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Isma escribió: ↑20 Jul 2021 17:45
Yo me sigo acordando de la escena del confesonario como si lo hubiera leído ayer.
Cada loco con su tema
Isma, ¡cuánto tiempo sin cruzarnos!
Yo ya no me acordaba, pero la he releído hace un rato y es memorable. Dejo aquí un par de ideas entresacadas de esa escena: "...quien ama sin humildad pone una gran carga sobre los hombros del otro. [...] ¿no sabe que Dios nos ha dado a cada uno nuestra propia alma? Un alma llena de secretos, como el universo. ¿Por qué quiere usted averiguar lo que Dios ha ocultado en un alma?".
Yo entiendo más bien el personaje de Marika (creo que se llamaba así su primera mujer, la que él considera Justa) como una mujer que sabe que no es amada plenamente, que no tiene el lugar que ella necesita tener en su pareja, pero no como una intromisión a su intimidad, a la de Peter, sino como una pena que arrastra porque no lo comprende y contra la que lucha constantemente, es una mujer que necesita el amor de ese hombre, que sabe que no lo tiene, y que está obsesionada por conseguirlo.
Pero a la vistas está que, cuando empieza a tener alguna pista de por qué él no la puede amar, y aparece Judith en escena, lo enfrenta de forma valiente y ya por fin entiende por qué no puede conseguir ese amor, y se retira.
En algún momento del libro al inicio de su descubrimiento, de forma consciente dice algo así como que pase lo que tenga que pasar, que se quede conmigo o que se vaya con ella, pero que pase algo.
Creo que es bastante loable por su parte.
En cambio no entiendo porqué él,
que la ve como un perro faldero, en vez de decirle "No me quieras tanto que me molesta" le es sincero y le explica que no puede quererla porque tiene otra pasión en la cabeza. Es tan sencillo como eso. O no le expliques nada si quieres que eso forme parte de tu parcela privada, perfectamente, pero me parece muy injusto retener a tu lado a una persona que sabes que está sufriendo porque no puedes darle lo que necesita pero a ti te viene bien mantenerla por tu posición social, tu comodidad familiar o tu cobardía.
Ea.
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
Te recuerdo que ella dice: "Interiormente, no lo dejé libre ni por un momento. Lo mantenía a mi lado por medio del niño, lo chantajeaba sin palabras con mi exigencia emocional". O: "Solo se puede vivir si se tiene una razón para ello. Lo conocí, me enamoré de él y mi vida cobró sentido de improviso".
Que te quieran así supone una presión insoportable. Entiendo que él le diga:"Pido algo más, tal vez un imposible. Pido que nos quedemos juntos, pero no tanto, no de una forma tan incondicional, a vida o muerte".
Dos personas que necesitan amar de forma distinta y punto. Pero tan egoísta (o tan humano) es ella queriendo imponer su forma como él la suya .
Isma escribió: ↑20 Jul 2021 17:45
Yo me sigo acordando de la escena del confesonario como si lo hubiera leído ayer.
Cada loco con su tema
Isma, ¡cuánto tiempo sin cruzarnos!
Yo ya no me acordaba, pero la he releído hace un rato y es memorable. Dejo aquí un par de ideas entresacadas de esa escena: "...quien ama sin humildad pone una gran carga sobre los hombros del otro. [...] ¿no sabe que Dios nos ha dado a cada uno nuestra propia alma? Un alma llena de secretos, como el universo. ¿Por qué quiere usted averiguar lo que Dios ha ocultado en un alma?".
Y cuánto tiempo sin ser testigo directo de tu sensibilidad. Como siempre, merece la pena .
Entiendo lo que dices. Y tienes razón.
Pero personalmente pienso que para aquel que pierde el equilibrio (en este caso ella) es muy difícil mantener la cordura. En cambio, para aquel que tiene claro lo que quiere, y que no quiere eso, es más sencillo establecer los límites, incluso separarse de alguien que daña y se hace daño. Es más fuerte, con lo cual más capaz de acabar con el desastre. Si no lo haces, eres mucho menos digno que el que claramente no puede hacerlo emocionalmente.
Yo quiero dar con alguien en la vida que sea suficientemente valiente como para quererme, y como para saber cuándo tiene que apartarme de su lado porque no me quiere.
Pero es sólo una opinión. Supongo que bastante exigente moralmente hablando.
De todos modos yo no soy de fiar, me paso el día feliz en pelotas divirtiéndome y viviendo la vida
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
Ceinwyn escribió: ↑21 Jul 2021 17:29
Yo quiero dar con alguien en la vida que sea suficientemente valiente como para quererme, y como para saber cuándo tiene que apartarme de su lado porque no me quiere.
Siempre he preferido ser yo quien tuviera la valentía de querer y, llegado el momento, apartarme. No me gusta delegar ni que deleguen en mí. Quizás en esta diferencia radique nuestra diferente empatía por los personajes.
Por cierto, ya estoy sumergida de lleno en la narración de él y tengo subrayados algunos párrafos de cómo veía éĺ a Marika que creo son muy esclarecedora, al menos para mí.
La salud mental no es algo que puedes elegir tener o no, Jilguero.
Pero no es la discusión adecuada para el hilo en cualquier caso, esto ya son otros dilemas, y acabo aquí.
¡Lean este libro, malditos!
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
Ceinwyn escribió: ↑16 Jul 2021 09:04
No entiendo demasiado bien al personaje de Peter. No entiendo su forma fría de sentir, y sus pocos procesos mentales establecidos, ni tampoco su forma de ver la vida, ni de tomar las decisiones, su incomunicación, incluso consigo mismo, su nula reflexión interna, esa apatía, esas pocas ganas de vivir.
Está resultando un pequeño misterio dentro del misterio mayor de la novela que no sé si voy a poder resolver sola, que yo me enquisto, me enquisto.... y ninguno estáis corriendo en mi ayuda. Bandidos.
El personaje de Peter lo veo como una persona que ha apostado por la verdad, por no autoengañarse, por aceptar que el amor tiene mucho de literario, especialmente el amor burgués. Para entender su conducta y su relación con Marika, creo que son esclarecedores estos párrafos de la conversación que Peter mantiene con un viejo amigo (capítulo 2).
Sobre su educación: En casa me domesticaron igual que más tarde hicieron en el colegio. Querían domar al animal salvaje que había en mí, al ser humano, para que me convirtiera en un buen burgués que realizase un papel intachable en el espectáculo. Quizá sea ésa la razón por la que siempre he buscado la soledad con una sombría obstinación. […]
De Marika (su primera mujer): ella lo hacía todo a la perfección.[…] Era como vivir en una escuela de modales. Pero vivíamos igual en el otro plano de la vida, en esa selva de cascadas torrenciales que es el lado auténtico de la vida. No me refiero sólo en la cama...aunque la cama también es una selva y una cascada torrencial, es el recuerdo de algo primigenio e imprescindible, de una experiencia cuyo sentido y cuyo contenido coinciden con los de la propia vida. Si a este ambiente primigenio le quitamos las hierbas y lo podamos para transformarlo en una especie de jardín inglés, el resultado será muy hermoso, ordenado y atractivo, con flores de aroma agradable, llamativos árboles y arbustos ornamentales, fuentes de agua tintineante y de mil reflejos, pero la selva y la cascada, a las que siempre querremos regresar, habrán desaparecido para siempre.
Ella sigue viva, puede que ya ni me espere. Está viva y muere lentamente. Muere de una forma educada, delicada, tranquila, burguesa. Muere porque no puede darle a su vida un sentido nuevo, porque no puede vivir con la sensación de no tener a nadie que la necesite, porque es imposible vivir sin la certeza de que en el mundo hay una persona para la que se es imprescindible.
Desean sentimientos completos, totales, pretenden extraer de su entorno toda la fuerza vital con la avidez de ciertas plantas gigantescas que absorben sin piedad de los acuíferos y los mantillos de su alrededor toda la humedad, la fuerza, el aroma y la luz. El amor es un egoísmo sin control. No sé si hay muchos seres que sean capaces de soportar la tiranía del amor sin sufrir heridas mortales.
En lo que sí creía, en esa parte primigenia del ser humano antes de ser domesticado (la pasión), y que si cree ver en la otra mujer; y por tanto, lo que buscaba:
cuando la vi por primera vez, esa cara era franca y radiante, tan llena de expectación como debió de serlo en los albores de la vida, cuando aún no había bebido del pozo de la sabiduría y no conocía el dolor ni el miedo.
[…]
esperaba que existiese un cuerpo, un único cuerpo capaz de acoplarse en perfecta armonía a otro cuerpo para aplacar la sed del deseo y el hastío de la satisfacción en una especie de manso reposo, en ese sueño que los hombres suelen llamar felicidad. En la vida real no existe, pero yo entonces no lo sabía.
La conclusión a la que llega, lo que aprende "después de vivir la juventud en la casa paterna y pasar por dos matrimonios y dos divorcios": Hasta cierto momento en nuestra vida, la soledad nos parece un castigo, nos sentimos como el niño al que dejan solo en un cuarto oscuro mientras los adultos conversan y se divierten en la habitación de al lado. Pero un día nosotros también nos hacemos adultos y descubrimos que, en la vida, la soledad, la verdadera, la elegida conscientemente, no es un castigo, ni siquiera es una forma enfermiza y resentida de aislamiento, sino el único estado digno del ser humano. Y entonces ya no es tan difícil soportarla. Es como vivir en un gran espacio donde siempre respiras un aire limpio.
Terminada la relectura. Para que haya diversidad , en mi caso, los dos personajes femeninos me resultan menos interesantes. Judit prometía mucho mirada desde fuera, pero cuando en la tercera parte es ella quien nos habla, poco a poco se desinfla mi interés.
El personaje de Péter me parece el más lúcido de la novela, el más realista de todos, si bien le lleva mucho tiempo descubrir la verdad, o al menos su verdad:
Los enamorados lloran y se prometen eterna fidelidad, juran permanecer siempre juntos, ayudarse y apoyarse; vivirán en la cima de una montaña o en una metrópoli...Pero luego pasa el tiempo […]y sus grandes proyectos fracasan, o no tienen el éxito esperado. Y entonces se separan, llenos de rencor o de indiferencia, y recuperan la esperanza y empiezan de nuevo a buscar otro compañero. O, si ya están demasiado cansados para empezar otra vez y permanecen juntos, se roban mutuamente la fuerza y las ganas de vivir, se ponen enfermos; se van matando el uno al otro y al final se mueren. Y quién sabe si en el postrer momento, cuando cierran los ojos, entienden por fin lo que querían del otro. Y quizá resulta que sólo estaban obedeciendo ciegamente una ley superior, una orden que renueva el mundo de manera constante con el aliento del amor y necesita hombres y mujeres que se apareen para perpetuar la especie...
Las voces, las luces, las alegrías y las sorpresas, las esperanzas y los miedos que encierra nuestra niñez, eso es lo que realmente amamos, lo que buscamos durante toda la vida. Y para un adulto, quizá sea el amor lo único que puede devolverle algo de esa espera temblorosa e impaciente...con la palabra «amor» me refiero no sólo a la cama y lo que conlleva, sino también a los momentos en que dos seres humanos se buscan, a la espera y a la esperanza que los empujan uno hacia otro.
Yo, amigo mío, esperaba un milagro. ¿Qué milagro? Sencillamente, que el amor fuese eterno, que rompiera la soledad con su fuerza sobrehumana y misteriosa, que disolviera la distancia entre dos seres humanos y derribase todas las barreras artificiales que habían levantado la sociedad, la educación, el patrimonio, el pasado y los recuerdos. Quien corre peligro de muerte mira alrededor en busca de una mano tendida que le haga saber que aún hay compasión y solidaridad, que aún viven seres humanos en algún lugar. Con ese ánimo buscaba yo a … (nombre de la segunda mujer).
Pero llega el momento de aceptar definitivamente la realidad:
Por un lado, aceptar que el “amor” no es otra cosa que la herramienta de la vida para que la especie sobreviva: Y quizá resulta que sólo estaban obedeciendo ciegamente una ley superior, una orden que renueva el mundo de manera constante con el aliento del amor y necesita hombres y mujeres que se apareen para perpetuar la especie...
Por otro, aceptar las consecuencias que tiene haber perseguido una quimera: …un día comprendí que nadie puede ayudarnos. El deseo de amar y ser amados permanece, pero no hay nadie que pueda servir de ayuda.
Cuando uno comprende esto, se hace fuerte y solitario
Y eso hace que desde fuera se le vea como una muralla inexpugnable:
...no había forma humana de ofenderlo, ni con palabras ni con actos, era tan delicado que las ofensas externas resbalaban como gotas de rocío sobre una hoja de loto. No, él era el único que podía ofenderse a sí mismo.
A este respecto, reconozco que es un placer las raras ocasiones en que te topas en la vida con alguien que te libera de esa terrible carga que es poder ofenderlo y te permite, por ende, expresarte libremente, sin miedo a herir susceptibilidades.
La fisura que encuentro en el discurso de este personaje, la gran incoherencia es justo que guardara un secreto con respecto a su primera mujer, si pensaba que: Dos personas que significan algo la una para la otra no pueden vivir guardando un secreto en el corazón. En eso consiste la traición. Lo demás ya no tiene importancia...son cosas del cuerpo, en la mayoría de los casos, un triste jadeo, nada más.
En cuanto al otro personaje masculino, Lázár, me parece como un hermano siamés de Péter, su complementario: Lázár es el téorico y Péter el que se encarga de pasar a la práctica:
Recuerdo que una vez dijo de pasada que no merecía la pena cambiar el sistema porque en el nuevo régimen las personas seguirían siendo exactamente iguales que en el antiguo. Él quería otra cosa. Quería cambiarse a sí mismo.
Su voluptuosidad era el mundo, lo excitaba la materia del mundo, la palabra y la carne, la voz y la piedra, todo lo que es tangible, pero en su sentido y en su contenido es a la vez intangible, abstracto.
Para él, la única patria era la lengua húngara […]la mayoría de las veces leía diccionarios de húngaro, de los que explican el significado de las palabras, y los leía con una expresión devota, embelesada, como si estuviera en una especie de trance místico.
Esta imagen me parece la mar de poética: De vez en cuando pronunciaba en voz alta una palabra húngara; miraba hacia el techo y soltaba la palabra para que pudiera volar como una mariposa…
También él es desde fuera una muralla inexpugnable: Acabé por convencerme de que a él no le importaba nada de lo que para el resto del mundo era importante. Tenía suficiente con un poco de pan, panceta, manzanas y vino. Y unos diccionarios.
Tuvo que aceptar la derrota, al igual que Péter: Estaba convencido de que la razón era una de las fuerzas que mueven el mundo, como la luz, la electricidad o el magnetismo. Y de que el hombre, con esa fuerza, podía dominar el mundo aunque no tuviera instrumentos precisos […]Y al final tuvo que aceptar que la razón en realidad no vale nada porque los instintos son más fuertes. La cólera es más fuerte que la razón. Y cuando la cólera tiene la tecnología en sus manos le importa un pimiento la razón.
Y creo que esta afirmación es de gran actualidad: los ricos sólo picotean en la cultura para aprovecharla, mojan pan golosamente y nada más.. pero uno tarda mucho en aprender estas cosas y paga un precio muy alto por ello.. ¿Aprender qué? ¡Pues que la cultura es cuando una persona...o un pueblo...se colma de una alegría inmensa! […]hoy ya sólo hay expertos, pero ellos no pueden dar la alegría de la cultura..
Pues al fin tengo el libro, lo he conseguido hoy por 3 euritos, que yo pensaba que lo tenía pero no, como todas las portadas de Salamandra para este autor son más o menos iguales acabo no sabiendo cuál tengo y cuál no.
Ardensitoooo Biennnnn!! Yo ya no me acuerdo de nada. Y por lo que veo en el foro, lo leí el año pasado, por Julio. Aún no hace ni un año. Maldita memoria mía. Pero lo que puedo hacer es revisar mis notas, leer mis comentarios, porque sí recuerdo las sensaciones, que me gustó, y que odiaba y amaba a todos
Ayyyy qué pena de mujer, que no valgo pa ná
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
Las cavilaciones de Juan Mute 
O: "Solo se puede vivir si se tiene una razón para ello. Lo conocí, me enamoré de él y mi vida cobró sentido de improviso". 
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