Finiquitado. Me ha gustado. Es una pena que recordase bastante de la serie de televisión. Hay algunas diferencias. Por ejemplo recuerdo que en la serie Tonet
mata a su hijo ahogándole, pero en la novela lo tira al aire, a donde caiga. Es más lógica la acción de la novela, ya que Tonet es un cobarde, incapaz de asesinar directamente |
Sobre este asunto, una cuestión.
Blasco Ibáñez describe al recién nacido, aparentemente con taras. ¿Lo have para que sea más dramático su final para el lector o para que lo sea menos? |
Mira que me gustan las situaciones tremebundas, incluso las de los folletines. Sin embargo, las barbaridades que acontecen aquí no me acaban de llenar. Y la escena final con Borda -para mi el mejor personaje-, me parece desmadrada.
Curiosa la "aparición" a Sangonera. Digo yo que será una influencia de la literatura simbolista de la época.
Además del drama, se pretende reflejar cómo vivía aquella gente. El caso es que, salvo Borda, todos los del Palmar son mezquinos, se guian sólo por la codicia y por sobrevivir. Nunca hay un instante de alegria sana, de humor entre semejantes. Los momentos alegres son por ejemplo Tonet con el sorteo, y las alcoholizadas rondas humillando a Cañamel.
Es un bonito detalle el recuerdo final a la serpiente Sancha, uniendo con el primer capítulo. Me ha hecho recordar la de veces que se mencionan, seguramente con toda intención, las palabras viscoso, serpiente, anguila o sanguijuela. Muy turbia era la vida en El Palmar.
¿Era posible legalmente la cláusula del testamento de Cañamel? Me parece asombroso, si lo era, o lo sigue siendo.