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Cuentolosiento escribió: ↑03 Feb 2023 09:49
Disculpad, no quisiera desviarme de la verdadera intención de este hilo, pero quedándome la duda de aquel recuerdo, resulta que también hallo esto donde se hablan de cuarenta muertos. (?)
Pero aun así, me parece más verosímil, la cifra de ocho.
He visto más noticias con ocho fallecidos que con treinta. No obstante, recuerdo esos días con verdadera angustia más el vía crucis en los juzgados en años posteriores,
Pasado: El coraje de ser de Mónica Cavallé.
Presente: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Terminado la primera parte y hasta ahora no decepciona, tampoco sorprende demasiado la típica crítica narrativa a lo establecido y que mejor aspirante que un pequeño pueblo rural español donde todo se amplifica y donde basta las malas artes, un político tuerto con apellido o un cura poco convencido para manejar un rebaño hasta ahora obediente.
Leonora llega con luces propias y rompe con el tradicional y bien visto patriarcado, tiene una manzana apetitosa pero se niega a compartirla con nuestro hambriento y opacado principito.
No creo que la religión tenga mucho que ver con la historia pero la peregrinación del pobre Santo Bernardo en plena crecida del río me pareció una sátira algo exagerada, una bella escena costumbrista apocada por la crítica directa a la ignorancia de los feligreses.
Veremos qué pasa en la segunda parte…
"¡YANKY GO HOME! Pero llévame contigo." - Nicanor Parra
Arden escribió: ↑02 Feb 2023 16:38
En la novela se cuenta la tradición de sacar al santo cuando había peligro de inundación, o sea casi cada año antes, ahora menos por las nuevas canalizaciones. Eso ya lo he vivido yo, la gran riada, más bien pantanada porque se desbordó el pantano de Tous, provocó que en las zonas más bajas el agua llegara a 5 metros de altura, en mi casa, un segundo piso faltó un escalón para llegar, y el coche de mi padre apareció colgado del balcón de un primer piso. Después ha habido otras que ya se han intentado subsanar con grandes colectores, pero al final el río tiende a ir por donde le toca, es decir por el cauce que secaron. El hombre nunca gana a la naturaleza.
Efectivamente. Donde yo vivo no suele haber inundaciones, salvo algún garaje en la parte más baja y cercana al riachuelo que hay en el pueblo. Pero en otras partes de Gipuzkoa sí que suele haber, sobre todo en la zona Hernani, Astigarraga, en el río Urumea. Pero es que el hombre se empeña en construir donde no debe. En Bizkaia, en Getxo, hay una zona que se llama Fadura (padura) que literalmente quiere decir marisma. Pues bien, construyeron un polideportivo. Ahora, siempre están mirando el nivel del agua cuando llueve, aunque hayan hecho obras de acondicionamiento del cauce.
Si tienes una biblioteca con jardín, lo tienes todo. Cicerón
Terminada la primera parte, con el capítulo en el que, después de entablar amista Rafael y Leonora de una forma tan novelesca, con "Cupido" como mediador, qué gran acierto ponerle ese nombre al barbero que lleva a Rafael a la Casa Azul, el autor nos muestra parte de la vida de Leonora, y con ello la enorme distancia entre ambos, después de Príncipes, Presidentes, Grandes Duques y Reyes, que derrochan regalos, de pretendientes que
se suicidan,
de los grandes éxitos en los mejores teatros de todo el mundo, de recibir aplausos y fortuna, ¿qué puede ver en un provinciano jovencito sin mundo? Poco. Aunque, ya sabemos que el amor es ciego...
Blasco Ibáñez aprovecha para introducir uno de los grandes elementos de la novela, junto con Alzira y sus naranjos y costumbres, como es la música. Schubert, Mozart y sobre todo Wagner.
"Contemplaba sus retratos en las diversas óperas por ella cantadas: una numerosa colección de hermosas fotografías, llevando al pie el nombre del gabinete en casi todos los idiomas de Europa, en alfabetos raros que hacían parpadear a Rafael.
"La Elisabetta pálida y mística del Tannhäuser había sido retratada en Milán.
"La Elsa ideal y romántica de Lohengrin era de Munich;"
"había una Eva cándida y burguesa de Los maestros cantores fotografiada en Viena,"
"y una Brunilda soberbia, arrogante, de mirada hostil y centelleadora, que llevaba al pie el sello de San Petersburgo"
Aquí vemos la famosa cabalgata de las valquirias, donde resuena el famoso grito de guerra al que alude el libro:
He leído el primer capítulo de la segunda parte. En él vemos a Leonora
transformada y también enamorada de Rafael, muy a su pesar porque sabe que lo suyo es imposible, y así se lo hace ver a él. Ya no estamos en la tesitura "no puedo ser más que su amiga porque no voy a amarle nunca", sino en la de "aunque le amara no podríamos estar juntos, por su familia, por su posición, por lo que lo que yo soy". Leonora ha cambiado, parece más del mundo de Rafael, ha descendido, amansándose, pero al mismo tiempo, ella misma lo sabe, su naturaleza valquiria saldrá a la luz y sabe que querrá volar y volver al mundo al que pertenece, en primavera, y por eso ella teme a la primavera.
Un capítulo muy interesante. En realidad la auténtica protagonista de la novela es Leonora.
Muchos guiños a la ópera:
- Leonora o Fidelio de Beethoven. Leonora se disfraza de hombre para salvar a su amado.
- Hasta tres Leonoras hay en el mundo verdiano.
- Impresionante vocalidad: esos tres personajes wagnerianos no los canta una sola soprano. Son diferentes voces.
- Veo algo de "Traviata": las artistas tenían mala fama frente al protagonista burgués.
Un amor imposible.
Muchas gracias @Arden por toda la info gráfica!! ayer me empecé a leer un poco el libro y me sirvió de mucho!!
Por el momento me etá gustando bastante, por lo menos hasta el capítulo 3 que todavía no he empezado.... me está gustando bastante cómo detalla la historia familiar de los personajes...
Para que os hagáis una idea de cómo era el río antes de que secaran uno de los brazos, os enseño una foto del parque de las murallas, con las antiguas murallas árabes que tenían el río al pie, y ahora la avenida de la Hispanidad transcurre por arriba, como se ven las casas adosadas a la muralla están mucho más arriba.
En el segundo conocemos la historia de Leonora, sus amantes, su vida en el escenario, y la huída a Alzira. En el tercero, la
locura de Rafael, su intento de forzar a Leonora, y la defensa de ella, lo que hace que se distancien, pero en el cuarto, después de que todo el pueblo dé por hecho su boda con la hija del ricachón del pueblo, que es lo que espera su familia, para poder seguir sosteniendo la casa, y lo que espera el ricachón para poder darle lustre a su dinero, por fin Rafael y Leonora caen uno en brazos del otro, porque Leonora está enamorada, por primera vez.
Me encanta el modernismo en la descripción de los naranjos en flor, que despierta una pasión incontenible en ellos, con la naturaleza llamándolos, y haciendo que caigan las barreras racionales que existían hasta ese momento. Aunque, claro, no podrá ser, el drama se avecina. La sociedad nunca va a permitir una relación así.
Capítulo cuarto de la segunda parte…
Mucho más reflexivo que la primera, los personajes ya tienen un pasado conocido y un futuro predecible.
El capítulo dedicado a las andanzas de nuestra heroína se hizo algo pesado pero se entiende como necesaria, pasa de los rumores a los hechos y le da sentido a su actitud evasiva.
Y no es solo una historia de amor, sea cual sea el final, es un hermoso recorrido por paisajes descritos de manera magistral. En uno de sus párrafos describe una vista desde una colina desde donde podía distinguirse la Albufera valenciana y se me viene a la mente “Cañas y barro”… yo estuve también allí de la mano de este mismo autor y es la magia que tiene.
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