El bujío de Santa Catalina 2 (Bordeando la realidad)

[jilguero]

Ese brazo, que yo nunca sé si es rama o raíz, milagrosamente parece estar respetando el estanque.

Conformado. Que conste que ese brazo rama o brazo raíz queda muy a modo de banco corrido.

Un poco incómodo. Míralo desde esta otra perspectiva. Saqué la foto porque me resultó curioso que el árbol parece ir esquivando los obstáculos y solo destruye cuando no le dejan más remedio. En este caso, fíjate que hay unas cañerías de PVC, en la parte de abajo de la foto, que supongo es por donde entra el agua al estanque, la rama raíz las ha esquivado.

banco corrido.jpg

Ese mismo comportamiento sigue por la parte del estanque más cercana al árbol. Debieron mutirlarle raíces y las nuevas tratan de bordear el estanque.

la otra cara.jpg

Pero cuando no le dejan escapatoria, como ocurre en el otro Ficus, acaba reventando el acerado.

Acerado levantado.jpg

[luchana]

Parece una boa que está abrazando el estanque.
Pero me da que los tubos de plástico los han pasado perforando la raíz. Si te fijas se ven baldosas nuevas por donde se ocultan las tuberías.

[Gretogarbo]

Un poco incómodo. Míralo desde esta otra perspectiva. Saqué la foto porque me resultó curioso que el árbol parece ir esquivando los obstáculos y solo destruye cuando no le dejan más remedio.

Ciertamente, no es apto para sentarse, jilguero, a poco que se tenga un culo hermoso.

Es admirable el "respeto" del árbol por no dañar la estructura de la pileta.

... me da que los tubos de plástico los han pasado perforando la raíz. Si te fijas se ven baldosas nuevas por donde se ocultan las tuberías.

Pues o mucho engaña la fotografía o tienes toda la razón, luchana. Aunque me da a mí que la efectividad de esos tubos va a ser efímera.

[jilguero]

Esta mañana, Cata, he subido a tender a la azotea y que gustazo ver las torres mirador iluminadas con la luz cálida del amanecer. No llevaba el móvil encima y por eso no le hice una foto para que lo pudieras comprobar con tus propios ojos. A falta de eso, recuerda el poema de Salinas:Que hay otro ser por el que miro el mundo .

Ye me estoy leyendo un libro que me ha regalado una amiga sobre el Cádiz floreciente en el último tercio del siglo XVIII y primer tercio del XIX. Mientras tendía me han dado ganas de viajar en el tiempo hacia esa época en la que la ciudad era próspera y, en cierto sentido, más culta. Eso sí, al Oratorio de la Santa Cueva mejor no ir porque mira los ritos tan tremendos que se hacía:
“…después de mi sermón, dos sacerdotes portando sendos manojos de disciplinas hechas de cuerda y dotadas de gruesas nudos, empezaron a recorrer la capilla en toda su longitud suministrando a los asistentes estos instrumentos de penitencia. Terminado el reparto se apagaron las escasas lámparas del lugar con la única excepción de una pequeña vela encerrada en una linterna sorda. Al hacerse la oscuridad uno de los sacerdotes entonó con voz quejumbrosa una corta narración de la Pasión de Cristo, en tanto los devotos asistentes se apresuraban a despojarse de la ropa que le cubría el lugar del cuerpo que iban a castigar. Pero antes de tomar cumplida venganza de la carne pecadora, los piadosos verdugos de su propio cuerpo interrumpieron su inevitable despojo para darse en el rostro una sonora bofetada en el mismo momento en que el sacerdote cantor recordaba la que recibió Cristo de manos del criado del sumo sacerdote. Concluido el relato de la Pasión se entonó el Miserere, que bien pronto tuvo el acoplamiento de los golpes de las disciplinas que castigaban nerviosamente la dura carne pecadora y formaban el bajo más extraño que pueda imaginarse. El celo de los flagelantes crecía a medida que la operación seguía su curso y puedo atestiguar que eh visto en las paredes manchas de sangre en las iglesias donde se hacían practicas semejantes. He de confesar que cada vez que recuerdo el final de aquella ceremonia se me agolpan en el pecho sentimientos mezclados de indignación, compasión y desprecio. Los gritos frenéticos que lanzaban al unísono aquellas doscientas o trescientas personas, como lo harían las almas condenadas al contemplar el insondable abismo del infierno, la creciente violencia de los azotes, los suspiros y gemidos en lata voz y los gritos pidiendo perdón, todo este salvaje concierto que resonaba en miles y miles de ecos por los muros y las bóvedas de las capilla en medio de la más completa oscuridad, sobrepasa en horror todo lo que los novelistas hayan sido capaces de imaginar para impresionar a sus lectores. La flagelación acabó al dar el sacerdote la consabida señal de unas palmadas, y tras una nueva pausa de cinco minutos para que los penitentes pudieran vestirse, se abrió la linterna y se volvieron a encender las lámparas.”

Me ha recordado a La noche en que conocí a Carel, lo digo por la oscuridad y el secretismo del lugar.

... me da que los tubos de plástico los han pasado perforando la raíz. Si te fijas se ven baldosas nuevas por donde se ocultan las tuberías.

Pues o mucho engaña la fotografía o tienes toda la razón, luchana. Aunque me da a mí que la efectividad de esos tubos va a ser efímera.

Luego me daré una vuelta y estudio bien la situación, pues los tubos tienen en su extremo un codo, sugiriendo que se adentran hacia abajo. Yo había pensado que esos tubos son nuevos pero que sustituían a unos antiguos. Mas la hipótesis de Luchana tiene toda al lógica del mundo. Cuestión de ver donde está el registro más próximo de agua o preguntar a algún jardinero, de haberlo (hoy sábado raro será).

[jilguero]

Según parece el tubo más a la izquierda lo han pasado por debajo de la raíz (el codo está en horizontal) en busca del registro. El otro debe ser desagüe para reciclado y se va hacia abajo.

La situación no es nada obvia. Está claro que han puesto las conducciones intentando no dañar al árbol, pero también parece que cuando el árbol se encuentra un obstáculo lo bordea. Lo digo por esa raíz-rama que va en paralelo al tubo de PVC que va hacia la casetilla. Parece que el tubo le ha servido de guía. Vamos, que a este árbol le gusta bordear.

Conducción.jpg

[jilguero]

Llegó a su fin, Cata, la temporada de amanecer en esta banda de la bahía.

Como despedida hoy he podido ver, si miraba para un lado, el sol naciente; si miraba para el otro, la luna poniente.

Salida de sol.jpg

Puesta de luna.jpg

Y como colofón a este verano de 2022, la diosa Gades mirando como siempre hacia Poniente (el sol está saliendo a sus espaldas), y una gaviota en su cabeza mirando hacía el Sur.

Diosa Gades.jpg

[Gretogarbo]

Llegó a su fin, Cata, la temporada de amanecer en esta banda de la bahía.

Buena migración, jilguero, a tu pabellón de invierno. Espero que tu estancia veraniega haya sido más que estupenda.

[luchana]

Esta noche, después de un día muy claro, he ido a la playa a ver si divisaba un faro que está muy lejos y me he encontrado con esta agradable sorpresa: la luna saliendo debajo de Júpiter

[luchana]

. Vamos, que a este árbol le gusta bordear.

Eso esta bien vamos bordeando todos...

[jilguero]

Buena migración, jilguero, a tu pabellón de invierno. Espero que tu estancia veraniega haya sido más que estupenda.

Gracias, recién llegada. No ha estado mal, salvo por el calor que se ha pasado un poco.

Esta noche, después de un día muy claro, he ido a la playa a ver si divisaba un faro que está muy lejos y me he encontrado con esta agradable sorpresa: la luna saliendo debajo de Júpiter

¡Qué suerte! Muy chula la imagen. Parece CIFI. Como si estuvieras en un viaje estelar.

[Cuentos Peques]

Muy interesante

[jilguero]

Parecía que iba a llover, pero ha sido un visto y no visto. Con todo, esta mañana temprano he tenido la sensación que el cambio de banda había sido también un cambio de estación.

A Tomás, Cata, no lo he visto. Pero debajo de los desaguaderos que hacen de puerta y ventana principal hay montones de arena recién sacada, prueba irrefutable de que Tomasito sigue dentro y está en plena forma.

Muy interesante

¡Hola Cuentos Peques! ¿Qué tal el verano?

[Cuentos Peques]

Hola Jilguero, El verano muy bien

[jilguero]

Aquí tienes, Cata, la prueba de que Tomasito sigue en plena forma y sigue sacando arena de su madriguera .

Casa de Tomás el Esquivo.jpg

Pero lo que te quería contar es que ayer tuve un grato encuentro. No sé si te acordará de la etapa en que andaba con la rótula rota y tuve de compañero de rehabilitación, entre otros, a Antonio, el del yeísmo rehilado. ¿Recuerdas?, ese que era peluquero y uruguayo; y del que un día, ya recuperada, quise entrar en al peluquería a saludarlo, me la encontré cerrada y me temí que le hubieran dado la invalidez. El mismo del Jardín de los teros que, arrodillado y con el oído pegado a tierra, escuchaba los rezongos del subsuelo.

Como imagino que ya no te acordarás, te dejo aquí el fragmento donde aparece:
La vista de aquella explanada infértil ante la cabaña le había hecho preguntarse a menudo cuál sería su significado; y había llegado a la conclusión de que su esterilidad era una señal premonitoria de que en adelante aquel trozo de tierra no estaba destinado a que de nuevo medrasen en él las berenjenas. A Cata no le extrañó, pues, que estando un sábado por la tarde sentada en la puerta del bujío se escuchara un leve murmullo de follaje, como si alguien se estuviera abriendo paso entre los arbustos de berenjenas; ni tampoco le extrañó que un visitante se adentrara en el pequeño descampado y, tras arrodillarse y pegar una oreja a tierra, permaneciera en silencio durante unos minutos escuchando los rezongos del subsuelo. La postura le recordó a la que adoptaban los pieles rojas en las películas de vaqueros para detectar si había cerca manadas de búfalos o de caballos salvajes; y de no ser por su represivo sentido del decoro, también ella se hubiera arrodillado y pegado una oreja a tierra para enterarse de lo que ocurría en las entrañas de aquel baldío.

Después de una parsimoniosa escucha, el visitante se puso en pie y, con similar parsimonia, se aprestó a sacudirse el polvo de los pantalones. Levantó luego la cabeza y, al descubrir que no estaba solo, con un yeísmo rehílado muy dulce, se presentó como “Antonio Vigora, para servir a Dios y a usted”. No hubo necesidad de que ella le preguntase la razón de aquel acento tan musical, ya que él, incómodo de haber irrumpido sin permiso en una propiedad ajena, continuó dándole explicaciones. Era uruguayo, oriundo de Montevideo, si bien residía en la vecina ciudad de Cádiz desde hacía veinte años, donde regentaba una barbería en la calle Plocia. El negocio marchaba bien. ¡Demasiado bien!, puntualizó. La clientela era tanta que atenderla como a él le gustaba le provocaba cada vez más estrés. Ese era el motivo de que, tras trabajar duro de lunes a viernes, el fin de semana lo dedicara a solazarse paseando por el campo.

Cuando el hombre hizo una pausa, Cata asintió con un ligero movimiento de cabeza. Aquel gesto de aquiescencia fue interpretado como una muestra de comprensión y eso le animó a seguir dándole explicaciones. Los chiclaneros eran muy extrovertidos y lo habían interpelado en más de una ocasión mientras paseaba por el pago. Escuchar su acento les había hecho acordarse de sor Lucila, oriunda como él de Montevideo, y le habían hablado del poblado de las once mil vírgenes del que la sor había sido fundadora; y también de la colonia de teros de la Laguna de la Janda que eran los guardianes nocturnos del convento; y de la tarde en la que, estando los tarrayeros dando sepultura a los últimos pájaros justo en aquel terreno baldío, llegó una mocita muy linda y, con un acento parecido al suyo, preguntó por sor Lucila y el poblado; y de cómo se alejó luego arrastrando su larga melena cobriza y dejando tras de sí aquel inconfundible aroma virginal…

Jajaja, ya no me acordaba, Cata, que la última virgen de La colmena virginal era Sierva María. Bueno, a lo que iba, que me voy por las ramas, ayer me lo crucé en la calle y, al paso, fue él quien me reconoció y me saludó muy sonriente. Al pronto, me sonó su cara, pero no lo identifiqué hasta que no caí en la cuenta de la musicalidad de su saludo. Entonces me di media vuelta y lo alcancé para preguntarle cómo estaba. Se le veía andar bien (te recuerdo que tenía un pie fracturado cuando compartíamos la la sala de la pared azogada). Me comentó que, aunque parezca que anda bien, que sigue teniendo dolores, pero que los soporta sin medicamentos. También me comentó que la peluquería seguía abierta (la habían cambiado de lugar) y que pronto se jubilaba.

Fue un encuentro entrañable, y me alegré de verlo tan sonriente y bien afeitado: a rehabilitación iba en chándal y con barba de varios días; y a veces se le veía triste. Parecía hasta más joven y apuesto.

Hola Jilguero, El verano muy bien

No sabes lo mucho que me alegra saberlo.

[jilguero]

Anoche, Cata, le mandé a un amigo Un pétalo caído antes de tiempo y, cuando vi el video del pájaro azul, me dije que merecía la pena que hoy lo colgará aquí para que lo recordemos.

Quien más y quien menos tiene un pájaro azul en su interior, si bien no quiere que nadie más lo sepa porque se volvería demasiado vulnerable.

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