Gretogarbo escribió: ↑08 Dic 2022 16:15
Mara escribió: ↑08 Dic 2022 14:43Si había alguna posibilidad de que lo añadiera a la lista, se ha esfumado...
Ni me gustan las historias de amor, ni sé valorar esa forma de narrar tan detallada y, llamémosla, fina y delicada que no lleva a nada.
A ver,
Mara, hay historias de amor maravillosas y el narrar con detalle me gusta pero yo no he sabido verlo en esta novela. No quiero que mi comentario te condicione hasta el punto de no leerlo. En este hilo y
en este otro hay voces más autorizadas que la mía que sí han disfrutado con esta lectura.
Lo que no soporto de este tipo de literatura es que pretenda hacerme ver que todo tiene un por qué espiritual. Que hay un incendio nocturno y ese día la Vía Láctea es más visible que nunca... pues nada, alegrémonos porque las charamuscas que se eleven del fuego se convertirán en nuevas estrellas y las que más brillen serán las almas de los muertos. Un poco de por favor.
Una cosa que se me quedaba en el tintero... ¿alguien puede explicarme el papel de Yoko en la historia, más allá de ser la protagonista del arranque de la novela que, como ya he dicho, sí me ha gustado?
Greto, en la literatura japonesa todo tiene un por qué espiritual, sea el canto de un pájaro, la vía láctea, la seda blanca de la montaña que simboliza la pureza, el cómo se toca el samisen, o los insectos que mueren, otra cosa es que conectes o no con ello, porque si no se conecta pues ya está no hay que darle más vueltas. Yo leí el gran clásico japonés por excelencia, el Genji monogatari, del siglo XI, y ni se te ocurra leerlo porque es todo así. Desde luego a nuestros ojos occidentales la mayoría de reacciones son incomprensibles, pero todo en la literatura y la sociedad japonesa tiene sus códigos, por lo que, o te dejas llevar por la poesía de la escritura japonesa o no lees determinada novela japonesa que sigue esos códigos. Aunque lo mismo puede ocurrirle a cualquiera leyendo a Proust, Joyce o Kafka, por poner ejemplos de escritores con un mundo y unos códigos muy particulares.
Yo acabo de terminarlo justo ahora. A mí me ha gustado, disfruto con este tipo de literatura, con su poesía, con estos amores desaforados e incomprensibles por parte de Komako, que quiere que Shimamura se quede y al mismo tiempo que se vaya, porque sabe que es inalcanzable. Él por otra parte, es como una sombra, no puede disfrutar plenamente de las cosas, su afición es el ballet pero sin verlo ni desear verlo porque no le interesa la realidad, de ahí que disfrute del reflejo en el espejo del primer capítulo más que de la chica real, está casado pero no hay forma de que vuelva definitivamente a Tokyo, siempre vuelve, en diferentes estaciones, a la montaña, a estar con Komako, pero tampoco acaba de manifestarle su amor plenamente como ella, digamos que no sabe disfrutarlo, y sin embargo sí lo siente. Y después está Yoko, que ve en Shimamura la forma de escapar de allí, es una nueva Komako, que está empezando como ella al principio, y yo entiendo que
su muerte dará fin al nuevo ciclo que empezaría Shimamura con ella, ya hubo un "casi" anteriormente, pero que no llegó a cuajar por poco, algo que Komako vuelve a querer y no querer, también por protegerla a ella. |
Un amor
fou, con mucha poesía y mucho simbolismo en cada una de las descripciones. A destacar el primer capítulo, que en muchas ocasiones está formado por frases cortas, que según he leído son del estilo de los haikus, esas cosas se pierden en la traducción, y es visto en Japón como una obra maestra, aunque me ha encantado también la descripción de la nieve en las montañas o del otoño, y el tema de la seda de nieve también me ha gustado mucho.