El desierto de los tártaros - Dino Buzzati

[Cape]

Lo empiezo, a ver que tal.

[Ivanovich]

Lo empiezo, a ver que tal.

A mi me pareció una maravilla, pero curiosamente mejor en la primera lectura que en la relectura, algo que no suele pasarme.

[Cape]

Hola Ivanovich.

Apenas si he comenzado a leerlo. Poco puedo comentar pues me he quedado en el momento en que el teniente Drogo se encuentra en el camino con el capitán Ortiz y juntos llegan a la fortaleza.

[Cape]

Terminado.
Me ha gustado mucho este libro

por su simbolismo a través de la simple historia de un militar cualquiera en un lugar olvidado de todos.

El comienzo de la novela tiene todos los tintes de una novela épica, sobre todo rodeando a esa Fortaleza de un aire místico de misterio. La aproximación, el encuentro con el capitán durante la travesía, hacen presagiar una novela de grandes aventuras vividas en la piel de un joven teniente del ejército, con toda una vida llena de ilusiones por delante, deseoso de hacer méritos para convertirse en una especie de héroe admirado por todos. Pero en el momento de la llegada, y tras el primer contacto con alguno de los mandos del bastión, la cosa cambia radicalmente. Lo que parecía ser un destino de gran importancia donde hacer los mejores méritos para una brillante carrera militar, se presenta ahora como un destino olvidado de viejas glorias y de tercera categoría. Drogo, consciente de ello, ve que debe aprovechar la primera oportunidad para salir de allí, pues indudablemente lo único que puede sucederle permaneciendo allí es que pase el tiempo malogrando su vida y buenas oportunidades que seguro se presentarían a un joven decidido y dispuesto. Pero en una metáfora con la vida vista de esta forma por el autor, casi sin saber por qué, el joven teniente se acomoda a ese destino, renunciando incluso a los cuatro meses a pedir el traslado. Convencido de que el tiempo no pasa sino muy lentamente, sin darse casi cuenta han pasado ya varios años hasta que regresa de permiso a la ciudad. A su vuelta, se da cuenta de que todos los lazos que mantenía con su familia, con sus amigos, hasta incluso el amor latente que quedó hacia María se han ido debilitando y todos han continuado la vida indiferentes en cierto modo al hueco dejado por él al marcharse hacia la Fortaleza. La vida continúa indiferentemente de uno mismo, y cada vez se encuentra Drogo más solo en su existencia. A pesar de ello, en ese momento se le abre una gran esperanza de volver a su vida en la ciudad, de retomar el camino abandonado desde su exilio en las montañas. Pero la entrevista con el mando resulta un fracaso. Ha llegado tarde, ya sea por falta de información o por falta de méritos. De vuelta a su destino apartado, aún el joven Guiovanni cree que aún le puede venir a uno la gran oportunidad. Esta se representa en la novela en la idea de la invasión tártara, de huestes de soldados que a través de la llanura se acerquen para cambiar el sino de tu vida y permitirte alcanzar ese momento de gloria que de sentido a todo. Esperando ese momento ha pasado media vida. Ya tiene cuarenta años, y sin darse cuenta ha perdido la juventud. Para el autor, la juventud se pierde en el momento en el que algo tan habitual como subir las escaleras de dos en dos, como aquellos paseos por la explanada de la fortaleza se abandonan de la noche a la mañana sin saber por qué. Uno se siente capaz de hacerlo, !faltaría más!, en cualquier momento, pero el hecho es que ya nunca se volverá a hacer más. Es la imagen que se siente de la eterna juventud que fluye por tus venas inexorable al paso del tiempo. Aparte de la breve quimera del episodio fronterizo, nada cambia hasta el día en que junto a su camarada aprecian ese movimiento en la lejanía, aquellas luces que presumían el almacén para la construcción de una gran carretera a través de la cual transportara el enemigo su pesada artillería. Un nuevo motivo de esperanza para que en unos meses todo haya cambiado. Y en lugar de meses, han pasado quince años. La carretera está construída, pero nadie transita por ella, y los obreros marchan abandonando su obra. Hay un episodio muy ilustrativo sobre la visión del autor de la vida en su carácter cíclico y reproducible, cuando el ya capitán Guiovanni Drogo se encuentra por el camino con un joven teniente que como hizo él con el capitán Ortiz, le saluda sin ningún otro motivo que la pura cortesía y la ilusión de encontrarse con alguien que seguramente comparte su nuevo destino. Entonces el capitán hace una mirada retrospectiva apercibiéndose de la fugacidad del tiempo, de las ajadas ilusiones y vanas esperanzas jamás satisfechas. Sigue pasando el tiempo, y la enfermedad ya ha hecho mella en el cuerpo de Drogo. Ahora que no le acompañan las fuerzas, y que ya la espera tiene otro sentido, el de huir de la sombra de la muerte, el enemigo se ha decidido a invadirles. A pesar de sus intentos, su cuerpo ya es una miseria. Ni tan siquiera, en su estado de postración, le han informado de los hechos y han prescindido de su figura y sus conocimientos. Hasta han preparado su traslado para dejar hueco a los oficiales que llegan con los refuerzos. En su versión simplificada y para mi forma de ver pesimista de la vida, en el fondo el autor nos viene a contar que si nos pasamos la vida esperando tiempos de mayor gloria, la única gloria que podemos esperar es la gloria eterna. Y lo más triste es que si te das cuenta demasiado tarde, llega un punto en el que sólo la esperas a ella.

Por eso, y esto ya es mío, debemos pensar que no hay que dejar pasar las oportunidades, que podemos hacer algo para cambiar nuestras vidas. Que todo el mundo debe disfrutar de su juventud, sin duda el mejor momento para tirar por la senda de las ilusiones propias, porque de lo contrario, si se espera, los años pasan inexorablemente y las perspectivas entran en un ángulo cada vez más cerrado.

[klatubaradaniktó]

Hola...

No me he leído los mensajes que habéis escrito desde 2007, pero reabro el hilo porque voy a leer este, que dicen, maravilloso libro de introspección e intimismo...

¿Alguno de vosotros se anima a leerlo conmigo y comentar?

Dice la contraportada de la edición que he comprado (tercera edición en El libro de bolsillo, de Alianza):

"La fascinación que desde su aparición en 1940 ha despertado El desierto de los tártaros, la mása célebre novela de Dino Buzzati (1906 - 1972), proviene tanto del paisaje formal de la fábula que narra como de la significación que oculta. La histopria del oficial Giovanni Drogo, destinado a una fortaleza fronteriza sobre la que pende una amenaza aplazada e inconcreta, pero obsesivamente presente, se halla cargada de resonancias que la conectan con algunos de los más hondos problemas de la existencia, como la seguridad como valor contrapuesto a la libertad, la progresiva resignación ante el estrechamiento de las posibilidades vitales de realización, o la frustración de las expectativas de hechos excepcionales que cambien el sentido de la existencia."

Nos leemos en el desierto de los tártaros!!!

klatubaradaniktó

[klatubaradaniktó]

Casi estoy acabándolo...

Creía que era un ejemplo perfecto de 'nouveau roman' y, lo cierto es que me ha sorprendido porque ¡pasan cosas! ¡¡Hay anécdota!! Pensaba que todo se acabaría en un ir y venir de sentimientos y decoraciones a propósito del desierto, pero hay muchos episodios que comentar... La muerte del soldado, la del militar de alta graduación, la supuesta 'invasión', el permiso... en fin, cientos y cientos de episodios sabrosísimos...

Habrá que revisar la adscripción de esta novela a la corriente de Robbe-Grillet... veremos...

klatubaradaniktó

[klatubaradaniktó]

Se acabó...

La novela es una parábola de la muerte, definitivamente... No solo eso, claro... pero sí lo que mejor la define...

El protagonista espera su muerte en los últimos capítulos, igual que ha esperado la invasión enemiga por décadas... Lo único que le queda es la dignidad personal. Sabe esperarla con entereza, irguiéndose ante la adversidad e, incluso, con una sonrisa...

Una obra excelente...

Los que oteamos también la muerte, aunque a distancia, haremos bien en mantener esa misma dignidad cuando llegue el momento...

¡Que tarde lo mismo que los tártaros! es mi sincero deseo para todos...

klatubaradaniktó

[Insulino]

El protagonista espera su muerte en los últimos capítulos, igual que ha esperado la invasión enemiga por décadas... Lo único que le queda es la dignidad personal. Sabe esperarla con entereza, irguiéndose ante la adversidad e, incluso, con una sonrisa...

Mmm interesante, yo no lo veía así.

La veo de todo menos digna su muerte. Solo, decrépito y con su único deber en la vida (defender la fortaleza de los bárbaros) echado a perder. El final me sigue escalofriando cuando lo recuerdo, pero más que como un gesto heroico, veo su sonrisa como una liberación. Su vida acaba y tras haberla perdido en un absurdo no queda más que reírse de ello, ahora que ya nada se puede hacer.

[klatubaradaniktó]

El protagonista espera su muerte en los últimos capítulos, igual que ha esperado la invasión enemiga por décadas... Lo único que le queda es la dignidad personal. Sabe esperarla con entereza, irguiéndose ante la adversidad e, incluso, con una sonrisa...

Mmm interesante, yo no lo veía así. La veo de todo menos digna su muerte. Solo, decrépito y con su único deber en la vida (defender la fortaleza de los bárbaros) echado a perder. El final me sigue escalofriando cuando lo recuerdo, pero más que como un gesto heroico, veo su sonrisa como una liberación. Su vida acaba y tras haberla perdido en un absurdo no queda más que reírse de ello, ahora que ya nada se puede hacer

Pues hemos llegado a uno de los núcleos de la literatura. El mismo texto produce sentimientos y sensaciones diferentes, antagónicas...

Tu manera de verlo me enriquece, Insulino...
Dice el final de la novela: "Armándose de fuerza, Giovanni endereza un poco el busto, se ajusta con una mano el cuello del uniforme, echa un vistazo al exterior de la ventana, una brevísima mirada, para su última porción de estrellas. Después, en la oscuridad, aunque nadie lo vea, sonríe."

Su sonrisa es un signo de indiferencia ante lo absurdo de su existencia... Pero él ha cumplido su misión, aunque su espera haya sido en vano... Sus expectativas no se han cumplido, pero, personalmente, él ha hecho lo que debía y su integridad personal queda incólume...

Eso creo, pero no es una verdad absoluta, claro...

klatubaradaniktó

[jilguero]

Es la tercera lectura que haré de esta novela, lo cual pone en evidencia la alta consideración en la que la tengo.
La esencia de la historia la tengo aún en la cabeza pero no los detalles. Creo, pues, que vuelvo a estar en condiciones de poder disfrutarla.
Me pongo a ello...

[klatubaradaniktó]

La esencia de la historia la tengo aún en la cabeza pero no los detalles. Creo, pues, que vuelvo a estar en condiciones de poder disfrutarla.

Yo SIEMPRE disfruto más con las relecturas que con la inicial...

Tengo tantas cosas por acabar y taaaaantas pendientes, que no podré acompañarte, pero me gustará leer tus comentarios... y, si me lo permites, apostrofar...

Besos tártaros

klatubaradaniktó

[jilguero]

Klatubaradaniktó, encantada de que me apostrofes, contradigas, o lo que creas oportuno.


El arranque de la novela está impregnado de misterio, de ilusión del teniente Drogo por llegar a la fortaleza Bastiani, pero también bañado por un sentimiento de desaliento, de tristeza, casi de derrota anticipada. Como cuando se ha soñado mucho con algo y de repente nos damos cuenta que al hacerlo realidad podría defraudarnos. Me gusta esta dualidad tan con los pies en la tierra de Buzzati.

Ya en la primera página se nos dice: “…se miró en el espejo a la luz de una lámpara de petróleo, aunque sin encontrar la alegría que había esperado.[…] Era el día esperado desde hacía años, el principio de su verdadera vida[…] Ahora era por fin oficial, ya no tenía que consumirse sobre los libros ni temblar con la voz del sargento, y, sin embargo, todo eso había pasado. Todos aquellos días, que le habían parecido odiosos, se habían consumido para siempre, formando meses y años que nunca se repetirían. Sí, ahora era un oficial, tendría dinero, las mujeres hermosas quizá lo mirarían, pero en el fondo —se dio cuenta Giovanni Drogo— el tiempo mejor, la primera juventud, probablemente había acabado. Así, Drogo miraba fijamente el espejo, veía una cansada sonrisa en su rostro...”.

Y luego, cuando por fin se enfrenta a la fortaleza, de nuevo esa dualidad, ese enfrentamiento de sentimientos contrapuestos: “No era imponente la Fortaleza Bastiani, con sus bajas murallas, ni hermosa en cierto modo, ni pintoresca con torres y bastiones; absolutamente nada que consolase de su desnudez, que recordase las cosas dulces de la vida. Y, sin embargo, como la noche anterior desde el fondo de la garganta, Drogo la miraba hipnotizado y en su corazón entraba una inexplicable excitación.” A pesar de esa fascinación siente la tentación de regresar, de capitular. Y cuando mira a su acompañante, al capitán Ortiz, observa en él la misma dualidad: “También Ortiz se había quedado inmóvil y miraba intensamente las amarillas murallas. Sí, él, que vivía allí desde hacía dieciocho años, las contemplaba, casi hechizado, como si volviera a ver un prodigio. Parecía no cansarse de remirarlas y una vaga sonrisa, de alegría y tristeza al tiempo, iluminaba lentamente su rostro.”

Y aquí me quedo de momento, detenida ante la fortaleza Bastiani, disfrutando de la soledad y la fascinación que desprende ese “mundo mucho más exigente” y “sin otro esplendor que el de sus geométricas leyes.”.

El momento de la llegada a la fortaleza me ha triado a la cabeza el recuerdo de la llegada de K al castillo, cuando lo contempla desde el puente: “Del castillo no se podía ver nada, la niebla y la oscuridad lo rodeaban, ni siquiera el más débil rayo de luz delataba su presencia. K permaneció largo tiempo en el puente de madera que conducía desde la carretera principal al pueblo elevando su mirada hacia un vacío aparente.”

[jilguero]

Terminada la relectura. No me ha decepcionado.

Hay muchos momentos interesantes, pero voy a destacar los que ahora se me vienen a la cabeza, como la escena magnifica de la de la muerte

del teniente Angustina, haciendo de su debilidad física una fortaleza moral, dejándose la vida mientras disimulaba una tranquilidad, ante el contrario, que no tenían. Un pundonor admirable.

El capítulo de la llegada de la primavera, la descripción de cómo se va fundiendo la nieve y de como crujen las maderas como si ellas tuviesen memoria de cuando el árbol estaba vivo y rebrotaba es precioso.

Y me pareció duro ese momento en que Drogo

vuelve a la ciudad y se da cuenta que la realidad, su realidad, es ya otra. Que la madre, que antes no se dormía hasta que él regresaba, ahora se duerme antes de su llegada.

"Aquella ya no era su vida, él había cogido otro camino, retroceder habría sido estúpido e inútil.". Leer esta frase me llevó a reflexionar sobre que tal vez hay que volver a los lugares, pero no para recuperar la "vida" de antes sino solo para despertar de nuevo ciertas "sensaciones" dormidas. En recuperar la vida de antes van implícitos los demás y esos ya no estarán (o estarán demasiado cambiados o nosotros demasiados cambiados para reconocerlos). Pero las propias sensaciones siguen ahí, pegadas a las cosas materiales, a los lugares, y, gracias a ellos, las recuperamos.

En resumen: la novela gira en torno a una idea sencilla, la soledad en la que vive el ser humano (Drogo, en este caso), pero la ambientación es magnifica y el personaje central está muy trabajado. Además, la manera que tiene de de hablar de esa planicie, del desierto de los tártaros, dando detalles pero dejando también mucho espacio a la imaginación del lector, es estupenda. Me gusta la mirada de Buzzati en esta novela y quiero destacar la sencillez y elegancia con la que la remata. Una gran novela, sin duda.

[saramon]

Oye Chiky te has fijado en el capituo sexto? es una parte del libro que más me gustó.
Quizás tiene que ver que en otro libro de Manguel que leí hace tiempo hace referencia a ese pasaje, es una maravilla

Precisamente creo que el capítulo sexto resume ejemplarmente todo el libro:

Drogo tumbado en el camastro, oyendo las alertas de los centinelas y reflexionando sobre la vida, duerme "sueña y sonríe". Muy importante la parte final como al final se comprenderá.

Suscribo todo lo comentado en este hilo, un relato conmovedor.

[Gretogarbo]

Una novela maravillosa. Algunos habláis del paralelismo de esta obra de Buzzati con la literatura de Kafka. Afortunadamente yo no lo he visto así, ya que el escritor checo me pareció un peñazo considerable cuando lo leí, allá por los mediados ochenta.