : 978-8420669861
Traducción: Esther Benitez Eiroa
Uno de mis libros de cabecera, al que ya se en su momento Borges saludó como uno de los clásicos indiscutibles del siglo XX. Y así ha sido, efectivamente, aunque en España la fama de Buzzati haya tardado en calar pero finalmente lo haya hecho de la mano de dos editoriales como Gadir y El Acantilado, que han publicado algunas de sus mejores obras: "Un amor", "La famosa invasión de Sicilia por los osos" o "Sesenta relatos" (que incluye "Los siete mensajeros", una de las mejores narraciones breves del siglo).
El argumento de "El desierto de los tártaros" es simple. El joven teniente Giovanni Drogo, recién salido de la academia, se levanta una mañana para acurdir a su primer destino en la Fortaleza Bastiani, que domina un inmenso paisaje desértico, una frontera olvidada desde donde se esperaba ya hace mucho tiempo una invasión tártara. Drogo acude con la falsa esperanza de permanecer en tan aislado destino tan sólo unos meses, pero su estancia se prolonga, al principio algunos meses más, luego años, luego décadas... Y Giovanni se sume en el ambiente interte de la fortaleza, mientras espera con sus compañeros una invasión que nunca llega. Sus sueños juveniles de lo que sería su vida (acción, aventura, gloria militar) se disuelven en la rutina, el reglamentarismo, la inercia, y la espera deja ya de tener sentido para convertirse ella misma en el sentido de todo. Ya da lo mismo lo que se espere: esperar es el fin mismo, aunque esa espera esconda la nada, el vacío total. Y así transcurre la vida, año a año. Esperanzas, ideas, sentimientos, todo se marchita en la somnolencia de la fortaleza Bastiani.
La novela desarrolla el tema de la espera, tan querido al siglo XX (Beckett, Borges, Coetzee) como metáfora de la vida que se nos escurre entre las manos mientras esperamos algo trascendente que nos redima del vacío. La sensación de mirar hacia atrás y no saber qué has hecho con tu vida (y tener la certeza de que no puedes hacer nada con ella en el futuro), de que los sueños de juventud se perdieron hace mucho tiempo, está viva en esta novela.
(*) Imagen y datos añadidos por moderación, marzo 2024
- Richar Elis
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Antes que nada, tu comentario me ha encantado, y si me decido a colocar lo que sigue es para colaborar en que no quede en el olvido.
No hará dos años que conozco la obra de Buzzati, precisamente a través de ‘El desierto de los tártaros’, y gracias a una reseña de Pablo d’Ors en el suplemento ABCD, decía el crítico y novelista que desde el año de su primera edición, en 1940, hasta hoy, “esta novela ha llamado la atención por su permanente actualidad”, y para él “La razón no es otra que la magnitud y eternidad del problema que plantea: que la vida se le va al hombre antes de que quiera darse cuenta; y que, con frecuencia, eso que llamamos ‘preparación para la vida’ (formación, expectativas, primeros ensayos…) no es más que la vida misma, nos guste o no”. Se trata para él –y tras la lectura me adhiero a su catalogación– de una obra maestra sin paliativos, “el principal legado de un escritor imprescindible”.
En El desierto… de Buzzati “es la vida, la vida entera, aquélla que bien podría condensarse en la metáfora de la ‘espera’. Una espera de la que el lector, llegado a la mitad de la novela, sabe que nunca será satisfecha; pero una espera, también, que sorprenderá a ese mismo lector, pues –contra todo vaticinio– alcanzará su culminación. Los tártaros, efectivamente, llegan. ¡Los tártaros existen! Sólo que Giovanni Drogo, el protagonista, ya no estará ahí, en la Fortaleza Bastiani, para hacerlos frente; esa es la diferencia: la espera tenía sentido, pero se ha claudicado demasiado pronto”.
Comparaba d’Ors la espera de Buzzati con la que plantea Beckett en su famosa pieza ‘Esperando a Godot’, que es para mí la obra dramática más importante del siglo XX y concluía que la de Buzzati le gustaba e interesaba todavía más, porque “El hombre es aquí abandonado a un vacío tan simbólico y existencial como el beckettiano –cierto–, pero más indirecto, menos evidente, aunque igualmente fantasmal: su sacrificio ha sido en vano, la batalla llega tarde; hemos perdido el tren y la vida, nada menos que la vida, se nos ha escapado”.
Es esta “una historia tan universal como concreta, amada –como no podía ser menos– por muchos escritores. No pocos entre ellos han llegado a calificarla como la novela del siglo (…). Tras su lectura el corazón queda encogido y ensanchado; y, junto a mil preguntas, se expande ese silencio, tan especial, en que debe dejar un relato”.
El libro de Gadir (18 euros) está prologado por Borges, y ha sido “traducido impecablemente” por el novelista Carlos Manzano. Hay por cierto una edición más barata, la de Alianza, con la traducción de la desaparecida Esther Benítez, al precio de 7 euros.
Antes que nada, tu comentario me ha encantado, y si me decido a colocar lo que sigue es para colaborar en que no quede en el olvido.
No hará dos años que conozco la obra de Buzzati, precisamente a través de ‘El desierto de los tártaros’, y gracias a una reseña de Pablo d’Ors en el suplemento ABCD, decía el crítico y novelista que desde el año de su primera edición, en 1940, hasta hoy, “esta novela ha llamado la atención por su permanente actualidad”, y para él “La razón no es otra que la magnitud y eternidad del problema que plantea: que la vida se le va al hombre antes de que quiera darse cuenta; y que, con frecuencia, eso que llamamos ‘preparación para la vida’ (formación, expectativas, primeros ensayos…) no es más que la vida misma, nos guste o no”. Se trata para él –y tras la lectura me adhiero a su catalogación– de una obra maestra sin paliativos, “el principal legado de un escritor imprescindible”.
En El desierto… de Buzzati “es la vida, la vida entera, aquélla que bien podría condensarse en la metáfora de la ‘espera’. Una espera de la que el lector, llegado a la mitad de la novela, sabe que nunca será satisfecha; pero una espera, también, que sorprenderá a ese mismo lector, pues –contra todo vaticinio– alcanzará su culminación. Los tártaros, efectivamente, llegan. ¡Los tártaros existen! Sólo que Giovanni Drogo, el protagonista, ya no estará ahí, en la Fortaleza Bastiani, para hacerlos frente; esa es la diferencia: la espera tenía sentido, pero se ha claudicado demasiado pronto”.
Comparaba d’Ors la espera de Buzzati con la que plantea Beckett en su famosa pieza ‘Esperando a Godot’, que es para mí la obra dramática más importante del siglo XX y concluía que la de Buzzati le gustaba e interesaba todavía más, porque “El hombre es aquí abandonado a un vacío tan simbólico y existencial como el beckettiano –cierto–, pero más indirecto, menos evidente, aunque igualmente fantasmal: su sacrificio ha sido en vano, la batalla llega tarde; hemos perdido el tren y la vida, nada menos que la vida, se nos ha escapado”.
Es esta “una historia tan universal como concreta, amada –como no podía ser menos– por muchos escritores. No pocos entre ellos han llegado a calificarla como la novela del siglo (…). Tras su lectura el corazón queda encogido y ensanchado; y, junto a mil preguntas, se expande ese silencio, tan especial, en que debe dejar un relato”.
El libro de Gadir (18 euros) está prologado por Borges, y ha sido “traducido impecablemente” por el novelista Carlos Manzano. Hay por cierto una edición más barata, la de Alianza, con la traducción de la desaparecida Esther Benítez, al precio de 7 euros.
- Blanche
- Lector ocasional
- Mensajes: 23
- Registrado: 30 Jun 2007 12:51
- Ubicación: Una esquina de los Campos Elíseos
Muchas gracias, Elis, por el halago y por tu estupenda contribución al hilo.
Yo leí "El Desierto de los Tártaros" hace ya unos cuantos años en la traducción de Benítez, que entonces era la única disponible en español. Y desde entonces no tuve la menor duda de que, siendo Buzzati uno de los grandes escritores del siglo, había sido injustamente relegado a segundón de la la literatura. Fue bastante después cuando leí la reseña de Borges y todavía más tarde cuando se ha producido el auge editorial de Buzzati en español con Gadir y El Acantilado, pero aun así estoy convencida de que si este italiano hubiera pertenecido a la cultura anglosajona hoy tendría reconocimiento mundial como uno de los mejores escritores del siglo XX.
Coincido con la reseña de d'Ors en cuanto la novela es especialmente angustiosa porque los tártaros existen, claro que existen. Pero tengo mis dudas de que eso dote a la espera de un sentido pleno. Lo que la dota es de un mayor fatalismo. Dicho de otra manera: los tártaros existen, pero están donde no estoy yo. Que es uno de los tópicos frecuentes para referirse a la fallida búsqueda de la felicidad. La novela de Buzzati es claustrofóbica porque ni siquiera busca una imposibilidad trascendente, objetiva, de alcanzar la redención, la felicidad o el sentido vital. Esa búsqueda es absolutamente individual y el fracaso también, porque fuera del individuo no hay nada. Los demás sí logran alcanzarla, o eso es lo que parece, porque el otro siempre parece poder tener la felicidad al alcance de su mano. Aunque en el fondo se encuentre la imposibilidad de compartir hasta nuestros fracasos comunes. Ese fatalismo hace que al final la impresión que nos deja la novela es que, como decía Hardy al final de "Tess" para referirse a su heroína (citando a Esquilo) el Presidente de los Inmortales ha dejado de jugar con Giovanni Drogo. Le ha gastado una broma cruel a costa de su vida.
Después leí "Un amor" (Gadir) y, aunque es una novela interesante, no llega, a mi juicio, a la altura de "El desierto". Donde sí pueden encontrarse momentos de Buzzati del nivel de su obra maestra es en algunos de sus "Sesenta relatos" (El Acantilado), que recuperan algo de esa magia alegórica y un tanto kafkiana.
Yo leí "El Desierto de los Tártaros" hace ya unos cuantos años en la traducción de Benítez, que entonces era la única disponible en español. Y desde entonces no tuve la menor duda de que, siendo Buzzati uno de los grandes escritores del siglo, había sido injustamente relegado a segundón de la la literatura. Fue bastante después cuando leí la reseña de Borges y todavía más tarde cuando se ha producido el auge editorial de Buzzati en español con Gadir y El Acantilado, pero aun así estoy convencida de que si este italiano hubiera pertenecido a la cultura anglosajona hoy tendría reconocimiento mundial como uno de los mejores escritores del siglo XX.
Coincido con la reseña de d'Ors en cuanto la novela es especialmente angustiosa porque los tártaros existen, claro que existen. Pero tengo mis dudas de que eso dote a la espera de un sentido pleno. Lo que la dota es de un mayor fatalismo. Dicho de otra manera: los tártaros existen, pero están donde no estoy yo. Que es uno de los tópicos frecuentes para referirse a la fallida búsqueda de la felicidad. La novela de Buzzati es claustrofóbica porque ni siquiera busca una imposibilidad trascendente, objetiva, de alcanzar la redención, la felicidad o el sentido vital. Esa búsqueda es absolutamente individual y el fracaso también, porque fuera del individuo no hay nada. Los demás sí logran alcanzarla, o eso es lo que parece, porque el otro siempre parece poder tener la felicidad al alcance de su mano. Aunque en el fondo se encuentre la imposibilidad de compartir hasta nuestros fracasos comunes. Ese fatalismo hace que al final la impresión que nos deja la novela es que, como decía Hardy al final de "Tess" para referirse a su heroína (citando a Esquilo) el Presidente de los Inmortales ha dejado de jugar con Giovanni Drogo. Le ha gastado una broma cruel a costa de su vida.
Después leí "Un amor" (Gadir) y, aunque es una novela interesante, no llega, a mi juicio, a la altura de "El desierto". Donde sí pueden encontrarse momentos de Buzzati del nivel de su obra maestra es en algunos de sus "Sesenta relatos" (El Acantilado), que recuperan algo de esa magia alegórica y un tanto kafkiana.
- Chiky
- Foroadicto
- Mensajes: 3174
- Registrado: 24 Ago 2006 23:34
- Ubicación: En MeDiO dE nInGuNa PaRtE....
Esta noche le voy a dedicar unas horillas al libro así que mañana os cuento. De lo que llevo leído comentar que es una delicia la forma en la que está relatada la historia. Me atraen muchísimo este tipo de historias que giran en torno a la soledad, a la incomprensión y en muchos momentos al absurdo.
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- Chiky
- Foroadicto
- Mensajes: 3174
- Registrado: 24 Ago 2006 23:34
- Ubicación: En MeDiO dE nInGuNa PaRtE....
Me faltan 20 páginas y la historia va encaminada hacia derroteros insospechados. El libro es monumental. Lo incluyo dentro de clásicos como el castillo de Kafka o La mujer de la arena de Kôbo Abe. Impresionante la forma de contar la historia, parece que no te cuenta nada y todo el texto está cargado de emociones, de dobles significados, de muchísimos simbolismos.
Libro recomendable al 100% Una obra maestra.
Libro recomendable al 100% Una obra maestra.
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Oye Chiky te has fijado en el capituo sexto? es una parte del libro que más me gustó.Chiky escribió:Me faltan 20 páginas y la historia va encaminada hacia derroteros insospechados. El libro es monumental. Lo incluyo dentro de clásicos como el castillo de Kafka o La mujer de la arena de Kôbo Abe. Impresionante la forma de contar la historia, parece que no te cuenta nada y todo el texto está cargado de emociones, de dobles significados, de muchísimos simbolismos.
Libro recomendable al 100% Una obra maestra.
Quizás tiene que ver que en otro libro de Manguel que leí hace tiempo hace referencia a ese pasaje, es una maravilla