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He avanzado un poco más, estoy en el capítulo 4 del 2º libro.
Como bien suponía la madre de Allan Armadale, Ozie, es el otro Allan Armadale, pero pobre, qué mala vida ha llevado. No me puedo creer que su madre y su padrastro, Mr. Neal, le trataran como le trataban por saber que su padre había asesinado un hombre qué culpa tiene él, pobrecillo.
Ozie,
se ha propuesto cuidar de Allan, pero este hombre tiene más poca cabeza, llevo poco leído y ya le hubiera propinado más de una
Capítulo VI, de la tercera parte. Tengo que decir que no me está enganchando como otros Collins, lo sigo leyendo porque me encanta cómo escribe este hombre, me encantan sus personajes, todos desde los principales hasta los más secundarios tienen una personalidad que te atrapa. Pero la historia esta vez no me convence
Eso de que la historia
se pueda repetir de padres a hijos no me gusta ni me convence. Y eso de la criada despechada que después de 15 años, siga pensando en vengarse de lo mal que le trató Jane Armadale, pues tampoco me convence.
Pero como he dicho los personajes me parecen geniales. Allan,
no puede ser más tonto, de bueno que es. Mete la pata una y otra vez. Ozias, quizá es un poco más soso, pero bueno tiene bastante más cabeza que Allan. Las dos malas, de momento sólo las conocemos por las cartas que se envían entre ellas, que dicho sea de paso, esas cartas son lo mejorcito del libro hasta ahora. Vaya par de dos
Así que seguiré leyendo a pesar de que la historia no me convence.
Ohh, siento que no te esté gustando, lizzy. Para mí tampoco es el mejor que leí de este autor, pero lo estoy disfrutando
No me digas que no te gustó la correspondencia entre
Lidia y su amiguita
Aunque sí, la verdad es que hay algunas cosas no creíbles si nos ponemos a pensar. Por ejemplo
¿ese cambio de humor y comportamiento tan tan brusco en el amigo de Allan pues no sé yo
Como tú dices tampoco es creíble lo de la institutriz, peeeero veremos, igual
el odio no viene solo porque la despidiera. Creo que pasó por un matrimonio muy muy tormentoso y puede que le eche la culpa a la madre de Allan por despedirla o por algo más que aún no sabemos
LizzyDarcy escribió:Capítulo VI, de la tercera parte. Tengo que decir que no me está enganchando como otros Collins, lo sigo leyendo porque me encanta cómo escribe este hombre, me encantan sus personajes, todos desde los principales hasta los más secundarios tienen una personalidad que te atrapa. Pero la historia esta vez no me convence
Eso de que la historia
se pueda repetir de padres a hijos no me gusta ni me convence. Y eso de la criada despechada que después de 15 años, siga pensando en vengarse de lo mal que le trató Jane Armadale, pues tampoco me convence.
Pero como he dicho los personajes me parecen geniales. Allan,
no puede ser más tonto, de bueno que es. Mete la pata una y otra vez. Ozias, quizá es un poco más soso, pero bueno tiene bastante más cabeza que Allan. Las dos malas, de momento sólo las conocemos por las cartas que se envían entre ellas, que dicho sea de paso, esas cartas son lo mejorcito del libro hasta ahora. Vaya par de dos
Así que seguiré leyendo a pesar de que la historia no me convence.
Qué pena que no te convenza la historia, Lizzy. Reconozco que no me está entusiasmando como Sin nombre o La dama de blanco, pero me lo estoy pasando en grande. Y estoy deseando que
A ver cómo lo explico sin que suene a incompatible. La base de la historia no me convence, no me engancha, pero la lectura la estoy disfrutando, porque Collins siempre consigue hacer unos personajes maravillosos. La correspondencia
entre Gwilt y su protectora, me encantan y me parto de la risa.
El momento picnic me pareció divertidísimo,
con la mujer sorda, el hijo indispuesto, el hijo del banquero intentando agradar a todo el mundo
Capítulo XII, libro 3. Supongo que ahora que ya tenemos a Miss Gwilt
instalada en Thorpe-Ambrose y a los dos Allan rendidos a sus pies, la historia empezará a engancharme cada vez más.
LizzyDarcy escribió:A ver cómo lo explico sin que suene a incompatible. La base de la historia no me convence, no me engancha, pero la lectura la estoy disfrutando, porque Collins siempre consigue hacer unos personajes maravillosos. La correspondencia
entre Gwilt y su protectora, me encantan y me parto de la risa.
El momento picnic me pareció divertidísimo,
con la mujer sorda, el hijo indispuesto, el hijo del banquero intentando agradar a todo el mundo
Capítulo XII, libro 3. Supongo que ahora que ya tenemos a Miss Gwilt
instalada en Thorpe-Ambrose y a los dos Allan rendidos a sus pies, la historia empezará a engancharme cada vez más.
acaba de mantener una entrevista con Allan en la que le intenta convencer de que Miss Gwilt es una arpía de cuidado, le ha faltado muy poquito para calarla. Y el pobre no sólo no se desespera ante la tozudez de Allan por creerla una bendita sino que sigue empeñado en protegerle. Creo que hemos encontrado en Mr. Pedgift el contrapunto a la bruja de Lydia, menos mal, porque sino Allan en 24 horas era su mascota.
La cosa se va poniendo interesante y aunque ahora me he hecho fan de Mr. Pedgift senior el junior también me encanta
Yo he adelantado mucho. Y tengo que decir que me chirrían algunas cosas. Resulta repetitivo en muchas cosas y poco en otras. No se los personajes no están bien perfilados o al menos eso me parece a mi. Cambian de comportamiento o pensamientos sin explicación alguna. Desde el móvil no puedo leer bien vuestros comentarios. Esta noche OS diré algo más.
Llevo un sesenta por cien leído
Yo ya he dicho que aunque hay partes que las estoy disfrutando mucho porque Collins es un genio, es de los libros suyos que menos me están gustando. Por el argumento, por lo repetitivo que es a veces, pero bueno... Ya me queda menos.
Allan,
me da pena, ahora se ha quedado solo. Midwinter se ha enfadado con él porque está enamorado de Miss Gwilt y no le ha dejado que se explique. Al final ha renunciado a seguir espiando a Gwilt y el abogado también le ha abandonado. Así que ahora mismo está más solo que la una. Si es que de bueno que es, es tonto perdido.
Vaya, creía que os gustaría más. Yo tengo un recuerdo muy elevado de esta novela, nunca a la altura de La mujer de blanco ni de Sin nombre, pero sí pisándoles los talones.