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El naúfrago - Felipe Trigo

Publicado: 03 Oct 2015 09:58
por Pseudoabulafia
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Título: El naúfrago
Autor: Felipe Trigo
Año de primera publicación: 1912
Editorial: Biblioteca Virtual Cervantes
Número de páginas: 67

Primeros párrafos:
- I -

¡Hup! ¡hup!, ¡hup!... ¡Hurra! -lanzaron, á la usanza marinera, todos los del yate.

Las mesitas del lunch quedáronse desiertas. También las damas se acercaban á la borda, saludando con las copas de Champaña.

Llegaba, al fin, el conde de Alcalá, y con el conde la condesa: rubia, alta, espléndida, gentil, de grandes ojos claros é ingenuos, cuya infinita curiosidad se subrayaba en la infantil sonrisa blanca y rosa de su boca.

-¡Bah, la lugareña! -deslizó Marta Iboleón al oído de Lulú, en tanto ambas, hipócritamente amables, agitaban los pañuelos.

Lulú repuso:

-¡Sí, la lugareña! ¡Cuándo, allá en su pueblo, habría soñado ser condesa, la infeliz!

Los condes venían en un magnífico automóvil negro, que desde gran distancia, para más fanfarrona ostentación, mejor diríase que para abrirse paso entre la gente, se había acercado al son de su sirena y del áspero y macabro estornudar de su bocina.

Ahora, parado, dentro de la empalizada que con el auxilio de tres guardias contenía á la multitud, y en donde había otros autos menos excelentes y modestos carruajes de caballos, continuaba trepidando, mientras los condes descendían, y excitándoles la envidia á los del yate con la abierta mostración de sus blandas tapicerías verde botella adornadas de espejitos, timbres, relojes, cuadrantes de órdenes, contadores de la velocidad y búcaros de violetas y claveles.

-¡Hup! ¡Hup!... ¡Hurra, por los condes de Alcalá!

Javier, el conde, no muy ágil con su humanidad de joven guapo y gordo, y entre la atención repartida á aquellos plácemes, á sus arreos de cazador, harto complejos, y á dar la mano á su esposa, galantemente, se enredó por una correa en la portezuela del auto, al bajar. Josefina, la condesa, tampoco pisó muy firme el estribo, al saltar á tierra, por corresponder predilectamente á los afectuosísimos saludos de Anita Mir, del general Belmonte, y del ayundante de éste, Rodrigo, el simpático húsar de la Muerte; los cuales se apresuraron á recibirla en la escala

Era hermosa la mañana. Al sol, en la puerta del casino, estaban ya fumando y discutiendo Badillo, Cartujano, el secretario, el boticario, Pangolín y Atanasio Mataburros. José de San José llegó y tomó su silla. Por un rato escuchó, golpeándose las espuelas con la fusta. Sonreía. No sólo advirtió que Cartujano, con la presencia de él, tomaba vuelos, sino que pudo asimismo advertir de qué manera, por respeto a él, los demás cedían un tanto en su alborotada oposición de democracias.
Enlace a la edición digital de la Biblioteca Virtual Cervantes:
http://www.cervantesvirtual.com/obra-vi ... o--0/html/

Re: El naúfrago - Felipe Trigo

Publicado: 05 Oct 2015 08:44
por Aben Razín
Gracias, Pseudo :60: por abrir el hilo.

Una nueva oferta de Felipe Trigo, por ahora, me sigue impactando su Jarrapellejos :ojos4: