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Novela singular entre las obras de Márai, Liberación fue escrita entre julio y septiembre de 1945, poco después de los hechos históricos narrados, y permaneció inédita hasta el año 2000, cuando se cumplió el centenario del nacimiento del gran autor húngaro.
En los días previos a la Navidad de 1944, en Budapest, una joven llamada Erzsébet busca un refugio para su padre, célebre hombre de ciencia, astrónomo y matemático, a quien la Gestapo y los militantes de la Cruz Flechada persiguen por sus conocidas simpatías liberales. Tras dejarlo a salvo en un pequeño escondite subterráneo, Erzsébet se refugia a su vez en un sótano al otro lado de la calle, junto con un nutrido grupo de sus conciudadanos. Allí permanecerá cuatro semanas, las que durará el asedio del Ejército Rojo, que lleva en las inmediaciones de Budapest desde noviembre. En ese rincón oscuro, donde reina el caos y el hacinamiento, Erzsébet nunca deja de creer que vendrá la «liberación», que los rusos no tardarán en llegar y que todo cambiará.
Escrita con la urgencia que imponía la situación política y un tono premonitorio de gran intensidad dramática, Liberación narra la devastación moral causada por la guerra y demuestra que Márai, ya en septiembre de 1945, cuando ponía punto final a este breve libro, no albergaba ninguna ilusión sobre la nueva época que se iniciaba en su país con la llegada de las tropas rusas.
Lo que está claro es que Sándor Márai nunca me deja indiferente.
Esta novela breve, claustrofóbica, te deja con el corazón encogido. Te muestra hasta que punto el hombre es capaz de sufrir situaciones casi inhumanas, lo fuerte que es el instinto de supervivencia. Pero también nos muestra la visión tan distinta de la habitual, que tiene el autor, de en qué consiste la liberación, el camino que debemos seguir. Será porque comparto su punto de vista que leerlo me trasmite fuerzas, ganas de seguir avanzando por el camino propio, sea o no el correcto, conduzca a algún lado o a ninguno.
La idea más potente del texto la pone el autor en boca de un matemático judío cuando, en plena guerra mundial, estando en un refugio antiaéreo, le dice a la protagonista:
¿Qué esperan? Ah, claro, la liberación... Han bajado al infierno por propia voluntad, han echado carbón al fuego, entre las brasas han metido millones de toneladas de explosivos para que el fuego prenda mejor, y ahora se asombran del calor que ha producido... Así somos los humanos.
Están sentados en el infierno a la espera de algo. Pero Voltaire afirma que sólo es feliz quien nada desea. Se imaginan que vendrá alguien, que sucederá algo y así ellos, los que avivaron el fuego del infierno, un día emergerán a la superficie y todo irá mejor.
Y luego añade:
Sólo existe una forma de liberación. Quien es lo bastante fuerte para conocer la realidad de su propia naturaleza ya está próximo a la liberación. Debe aceptarla sin ofenderse, porque ésa es la realidad. Y en la medida de lo posible, vivir sin falsos anhelos. Esto es cuanto podemos hacer.
Y efectivamente, eso es cuanto podemos hacer, aceptar nuestra naturaleza limitada y ambivalente y, sin engañarnos con falsas esperanzas, vivir. Somos máquinas de vida, estamos programadas para ello. Eso somos y toca sacarle partido a la vida .
Y me resulta increíble la capacidad que tiene este hombre de profundizar en la psicología humana, de mostrarnos todas las caras, de ser empáticos hasta lo inaceptable. Hay una escena que me ha soprendido porque es un hecho que en frío solo me habría provocado repulsión y rechazo y que de su mano queda convertido en un hecho "humano", sobre todo humano, nacido de la desesperanza y de la necesidad. Me refiero
a cuando el bolchevique la viola y luego ella casi se lamenta de estar tan sucia, de haberle podido ofrecer tan poco, un cuerpo maloliente a alguien aseado y que olía a colonia de afeitar.
En cierto modo, es una perspectiva perversa la que nos da Sándor. Pero, si se para uno a pensar, en parte esa perversión radica en el elemento cultural, porque es posible que en esas circunstancias, sin ese condicionante, ella hubiera accedido.
Conclusión, que cada vez admiro más a este escritor: escribe muy bien y encima aprendo, pues me hace reflexionar y, por ende, dudar de casi todo .
Última edición por jilguero el 05 Dic 2017 08:14, editado 1 vez en total.
Ahora que he visto tu comentario, jilguero y me acuerdo de nuestro club de seguidores de Sándor Márai, apenas recién inaugurado, busco en el catálogo de la biblioteca y no encuentro esta novela. Tendré que ir por otros lares, porque no podemos perder ninguna propuesta de nuestro escritor,
Abrazos sostenidos,
Pasado: El coraje de ser de Mónica Cavallé.
Presente: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Aben Razín escribió:Ahora que he visto tu comentario, jilguero y me acuerdo de nuestro club de seguidores de Sándor Márai, apenas recién inaugurado, busco en el catálogo de la biblioteca y no encuentro esta novela. Tendré que ir por otros lares, porque no podemos perder ninguna propuesta de nuestro escritor,
Abrazos sostenidos,
Pues ya ando leyendo Los rebeldes, que ni siquiera tiene hilo abierto. Ya lo abriré que ahora ando economizando mensajes . Tengo unos días libres y, con el frío que hace, creo que el autor va a ser mi mejor compañero. No te puedo ofrecer prestártelos porque tú sigues siendo de en papel y yo ya me he pasado al lector . Luego creo que le voy a dar un repaso a La mujer justa, que los comentarios de Isma han despertado mi deseo.
Por cierto, aprovecho para decirte que leí y dejé mi comentario en Jefe de estación Fallmerayer, de Joseph Roth. Es una historia breve y sin grandes pretensiones, pero que yo he disfrutado un montón. Hasta el punto de que ya me la he releido. Una historia clásica en el fondo, pero con su sello personal en la ambientación, en los detalles. Y con un final de esos que te reconcilia con nuestra especie. La crueldad forma parte de nuestra naturaleza, ya nos lo avisó Sándor, pero si podemos evitarla mejor. .
¡Qué invento tan magnifico es la literatura! ¡Cómo nos amplía los horizontes! Somos afortunados, Aben, de tener esta otra ventana al mundo .
jilguero escribió:
Por cierto, aprovecho para decirte que leí y dejé mi comentario en Jefe de estación Fallmerayer, de Joseph Roth. Es una historia breve y sin grandes pretensiones, pero que yo he disfrutado un montón. Hasta el punto de que ya me la he releido. Una historia clásica en el fondo, pero con su sello personal en la ambientación, en los detalles. Y con un final de esos que te reconcilia con nuestra especie. La crueldad forma parte de nuestra naturaleza, ya nos lo avisó Sándor, pero si podemos evitarla mejor. .
Este relato breve de nuestro estimado Joseph Roth no lo he leído -me falta mucho de este autor, aunque ganas no faltan porque lo considero, con dos o tres más, el cielo de los Literatos centroeuropeos que tanto han dado a la universalidad-, así que voy a tomar nota para dejarlo en mi inconmensurable lista de pendientes,
jilguero escribió:¡Qué invento tan magnifico es la literatura! ¡Cómo nos amplía los horizontes! Somos afortunados, Aben, de tener esta otra ventana al mundo .
También, hay que buscar esa fortuna y, con el tiempo, ir eligiendo esos autores que como faros van iluminando este camino que sutilmente llamamos Vida,
Pasado: El coraje de ser de Mónica Cavallé.
Presente: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Una constante huida escondiéndose como topos y la espera asfixiante en un sótano de una liberación que al final no será la esperada. Como a todos los marais se le pueden buscar sutiles interpretaciones.
ratonB escribió: ↑02 Feb 2023 14:25
Una constante huida escondiéndose como topos y la espera asfixiante en un sótano de una liberación que al final no será la esperada. Como a todos los marais se le pueden buscar sutiles interpretaciones.
Entonces, ¿la has leído?,
Pasado: El coraje de ser de Mónica Cavallé.
Presente: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
ratonB escribió: ↑02 Feb 2023 14:25
Una constante huida escondiéndose como topos y la espera asfixiante en un sótano de una liberación que al final no será la esperada. Como a todos los marais se le pueden buscar sutiles interpretaciones.
Entonces, ¿la has leído?,
Sí, la acabo de leer. Es corta y merece la pena, sobre todo a quien le atraigan las lecturas angustiosas sobre la IIGM y el holocausto. Fue escrita en caliente, creo que eso le da más valor.
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) y lo fiché 
. Tiene muy buena pinta 
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. Tengo unos días libres y, con el frío que hace, creo que el autor va a ser mi mejor compañero. No te puedo ofrecer prestártelos porque tú sigues siendo de en papel y yo ya me he pasado al lector 
. Luego creo que le voy a dar un repaso a La mujer justa, que los comentarios de Isma han despertado mi deseo.
