Calificada por Tolstoi como la mejor novela francesa después de Los Miserables, Maupassant describe la vida de una mujer sofocada por las convenciones de la época y víctima de un matrimonio desafortunado. El talento único de este maestro del naturalismo que, con gran sencillez, consigue captar todo lo sórdido y lo extraordinario del ser humano.
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A los diecisiete años, Jeanne sale del internado para regresar a la casa solariega de sus padres en Normandía. Pletórica de ilusiones, mimada por su familia y fascinada por la plenitud de una naturaleza que parece murmurar y soñar con ella, no conoce «del amor sino su poesía». Al cabo de unos meses, está casada con un joven vizconde: el deseo, la sensualidad de su marido la avergüenzan y humillan; pero, cuando finalmente se produce «la revelación misteriosa de esos hechos en los que reside el gran secreto del amor», la convivencia cotidiana, el hábito que sucede fatalmente a los grandes descubrimientos, no tarda en mostrar «las rarezas del carácter de Julián, sus rasgos de dureza, su avaricia y, por fin, su infidelidad».
Maupassant publicó Una vida, su primera novela, en 1883, cuan-do ya era un escritor famoso, tras la estela de Flaubert; y en ella narró «la humilde verdad» de la vida de una mujer atrapada en un mundo de arcaicas convenciones –regidas por el dinero, los títulos y los hombres– y destinada a sufrir con pasividad los embates de la familia, la religión, el matrimonio, la maternidad, e incluso de «instituciones» menos morales como las amantes de los maridos.