Gabriel Miró
210 páginas
ISBN: 978-84-124932-0-7
Prólogo de Miguel de Unamuno
Web de la editorialGabriel Miró se refería a Las cerezas del cementerio como su «primera novela», tras una década de publicar relatos, cuentos y estampas. Pero es mucho más dado que Las cerezas del cementerio contiene todos los elementos que serán la nervatura del resto de su narrativa: el subjetivismo de los personajes, la exquisitez en las descripciones y el poroso sensualismo donde sumerge al ambiente.
Unas características que, más allá de singularizarlo en la literatura hispánica, convierten a Gabriel Miró en el novelista español más cercano a Marcel Proust o a Virginia Wolf, pues, como estos, sus argumentos —y Las cerezas del cementerio no es sino un bellísimo exponente— nos muestran como las pulsiones íntimas —en este caso, eróticas— disturban la relación de los personajes con cualquier realidad.
Por todo ello, Las cerezas del cementerio no es tanto una novela de su época como una magnífica anticipación de los nuevos modos narrativos que dominarán el s. XX.
Miró moldea con maestría una historia intimista e introspectiva que se centra en la figura de su protagonista, Félix Valdivia, cuya trayectoria vital se orienta hacia la naturaleza y hacia la mujer. Un personaje que chocará contra unas barreras, las de la religión, la carga del pecado y la rígida moral que le impiden demostrar los afectos y alcanzar su felicidad.
Esta novela posee ya muchas de las características que Miró iba a desarrollar magníficamente en sus obras posteriores: la exultante intensidad y exuberancia en la expresión de la belleza como algo que se capta por todos los sentidos, pero sobre todo por los de la vista, el olfato y el gusta, ha sido observada por todos los comentaristas y lo mismo podría decirse de su prodigiosa maestría lingüística, de su vocabulario enormemente rico y de su regionalismo Valenciano.
Pillado de aquí y de allá