Khaled Hosseini nace en Kabul en 1965, en plena monarquía del Shah Mohammed Zahir que acababa de promulgar la primera constitución de corte occidental.
Mariam, su personaje, vivía con su madre Nana en una humilde kolba a las afueras de Herat, tenía 6 años y hacía uno solo que había oído la palabra
harami.
Khaled, de padre diplomático y madre profesora de Historia y de Farsí en el más importante o, tal vez, único colegio de secundaria de Kabul, donde sólo tenían cabida los hijos de las élites gobernantes, vive en el barrio residencial de estilo colonial inglés y no conoce en absoluto los barrios populares de Kabul. Tal vez haya pasado por ellos en compañía de sus padres o conducido por el chófer en el Mercedes Benz de la familia, tal vez haya conocido la calle del Pollo —la única que en sus once años de existencia lo ha dejado marcado, tanto, que es la única que nombra, varias veces en su novela ‘Mil soles espléndidos’.
En 1973 Mariam, su personaje, está a punto de asistir al
derrumbe de su mundo, el desprecio paterno, el suicidio de su madre y su casamiento con Rashid, un bruto zapatero 30 años mayor que ella que la va a mantener encerrada en Kabul y donde, para salir a la calle, habrá de ponerse el burka |
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Ese mismo año el Sha Mohammed Zahir se encuentra en Italia de visita médica y su primo, Mohammed Daud, que ya había sido primer ministro, da un golpe de estado y proclama la República.
La familia Hosseini ni se inmuta, mantiene su estatus, tanto en monarquía como en la república; tan es así que en 1976, cuando Khaled tiene once años, su padre es destinado como embajador a París y la familia lo sigue en el traslado.
Mariam, su personaje, vive
su propio infierno encerrada. Laila, en cambio, es una niña feliz, amada por su padre, aun a pesar de las locuras de su madre. Juega con su amigo y vecino Tarik y disfruta de las ventajas que le ofrece Kabul y un padre intelectual. |
En 1978 Daud es depuesto por la Revolución de Abril, que sorprende incluso a los soviéticos, que no lo esperaban. Se establece un gobierno marxista, el cual dirige Nur Mohammad Taraki. El gobierno marxista se enfrenta a un país completamente corrompido en donde el 98% de las mujeres son analfabetas al igual que el 90% de los hombres y el 5% de la población disfruta del 100% de la tierra.
Los norteamericanos deciden sufragar a los muyahidines y a los señores de la guerra para que derroquen al gobierno marxista y lo único que consiguen es que los rusos invadan el país e intenten apuntalar al gobierno comunista que se tambalea.
Entre tanto, los Hosseini se encuentran en el limbo, sobreviven en París con el dinero que posiblemente mantiene el embajador bien guardado en Suiza.
Mariam, el personaje, es una completa desaparecida en vida y Laila ha perdido a dos hermanos que apenas recuerda. |
En 1980, Khaled tiene 15 años y papá Hosseini comprende que nada bueno le espera volviendo a Kabul, así que se marchan asilados a San José, California. Khaled que habla francés, y farsí en la intimidad, se suelta también en inglés, estudia en un High School donde se gradúa en 1984, mientras los muyahidines tratan de expulsar a los soviéticos en una sangrienta e irregular guerra.
Mariam, su personaje, vive en un permanente desprecio.
Khaledobtiene el graduado en Biología por la universidad de Santa Clara en 1988 cuando los rusos han comenzado a abandonar Afganistán y los señores de la guerra comienzan una guerra civil cuyo campo de batalla principal es la misma capital, Kabul.
Khaled estudia Medicina en la universidad de San Diego, obteniendo su diploma en 1993 mientras Afganistán continúa en una interminable guerra para la toma de Kabul.
Laila, su personaje, pierde a su novio, a sus padres y su propio hogar; forzada por las circunstancias inicia su propio infierno. |
Como residente en el hospital Cedar-Sinai de los Ángeles, Khaled contempla por la televisión la entrada de los talibanes en Kabul, ciudad que ni conoce ni reconoce.
Mariam, su personaje, liberará drásticamente a Laila y morirá ejecutada a mano de los talibanes por amor a su compañera y a sus hijos. |
Mientras eso ocurre en la ficción, Khaled que es médico residente en ese exclusivo hospital californiano, asiste por televisión a la caída de las Torres Gemelas en septiembre de 2001, al inicio de la guerra de la coalición ISAF contra los talibanes, a la toma de posesión de Hamid karzai y escribe “Cometas en el cielo”, año 2003. Tras el éxito obtenido por su primera novela, película incluida, es nombrado ‘enviado de buena voluntad’ para ACNUR.
Escribe su segunda novela, ‘Mil soles espléndidos’, año 2007, su segundo éxito. Crea la fundación “Khaled Hosseini” para el suministro de ayuda humanitaria a su país. Ese mismo año viaja con pasaporte norteamericano, como miembro de ACNUR a Afganistán.
Las dos novelas fueron escritas en inglés, la lengua que domina, aunque mantiene un nivel adecuado de francés, chapurrea malamente el farsi y no habla nada de pastún. Vive en el norte de California.
Cuando abandona el barrio elitista de Kabul, Khaled tiene 11 años, cuando regresa a un campo de refugiados en Afganistán 42.
-¿Es el autor un escritor californiano con un amplio vocabulario farsi?
-¿Escribe de oídas? No conoce el país que describe, no tiene las tradiciones medievales que nos narra, no las ha vivido ni se la han podido narrar sus padres que siempre vivieron en la élite, con costumbres occidentales.
-Curiosidad: habla del canto del sinsonte al rayar el alba, lo que aquí sería una alondra. El sinsonte es un pájaro que sólo se cría en América.
-¿Es posible escribir una novela con el solo conocimiento de las imágenes de la televisión y las historias contadas por los periodistas de guerra destacados en Afganistán? Muy posiblemente sí, puesto que él lo ha hecho.
-Los hogares que describe, el de Miriam o el de Laila, ¿no serán hogares humildes mejicanos? Vive en California, Méjico le coge a un paso.
Hosseini me parece un excelente narrador, muy descriptivo. Sin embargo, el uso excesivo de palabras en farsí, es muy posible que sea lo que decía uno de sus personajes, que sea “su idea de la penitencia” o sea, su sentido de la culpabilidad o tal vez sea que al introducir este folclore en la narración él cree darle un mayor toque de verosimilitud.
El dar por sentado el significado de las palabras afganas, a pesar del exotismo que supone no mejora la narración.