Moderadores: magali, caramela, Ashling
Yo es que soy un poco de dicho y hecho, porque cuando me apunto a un miniclub a largo plazo luego se me quitan las ganas de leer el libro, es psicológico. 
y leer con Ashling siempre es un placer.| No me esperaba que la historia tuviera la primera guerra mundial de trasfondo, y que Zilahy describiera la situación de los oficiales y soldados prisioneros en Rusia. La primera parte de la novela nos presenta a los personajes principales, Pedro y Miett. Cómo se conocen, la atracción que Pedro siente por ella al instante, sus dudas y celos hasta que finalmente consigue iniciar un noviazgo con ella. Me pareció muy bonita la carta que le escribió declarando sus sentimientos hacia ella. Miett, es una joven que refleja las buenas costumbres que se esperaban de las mujeres de la época y que ella prentendía mantener, ya que su modelo era Teresa Agnier (que luego resultó no ser tal y como ella pensaba). La pareja Pedro - Miett me gustaba mucho, así que su separación debido al cautiverio de Pedro me ha dado pena. Ambos personajes sufren a partir de ese suceso en la novela, cada uno vive su soledad y la sobrelleva a su manera. Pedro consumido por los celos, y Miett ya en la parte final, negando la pasión que Golgonszky despierta en ella. Lástima que este último personaje esté tan poco desarrollado. Hay partes que me han gustado mucho. Por ejemplo, cuando el prisionero ruso, Petrovich Ilyin, acude a casa de Miett para agradecerle la ayuda prestada, y le regala el icono que durante generaciones había pertenecido a su familia. También, cuando Pedro se encuentra con Miska y rompe a llorar al ver que toda su angustia durante ese tiempo había sido por nada. Lo cierto es que la novela tiene muchos momentos a destacar, además de personajes como Olga y Juanito. En mi opinión, el autor nos muestra como los personajes lidian con las circunstancias y consecuencias de la guerra, al mismo tiempo que con la sociedad de la época. Me parece que refleja con acierto la sociedad húngara y me ha resultado curiosa esa costumbre de "le beso la mano" heredada de la antigua corte española. Interesante también la forma de mostrar al pueblo ruso; el Zar, recluido con su familia, su posterior ejecución y la revolución de Octubre. Supongo que si Pedro no hubiera recibido esa carta en la que le cuentan las actividades de Miett no se hubiera hecho pasar por muerto, sino que habría regresado con ella. Creo que se dio cuenta de que el tiempo pasado y la situación, les había cambiado tanto a los dos, que su regreso no les hubiera traído más que nuevos sufrimientos. El final me ha parecido muy bueno, ese reencuentro sin reconocerse entre Miett y Pedro en la distancia, y el primer encuentro entre esos dos hombres, sin saber la transcendencia que ha tenido cada uno en la vida del otro. |
| porque nadie se puede creer que en medio de un conflicto armado hay condescendencia con los prófugos y menos una devolución al campo inicial como si se tratara de una salida nula |
| Creo recordar, si te refieres al intercambio o devolución de los prisioneros al final de la novela, que ya habían pasado algunos años después de la guerra (el narrador menciona varias veces que han pasado siete años, es decir, que sería la fecha de 1921 como mínimo, cuando no solo había terminado la IGM si no también la guerra civil rusa). |
Tú avisa cuando te pongas, que yo me subo al carro como sea.
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