La crítica que hace a la hipocresía general es demoledora. Y respecto al final, a mi me ha gustado mucho,
aunque de pena que lo maten y de la injusticicia que supone, creo que es un muy buen cierre impactante. |
Moderador: LizzyDarcy
aunque de pena que lo maten y de la injusticicia que supone, creo que es un muy buen cierre impactante. |
Mi edición, en papel, tiene otro final. Éste acabo de descubrirlo en un pdf que hay en la red.Orbajosa 12 de Diciembre.
«Perfecta me encarga muchas expresiones para usted. Se ha reído mucho con la especiota de su casamiento. La verdad es que en nuestro
pueblo se dice también. Ella lo niega, y ríe mucho cuando se le dice. En caso de que esto tenga visos de formalidad, yo le negaré mi aprobación, porque Jacinto tiene veintidós años menos que ella, y aunque Perfecta se conserva muy bien y ahora ha echado carnes y se ha puesto muy guapa, no creo que tal unión pueda ser provechosa. Si he de decir la verdad, no veo al chico muy entusiasmado. Su madre doña María Remedios es la que me parece que se dejaría cortar ambas orejas porque este ante-proyecto fuese siquiera proyecto.
»Una sensible noticia tengo que dar a Vd. Ya no tenemos Penitenciario, no precisamente porque haya pasado a mejor vida, sino porque el pobrecito está desde el mes de Abril tan acongojado, tan melancólico, tan taciturno que no se le conoce. Ya no hay en él ni siquiera dejos de aquel humor ático, de aquella jovialidad correcta y clásica que le hacía tan amable. Huye de la gente, se encierra en su casa, no recibe a nadie, apenas toma alimento, y ha roto toda clase de relaciones con el mundo. Si le viera Vd. no le conocería, porque se ha quedado en los puros huesos. Lo más particular es que ha reñido con su sobrina, y vive solo, enteramente solo en una casucha del arrabal de Baidejos. Ahora dice que renuncia su silla en el coro de la catedral y se marcha a Roma. ¡Ay! Orbajosa pierde mucho, perdiendo a su gran latino. Me parece que pasarán años tras años y no tendremos otro. Nuestra gloriosa España se acaba, se aniquila, se muere».
Orbajosa 23 de Diciembre.
«Mi carísimo amigo: escribo a Vd. a toda prisa para decirle que no puedo remitir hoy las pruebas. Acaba de suceder en mi casa una desgracia espantosa... Me llaman... Tengo que acudir... No sé lo que es de mí.
»Era cierto el proyecto de casamiento de Jacinto con mi cuñada. Esta mañana estaban todos en casa. Se había matado el cerdo para las
Pascuas. Las mujeres se ocupaban en las alegres faenas de estos días, y viera Vd. allí a Perfecta con media docena de sus amigas y criadas,
ocupándose en limpiar la carne para el adobo, en picarla para los chorizos, en preparar todo lo concerniente al interesante tratado de las morcillas. Entró Jacinto, acercose al grupo, resbaló en una piltrafa y cayó... ¡Horrible suceso que, por lo monstruoso, no parece verdad!... El infeliz muchacho cayó violentamente sobre su madre María Remedios, que tenía un gran cuchillo en la mano. Por un mecanismo fatal, el arma se envasó en el pecho del joven, atravesándole el corazón.
»Estoy consternado... ¡Esto es espantoso!... Mañana irán las pruebas... Añadiré otros dos pliegos, porque he descubierto un nuevo orbajosense ilustre. Bernardo Armador de Soto, que fue espolique del duque de Osuna, le sirvió durante la época del virreinato de Nápoles y
aun hay indicios de que no hizo nada, absolutamente nada en el complot contra Venecia».
No me lo tomo a mal, Mariela, faltaría más, pero estoy en contra de los espóileres, y mucho más si son indicados. En mi mensaje se indica explícitamente que hago un espóiler ya que pongo el texto como cita. No obstante, mi mensaje queda a total disposición de las moderadoras para que lo editen si lo creen oportuno (edito: la moderadora).
Lo he encontrado. Es tal cual éste, con la salvedad de que lo que aquí figura como 12 de diciembre, en mi edición corresponde al 12 de octubre.
Orbajosa, 12 de diciembre
Una sensible noticia tengo que dar a usted. Ya no tenemos Penitenciario, no precisamente porque haya pasado a mejor vida, sino porque el pobrecito está desde el mes de abril tan acongojado, tan melancólico, tan taciturno que no se le conoce. Ya no hay en él ni siquiera dejos de aquel humor ático, de aquella jovialidad correcta y clásica que le hacía tan amable. Huye de la gente, se encierra en su casa, no recibe a nadie, apenas toma alimento, y ha roto toda clase de relaciones con el mundo. Si le viera usted no le conocería, porque se ha quedado en los puros huesos. Lo más particular es que ha reñido con su sobrina, y vive solo, enteramente solo en una casucha del arrabal de Baidejos. Ahora dice que renuncia su silla en el coro de la catedral y se marcha a Roma. ¡Ay! Orbajosa pierde mucho, perdiendo a su gran latino. Me parece que pasarán años tras años y no tendremos otro. Nuestra gloriosa España se acaba, se aniquila, se muere.
Orbajosa, 23 de diciembre
El joven que recomendé a usted en carta llevada por él mismo es sobrino de nuestro querido Penitenciario, abogado con puntas de escritor. Esmeradamente educado por su tío, tiene ideas juiciosas. ¡Cuán sensible sería que se corrompiera en ese lodazal de filosofismo e incredulidad! Es honrado, trabajador y buen católico, por lo cual creo que hará carrera en un bufete como el de usted... Quizás le llevará su ambicioncilla (pues también la tiene) a las lides políticas, y creo que no sería mala ganancia para la causa del orden y la tradición, hoy que la juventud está pervertida por los de la cáscara amarga. Acompáñale su madre, una mujer ordinaria y sin barniz social, pero de corazón excelente y acendrada piedad. El amor materno toma en ella la forma algo extravagante de la ambición mundana, y dice que su hijo ha de ser ministro. Bien puede serlo.
Perfecta me da expresiones para usted. No sé a punto fijo qué tiene; pero ello es que nos inspira cuidado. Ha perdido el apetito de una manera alarmante, y, o yo no entiendo de males, o allí hay un principio de ictericia. Esta casa está muy triste desde que falta Rosario, que la alegraba con su sonrisa y su bondad angelical. Ahora parece que hay una nube negra encima de nosotros. La pobre Perfecta habla frecuentemente de esta nube, que cada vez se pone más negra, mientras ella se vuelve cada día más amarilla. La pobre madre halla consuelo a su dolor en la religión y en los ejercicios de culto, que practica cada vez con más ejemplaridad y edificación. Pasa casi todo el día en la iglesia, y gasta su gran fortuna en espléndidas funciones, en novenas y manifiestos brillantísimos. Gracias a ella el culto ha recobrado en Orbajosa su esplendor de otros días. Esto no deja de ser un alivio en medio de la decadencia y acabamiento de nuestra nacionalidad...
Mañana irán las pruebas... Añadiré otros dos pliegos, porque he descubierto un nuevo orbajosense ilustre. Bernardo Armador de Soto, que fue espolique del duque de Osuna, le sirvió durante la época del virreinato de Nápoles y aun hay indicios de que no hizo nada, absolutamente nada en el complot contra Venecia.
Debe ser la misma edición que he leído yo, M.Dolores, editada por Aneto Publicaciones S. L. y que es ésta.M.Dolores escribió: ↑12 Ene 2020 15:58Yo empecé a leer la edición virtual de la Biblioteca Cervantes pero rebuscando en casa de mis padres encontré una edición en papel que dieron con un periódico y termine el libro con la edición en papel y el final es como el de la versión en papel que ha puesto Gretogarbo...
Lo que no sé es cuál de los finales corresponde a la publicación por entregas y cuál a la publicación en un único volumen, aunque encuentro más grotesco éste.Doña Perfecta apareció en cinco entregas en La Revista de España (en los números de marzo a mayo de 1876), con tal aceptación que se editó en libro ese mismo mes de mayo, y en junio ya se había agotado la edición. Es entonces cuando Galdós, al publicar su segunda edición en una nueva imprenta, cambió el final grotesco con el que había aparecido hasta entonces.
Lo he terminado hace un rato, y coincido con todos en general, pero en particular con Yppe acerca del finalYppe escribió: ↑11 Ene 2020 10:54 Me ha gustado mucho y, pese a su brevedad, los pocos personanes principales estan muy bien definidos por como actuan. Con pocas descripciones entendemos perfectamente como es Doña Perfecta y lo que pretende, así como el cura y Pepe. Muy bien tratado también el ambiente opresivo de ciudad de provincias corta de miras y la imposibilidad de Pepe de vivir allí incluso con si buena voluntad de hacerlo.
La crítica que hace a la hipocresía general es demoledora. Y respecto al final, a mi me ha gustado mucho,
aunque de pena que lo maten y de la injusticicia que supone, creo que es un muy buen cierre impactante.
es muy impactante, cierto, no me lo esperaba. Sobretodo porque a pesar de la crítica que hace Galdós a la sociedad, a los habitantes del pueblo, hay algunas conversaciones memorables, cargadas de mucho sentido del humor, así que ese final me ha dejado bastante en shock. |
Si, es la misma ediciónGretogarbo escribió: ↑12 Ene 2020 16:15Debe ser la misma edición que he leído yo, M.Dolores, editada por Aneto Publicaciones S. L. y que es ésta.M.Dolores escribió: ↑12 Ene 2020 15:58Yo empecé a leer la edición virtual de la Biblioteca Cervantes pero rebuscando en casa de mis padres encontré una edición en papel que dieron con un periódico y termine el libro con la edición en papel y el final es como el de la versión en papel que ha puesto Gretogarbo...
Por cierto, sobre esos dos finales distintos, he encontrado esto:Lo que no sé es cuál de los finales corresponde a la publicación por entregas y cuál a la publicación en un único volumen, aunque encuentro más grotesco éste.Doña Perfecta apareció en cinco entregas en La Revista de España (en los números de marzo a mayo de 1876), con tal aceptación que se editó en libro ese mismo mes de mayo, y en junio ya se había agotado la edición. Es entonces cuando Galdós, al publicar su segunda edición en una nueva imprenta, cambió el final grotesco con el que había aparecido hasta entonces.
Muchas gracias, Gretogarbo, por no tomarte a mal mi comentario y por ponerme el final alternativo.Gretogarbo escribió: ↑12 Ene 2020 14:01No me lo tomo a mal, Mariela, faltaría más, pero estoy en contra de los espóileres, y mucho más si son indicados. En mi mensaje se indica explícitamente que hago un espóiler ya que pongo el texto como cita. No obstante, mi mensaje queda a total disposición de las moderadoras para que lo editen si lo creen oportuno (edito: la moderadora).
A ver si encuentro en la red el final de mi edición y hago un copia-pega, porque de lo contrario me va a llevar un siglo transcribirlo.
Muchas gracias por tu contestación, Mariela.
Pues no sé qué decirte, Gretogarbo. Yo prefiero quedarme con el final que he leído. En el otro sale demasiado bien librada la majadera tunanta de María Remedios y eso me fastidia mucho.Gretogarbo escribió: ↑12 Ene 2020 16:15Debe ser la misma edición que he leído yo, M.Dolores, editada por Aneto Publicaciones S. L. y que es ésta.M.Dolores escribió: ↑12 Ene 2020 15:58Yo empecé a leer la edición virtual de la Biblioteca Cervantes pero rebuscando en casa de mis padres encontré una edición en papel que dieron con un periódico y termine el libro con la edición en papel y el final es como el de la versión en papel que ha puesto Gretogarbo...
Por cierto, sobre esos dos finales distintos, he encontrado esto:Lo que no sé es cuál de los finales corresponde a la publicación por entregas y cuál a la publicación en un único volumen, aunque encuentro más grotesco éste.Doña Perfecta apareció en cinco entregas en La Revista de España (en los números de marzo a mayo de 1876), con tal aceptación que se editó en libro ese mismo mes de mayo, y en junio ya se había agotado la edición. Es entonces cuando Galdós, al publicar su segunda edición en una nueva imprenta, cambió el final grotesco con el que había aparecido hasta entonces.
…Jacinto era hijo del cura y doña María Remedios su concubina |