Es que ella es muy discretita, Julia.
No solo por dejarse el ventanal abierto de par en par cada vez que
ni por la escenografía que le echa
(interpretar Claro de luna con las luces tenues para aprovechar la luz de la luna en las veladas..., ¡¡qué total!!), sino porque, claro, como solo le sale bien el primer movimiento..., se salta el resto elegantemente diciendo que los otros movimientos son para mañanas o tardes y no para después de la cena. |
(Estoy escribiendo ésto y me estoy riendo sola, lo juro. Como la novela vaya en esa línea va a ser una delicia).
Estoy deseando descubrir a su Australio. |
Por cierto, no es posible que
el marido se llame Pepino. Pepino Lucas. |
Me niego.