Lejos de Toledo - Angel Wagenstein
Moderadores: magali, Ashling, caramela
Re: Lejos de Toledo - Angel Wagenstein
No hay manera, mi ritmo de lectura 'actualmente' está bajo mínimos. Ciertos compromisos y obligaciones me impiden una lectura compartida.
Leeré vuestros comentarios desde bambolinas.
(voy leyendo pero muy muy poco a poco, no siempre querer es poder, y no siempre lo urgente es lo importante)
Leeré vuestros comentarios desde bambolinas.
(voy leyendo pero muy muy poco a poco, no siempre querer es poder, y no siempre lo urgente es lo importante)
Re: Lejos de Toledo - Angel Wagenstein
Espero que esto que dices no tenga nada que ver con esa carita triste del otro día.
Por lo demás, lee y comenta a tu ritmo, esto es por placer o no es.
Tampoco yo estoy muy activo en mis lecturas, pero, por lo poco que llevo de este, una cosa está clara: es una bella lectura, de esas que se hace paseando entre las imágenes que provoca, sin prisas, sin necesidad de llegar a ningún sitio, disfrutando de las vistas.
Por lo demás, lee y comenta a tu ritmo, esto es por placer o no es.
Tampoco yo estoy muy activo en mis lecturas, pero, por lo poco que llevo de este, una cosa está clara: es una bella lectura, de esas que se hace paseando entre las imágenes que provoca, sin prisas, sin necesidad de llegar a ningún sitio, disfrutando de las vistas.
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Re: Lejos de Toledo - Angel Wagenstein
Off topic a guille:
Prólogo, capítulo 1, capítulo 2
Quizás todo este comentario mío debiera ir en un spoiler, ya que voy a incluir citas del autor (¿del traductor del autor?) como ovillo del que tirar para interpretar la novela -según mi manera de leerla y sentirla-.
Ya en el prólogo, Wagenstein nos sitúa en ese viaje que desde Toledo llevará a Plóvdiv, a tantos y tantos judíos obligados a abandonar el reino cristiano gobernado por Fernando e Isabel. Ay, esa referencia a las raíces no puede ser más ilustrativa: ‘No es que quiera empezar con tópicos y verdades archisabidas, pero es un hecho incuestionable que el árbol empieza en las raíces y depende de ellas absolutamente’.
Una delicia ir descubriendo que en los Balcanes, Bulgaria, exista un pequeño reducto algunos de los habitantes del cual hablen ‘ladino’ (latín vulgar que hablaban las legiones romanas, y por eso los doctos lingüistas la denominaron ladino, pero mi abuela, que ignora semejante terminología académica, la llama judesmo que significa judío).
A través de los ojos de Berto, Albert Cohen, entramos de lleno en el día a día de Plóvdiv donde vive con sus abuelos, sin que, por el momento, sepamos el por qué...Soy huérfano de padre y madre, como ya he dado a entender, pero no quiero detenerme ahora a aclarar las circunstancias y razones por las que resultó necesario que me criaran mi abuela Mazal y mi abuelo el Borrachón.
Habla de sus abuelos como podría hablar yo de los míos, de mis abuelos maternos, Navarros, ambos. Aún les veo en la mesa de la cocina, en Marcilla, discutiendo porque mi abuelo, como siempre, por no fijarse, ha manchado esa camiseta de tirantes (que debiera ser interior pero siempre llevaba como camiseta de estar en casa) al beber de la bota del vino. Y oigo a mi abuela riñéndole sin filtros, ni miramientos: Luis, mira qué eres cochino, siempre igual, no puedes beber sin mancharte! Mientras nosotros, los tropecientos nietos, no dejamos de reirnos de nuevo por la escena tantas veces repetida.
Los imagino, los veo, Berto arriba y abajo buscando a su abuelo por mandato de su abuela. La abuela con las berenjenas y los pimientos, sin más sueños que los que 'los límites del barrio' pudieran proporcionarle, y él, soñador, mentiroso, fabulosamente inventador de realidades paralelas, corregidas y aumentadas a su gusto.
Como esa referencia preciosa a las bodas de Caná protagonizada, a saber, por el abuelo Borrachón y el mismísimo Yeshuá ben Yosef, explicada a todo aquel deseoso de escucharle, mientras la abuela ‘aceptaba con resignación la vida tal como era, tangible y tridimensional. Nunca se preguntaba por qué era así y no de otro modo, o si hubiera podido ser distinta y más atractiva o, digamos, más justa (...). Es decir, que, contrariamente a mi abuelo, ella no se dejaba llevar por fantasías, sino por sueños razonables y a veces incluso realizables'.
Sí, estoy disfrutando con las descripciones minuciosas, con el sentido del humor dejado caer como si no fuera en realidad su intención, como una broma del que sabe manejar el lenguaje, con la imaginación desbordante.
Qué maravillosa, por ejemplo, descripción del paso de la niñez a la adolescencia, como por casualidad:’'Nosotros, al principio dos niños, luego niños todavía y, al final, aún casi unos niños'.
Así llegamos al capítulo 2, al Plóvdiv de hoy, donde en el taller del ya viejo señor papadopoulos, y gracias a sus fotografías (‘Aquí están las crónicas del viejo bizantino Kostaki, su hálito del tiempo’) revivimos el pasado de Plóvdiv desde el presente, de la mano de Berto convertido ahora en un ‘extranjero presuntuoso, algo entrado en carnes y ya no muy joven’ y de Araxi (‘que fue la primera en tocar, trémula, las cuerdas amorosas de mi alma’).
Finaliza este capítulo con este diálogo que ‘expresamente’ reproduzco:
- ¿Y vosotros cómo os habéis encontrado en medio de este caos?
- Por casualidad –contesta Araxi-.
No, no fue casualidad. Lo sé, y ella sabe que lo sé.
Buf! Qué delicia...
Sí, quizá un poco sí la carita triste era por tu riña anterior... Sabes? Cuando estoy nerviosa, río, y digo tonterías, y no miro a los ojos, y hablo mucho y muy rápido, más que de costumbre. El otro día, en este hilo, me ocurrió eso, medio novata llena de complejos en este sector del foro, me encontré un poco fuera de lugar y sí cuando dije que me costaba salir del P/C era cierto. Me cuesta, me cuesta comentar libros porque sé que mi manera de hacerlo es un tanto diferente (bueno, hay quien diría que de hacer esto y la mayoría de mis rutinas y no rutinas). Pero gracias, tus palabras de hoy, tras mi renuncia, tras mi tirar la toalla sin haberlo intentado, me han animado: esto es un juego, y como juego que es, se juega y se disfruta, o se pasa la carta a otro que juegue con ganas, y risas. Venga, sí, juego, y juego a mi manera, dentro de las normas marcadas, pero a mi manera. Gracias, gracias, guille. |
Quizás todo este comentario mío debiera ir en un spoiler, ya que voy a incluir citas del autor (¿del traductor del autor?) como ovillo del que tirar para interpretar la novela -según mi manera de leerla y sentirla-.
Ya en el prólogo, Wagenstein nos sitúa en ese viaje que desde Toledo llevará a Plóvdiv, a tantos y tantos judíos obligados a abandonar el reino cristiano gobernado por Fernando e Isabel. Ay, esa referencia a las raíces no puede ser más ilustrativa: ‘No es que quiera empezar con tópicos y verdades archisabidas, pero es un hecho incuestionable que el árbol empieza en las raíces y depende de ellas absolutamente’.
Una delicia ir descubriendo que en los Balcanes, Bulgaria, exista un pequeño reducto algunos de los habitantes del cual hablen ‘ladino’ (latín vulgar que hablaban las legiones romanas, y por eso los doctos lingüistas la denominaron ladino, pero mi abuela, que ignora semejante terminología académica, la llama judesmo que significa judío).
A través de los ojos de Berto, Albert Cohen, entramos de lleno en el día a día de Plóvdiv donde vive con sus abuelos, sin que, por el momento, sepamos el por qué...Soy huérfano de padre y madre, como ya he dado a entender, pero no quiero detenerme ahora a aclarar las circunstancias y razones por las que resultó necesario que me criaran mi abuela Mazal y mi abuelo el Borrachón.
Habla de sus abuelos como podría hablar yo de los míos, de mis abuelos maternos, Navarros, ambos. Aún les veo en la mesa de la cocina, en Marcilla, discutiendo porque mi abuelo, como siempre, por no fijarse, ha manchado esa camiseta de tirantes (que debiera ser interior pero siempre llevaba como camiseta de estar en casa) al beber de la bota del vino. Y oigo a mi abuela riñéndole sin filtros, ni miramientos: Luis, mira qué eres cochino, siempre igual, no puedes beber sin mancharte! Mientras nosotros, los tropecientos nietos, no dejamos de reirnos de nuevo por la escena tantas veces repetida.
Los imagino, los veo, Berto arriba y abajo buscando a su abuelo por mandato de su abuela. La abuela con las berenjenas y los pimientos, sin más sueños que los que 'los límites del barrio' pudieran proporcionarle, y él, soñador, mentiroso, fabulosamente inventador de realidades paralelas, corregidas y aumentadas a su gusto.
Como esa referencia preciosa a las bodas de Caná protagonizada, a saber, por el abuelo Borrachón y el mismísimo Yeshuá ben Yosef, explicada a todo aquel deseoso de escucharle, mientras la abuela ‘aceptaba con resignación la vida tal como era, tangible y tridimensional. Nunca se preguntaba por qué era así y no de otro modo, o si hubiera podido ser distinta y más atractiva o, digamos, más justa (...). Es decir, que, contrariamente a mi abuelo, ella no se dejaba llevar por fantasías, sino por sueños razonables y a veces incluso realizables'.
Sí, estoy disfrutando con las descripciones minuciosas, con el sentido del humor dejado caer como si no fuera en realidad su intención, como una broma del que sabe manejar el lenguaje, con la imaginación desbordante.
Qué maravillosa, por ejemplo, descripción del paso de la niñez a la adolescencia, como por casualidad:’'Nosotros, al principio dos niños, luego niños todavía y, al final, aún casi unos niños'.
Así llegamos al capítulo 2, al Plóvdiv de hoy, donde en el taller del ya viejo señor papadopoulos, y gracias a sus fotografías (‘Aquí están las crónicas del viejo bizantino Kostaki, su hálito del tiempo’) revivimos el pasado de Plóvdiv desde el presente, de la mano de Berto convertido ahora en un ‘extranjero presuntuoso, algo entrado en carnes y ya no muy joven’ y de Araxi (‘que fue la primera en tocar, trémula, las cuerdas amorosas de mi alma’).
Finaliza este capítulo con este diálogo que ‘expresamente’ reproduzco:
- ¿Y vosotros cómo os habéis encontrado en medio de este caos?
- Por casualidad –contesta Araxi-.
No, no fue casualidad. Lo sé, y ella sabe que lo sé.
Buf! Qué delicia...
Re: Lejos de Toledo - Angel Wagenstein
Para Pulp:
Para Pulp (de nuevo):
(Si se me ocurre decir algo más, prácticamente has puesto lo que podría decir yo, comentaré más tarde)
Riña? Qué bah, patadita en la espinilla y por debajo de la mesa, si acaso. |
(Si se me ocurre decir algo más, prácticamente has puesto lo que podría decir yo, comentaré más tarde)
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Re: Lejos de Toledo - Angel Wagenstein
A que te gusta, a que sí.Pulp escribió:
".. interpretar la novela -según mi manera de leerla y sentirla- ...
Una delicia ...
... Luis, mira qué eres cochino ....
... preciosa...
... estoy disfrutando ...
... Qué maravillosa ...
Buf! Qué delicia...
Re: Lejos de Toledo - Angel Wagenstein
Rusoooooooooooooooooooo!!! Que luego me 'llaman la atención', me riñen, y me corto!
Re: Lejos de Toledo - Angel Wagenstein
He empezado la segunda parte del libro (consta de cuatro), cap. 17.
El relato fluye con una serenidad inquietante; los ojos se pasean por las palabras sin obstáculos que salvar, sin cuestas, sin escaleras que entorpezcan el camino por esas callejuelas del barrio antiguo de Plóvdiv. Un paseo en el que Wagenstein siente a menudo la necesidad de pararse y ofrecernos una literatura del instante, del amor por el detalle, por la descripción morosa de todo lo que te puede atravesar el alma en un segundo provocado por el detalle más aparentemente nimio.
En ese tranquilo paseo, lleno de ternura, donde no faltan unas gotitas de ese realismo mágico de las fábulas del borrachón, herencia sin duda de esos genes sefardíes, se tiene, no obstante, una constante sensación de fracaso, de pérdida, de una doble pérdida, personal y colectiva que hasta ahora solo se presiente.
Seguiremos deliciándonos.
El relato fluye con una serenidad inquietante; los ojos se pasean por las palabras sin obstáculos que salvar, sin cuestas, sin escaleras que entorpezcan el camino por esas callejuelas del barrio antiguo de Plóvdiv. Un paseo en el que Wagenstein siente a menudo la necesidad de pararse y ofrecernos una literatura del instante, del amor por el detalle, por la descripción morosa de todo lo que te puede atravesar el alma en un segundo provocado por el detalle más aparentemente nimio.
En ese tranquilo paseo, lleno de ternura, donde no faltan unas gotitas de ese realismo mágico de las fábulas del borrachón, herencia sin duda de esos genes sefardíes, se tiene, no obstante, una constante sensación de fracaso, de pérdida, de una doble pérdida, personal y colectiva que hasta ahora solo se presiente.
Seguiremos deliciándonos.
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Re: Lejos de Toledo - Angel Wagenstein
Así es guille (ostras, no había leído lo de cara guapa vs cara triste, gracias ), tal y como describes es el lenguaje, el juego con el lenguaje, la palabra y la descripción.
Te parece, vaya, no sé, no sé si las normas foreras lo permiten, pero te parece que -hasta el capítulo que tú has leído- añadamos una banda sonora?
Una música que nos ayude a situarnos aún más en ese escenario (paso del tiempo incluído).
Te parece, vaya, no sé, no sé si las normas foreras lo permiten, pero te parece que -hasta el capítulo que tú has leído- añadamos una banda sonora?
Una música que nos ayude a situarnos aún más en ese escenario (paso del tiempo incluído).
Re: Lejos de Toledo - Angel Wagenstein
Me parece... te cedo el honor de la inauguración.Pulp escribió:Te parece... Una música que nos ayude a situarnos aún más en ese escenario (paso del tiempo incluído).
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Re: Lejos de Toledo - Angel Wagenstein
Claro que sí, Pulp, mientras que el libro sea el protagonista principal.Pulp escribió:Te parece, vaya, no sé, no sé si las normas foreras lo permiten, pero te parece que -hasta el capítulo que tú has leído- añadamos una banda sonora?
Re: Lejos de Toledo - Angel Wagenstein
No sería la primera vez: música, imágenes... que ayudan a entrar en ambienteAshling escribió:Claro que sí, Pulp, mientras que el libro sea el protagonista principal.Pulp escribió:Te parece, vaya, no sé, no sé si las normas foreras lo permiten, pero te parece que -hasta el capítulo que tú has leído- añadamos una banda sonora?
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Re: Lejos de Toledo - Angel Wagenstein
Por tardona (que no, que solo es otra patadita en la espinilla), inauguro yo:
Una canción que una voz temblorosa y anciana tatareaba en español:
Enlace
(desconozco si esta canción data de tan antiguo pero las referencias en el libro son claras: Antonio Vargas Heredia y unas "sirvienticas de Sierra Morena que languidecían de amor por el gitano")
Y otra algo distinta: la última que se tocó en un piano que desapareció entre los sollozos de la intérprete.
Enlace
Una canción que una voz temblorosa y anciana tatareaba en español:
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(desconozco si esta canción data de tan antiguo pero las referencias en el libro son claras: Antonio Vargas Heredia y unas "sirvienticas de Sierra Morena que languidecían de amor por el gitano")
Y otra algo distinta: la última que se tocó en un piano que desapareció entre los sollozos de la intérprete.
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