Cuento erótico-salvaje-agosteño

Espacio en el que encontrar los relatos de los foreros, y pistas para quien quiera publicar.

Moderadores: Megan, kassiopea

Responder
HERMANN
No puedo vivir sin este foro
Mensajes: 726
Registrado: 03 Jul 2005 01:22
Ubicación: MADRID

Cuento erótico-salvaje-agosteño

Mensaje por HERMANN »

Cuando el soldado se asomó al precipicio verde y vio el poblado envuelto en un brumal de hogueras, lanzas y espetones, estaba desfallecido, medio muerto, y creyó percibir como en sueños un dulce y esperanzador olor a carne tostada.
Descendió como pudo por senderos ocultos al sol y llegó arrastrándose a las primeras cabañas para pedir ayuda. Había tantos árboles alrededor y tan grandes que parecían catedrales. Tenía el pelo lleno de barro y caído encima de los ojos como bostas deshilachadas; el torso cubierto por un trozo de lienzo del color de la tierra y la piel lacerada por el roce de una armadura perdida hacía ya mucho tiempo.
Nada más llegar quiso huir; correr alucinado por la visión fantasmagórica de los fuegos y los muertos pero ya no tenía fuerzas. De la nada aparecieron figuras humanas y como una bestia inofensiva fue arrastrado por una jauría de jóvenes desnudas. Iban con determinación, nerviosas, gritando a carcajadas. Las fogatas tenían cada una, como hijos y amigos queridos, a hombres ensartados al fuego y cabezas equinas que parecían sonreír en unas combinaciones imposibles de cuerpos con cabezas de caballo y caballos con miembros humanos. Se dejó llevar como una presa moribunda en una pesadilla, esperando despertar.
Un grupo de mujeres maduras esperaban en la puerta del Amo. Cuando llegaron pusieron al hombre en pie y lo desnudaron. Un libro cayó al suelo. Una vieja desgreñada abrió la puerta y lo empujaron adentro, luego se quedó ciego en la penumbra del cuarto, quieto y asustado. El Amo, inconmensurable, de piernas elefantinas y moradas, le miraba con los ojos muy abiertos. Sudaba y parecía enfermo. Le entregaron el libro y preguntó con el acento de los nativos:
-¿Qué es esto?
EL soldado contestó con una pizca de orgullo; sospechando que aquellas gentes nunca habían visto algo así:
-Es un libro. Habla de una historia sagrada.
El Amo se puso el libro al oído y lo movió pero no escuchó nada. Luego mandó arrojarlo al fuego.
-Ya no os tenemos miedo, mal nacidos. Mentís. Nos trajisteis baratijas y una nueva religión para llevaros nuestra riqueza y os la dimos porque os creíamos dioses; ¡inmortales! pero ya hemos visto que os morís y os pudrís igual que nosotros. He visto a vuestros animales rajados tropezarse con sus propias tripas y a tus hermanos perecer ahogados en la laguna... ¡dioses! -El hombre soltó una carcajada para volver a recomponer su rostro desorbitado y brillante- Lo estamos comiendo todo. Mira mi gente, su luz ¡La grasa!
El soldado levantó un poco la cabeza e intentó ablandar la rabia de su oponente.
-Nosotros, señor, sólo debemos obediencia a Dios y al Rey pero me atrevo a pedir su compasión.
-¡Compasión! ¡A Dios y al Rey! ¡Que vengan ahora si quieren! Ya puedes comenzar a rezar tus oraciones. Casi habéis exterminado nuestra estirpe y aún te atreves a pedir clemencia –El amo se levantó con dificultad, como un gorila herido, y gritó -¡Llevároslo de aquí!
El soldado se abandonó a su destino e imaginó cómo sería la muerte, qué sentiría. Si sería como aquella vez que perdió el sentido al caer del caballo o sería tan atroz como cuando le arrancaron en la barbería una muela infectada.
Lo llevaron al interior de una choza cercana a la del Amo y allí lo tumbaron en un tocón de madera. Lo ataron. Un hilo de luz entraba por una de las paredes. Al lado había una jofaina con agua y unos trapos. Para su sorpresa vio cómo las mujeres más viejas cogían los trapos y los empapaban en agua con ceniza. Pensó que quizá lo hacían así para limpiar lo que iba a ser para ellos un alimento. Pero vio que se afanaban en limpiar su cuerpo en todos sus rincones y que alguna le pasaba por la piel sus manos desnudas. Vertieron sobre su pelo agua tibia. Luego notó que lo secaban con telas perfumadas y que lo dejaban solo. Alzó la cabeza y pudo ver, después de tanto tiempo, su cuerpo limpio y escurrido. Más tarde apareció el Amo y se acercó a su cabeza, amenazante. Llevaba en la mano un hacha, posiblemente robada a un soldado de su ejército, y comenzó a elevarla a la altura de su cuello. El hombre cerró los ojos e imploró dentro de sí: “Dios, Dios..., sálvame ”.
El Amo se acercó a su oído y le susurró unas palabras confusas que no entendió del todo. “Si te derramas morirás descuartizado; te cortaremos primero tu pinga y te la meteremos en la boca; luego el resto hasta que los trozos sean tan pequeños que podamos darlo a las viejas desdentadas. Si no derramas tu licor morirás ensartado en el fuego como todos tus antecesores”.
¿Qué significaba eso? El Amo dejó caer el hacha a dos centímetros de la cara del soldado y se marchó. ¿Qué iba a ocurrir entonces? ¿Qué debía evitar? ¿Qué debía hacer? No había escapatoria.
Cuatro jóvenes desnudas, las más hermosas, trajeron un sillón forrado en pieles de escamas de algún animal extraño; luego entró el Amo y se sentó en él. Las mujeres permanecieron a su lado y a una señal de su mano se acercaron al cautivo. Permanecía tumbado y con la cabeza tan erguida como las cuerdas le permitían. Podía contemplar la cara del Amo impasible, expectante. Dos de las muchachas, sumisas, miraron al Amo y a un gesto de sus ojos les indicó que procedieran. Le dieron de comer una papilla verde que sabía a una mezcla de frutos desconocidos que el hombre engulló sin apenas respirar. Pronto notó que su fiebre se aliviaba.
Las mujeres se colocaron dos a cada lado. Tenían en la cara una sonrisa y cimbreaban las caderas de un modo sensual y rítmico. Una de ellas, con la punta de los dedos, deshizo el nudo que el hombre tenía como taparrabos y lo dejó completamente en cueros.
El soldado estaba medio mareado. No podía recordar la última vez que pudo estar con una mujer. Observó de reojo que no llevaban armas pero tenían las manos untadas en alguna esencia. Comenzaron a acariciarle con la punta de los dedos, primero por las sienes, luego por el cuello, el torso. Las otras dos se afanaban en sus pies, amasándolos con firmeza pero de manera tan placentera que una oleada de bienestar fue elevándose por sus piernas. Un fuego de excitación fue recorriendo su cuerpo: era la vida que se habría paso. Pero recordó la amenaza de la muerte. De poder elegir, estaba seguro, preferiría la muerte por desangre que el dolor del fuego. Si fueran certeros en el tajo que le llevara la vida...
Notó los dedos de las cuatro mujeres que le recorrían ya por todo el cuerpo e intentó que la erección no se produjera por nada del mundo; o sí, no sabía, se iba hundiendo en un torbellino de dudas.
Comenzó a pensar en todos esos meses que anduvo vagando por selvas impenetrables donde después de subir colinas resbaladizas como el jabón, llegaban a donde volvían a encontrarse con extensiones inabarcables. Notó desesperado que le abrían las piernas y, siempre con la punta de los dedos, le acariciaban el escroto y la base del miembro. Una de ellas se acercó a su pecho y le pasó la lengua por el pezón. El corazón latía frenético y se retorcía en un dilema de deseo y temor. Otra acercó, ya con decisión, sus labios a la cabeza palpitante de su sexo y le pasó la lengua; muy levemente. El soldado cerraba con fuerzas los ojos como queriendo apartarse de toda sensación de placer pero no podía. Su miembro era independiente de su voluntad y a cada latido iba endureciéndose más y más.
El Amo observaba divertido la escena.
No se sabe si debido a alguna enfermedad o a algún conjuro, hacía mucho que no podía trempar y miraba divertido y excitado. Una de las mujeres se afanaba ya con determinación en el bombeo del sexo del soldado y el Amo se echó a reír y prorrumpió: “Me parece que vamos a ir afilando los cuchillos”. Era un movimiento frenético que invocaba a la extracción del genio de una lámpara maravillosa.

La mente del soldado llegó al punto máximo de paroxismo. Tenía todos los tendones en tensión; notaba que iba a irse en una última avalancha de placer. Una de las mujeres le colocó una cáscara de guayaba en el ombligo y le acarició la parte interior de sus muslos. Un chorro de semen inevitable salió despedido hacia el recipiente empujado por un quejido de placer. La mujer apuró el resto extrayéndolo con habilidad y se fue con él, con el licor de la vida, como si fuera un tesoro.
El Amo se levantó agitando un largo cuchillo y el hombre quiso recordar una oración pues esperaba morir; “si me da un tajo ahí ahora, me desangro en un minuto” pensó. Pero el Amo solo fue a cortar las cuerdas que le ataban.
“A partir de ahora vivirás entre nosotros y fecundarás a nuestras mujeres. Todos los hombres se fueron o murieron. No irás a cazar ni tendrás que realizar labor alguna. Sólo alimentarte y fecundar”.
El soldado se levantó y se cubrió con las manos sus vergüenzas pero enseguida le trajeron una tela con que taparse y le condujeron a lo que serían sus aposentos desde ese día. Antes de apartarse preguntó al Amo: “¿Por qué murieron todos ellos, mis compatriotas?”. El Amo soltó una carcajada y le confesó: “No te lo creerás, pero ninguno fue capaz de trempar; el miedo hace encoger los genitales. Tu vigor, hijo mío, te ha salvado”.

Muchos años más tarde una expedición llegó hasta lo que era ya un gran pueblo próspero y encontraron a un anciano de tez blanca. Estaba en medio de un jardín rodeado de mestizos de todas las edades. El jefe de la expedición se dirigió al viejo y le preguntó su nombre y de dónde venía.
“Mi nombre es Alonso Buendía y formé parte de la primera expedición que pisó estas tierras; la tierra de los Iguarán. Sean todos bienvenidos”.

La nueva expedición se estableció en aquella comarca y varias generaciones más tarde se convirtió en una pequeña ciudad. Llena de vida, historias, horrores, alegrías, magia; como todas las ciudades.
Avatar de Usuario
nosequé
Vivo aquí
Mensajes: 11230
Registrado: 08 Dic 2007 16:34
Ubicación: Espacio de lo posible

Re: CUENTO ERÓTICO-SALVAJE-AGOSTEÑO

Mensaje por nosequé »

:shock:
Escribes poco, pero cuando te pones....... :icon_no_tenteras:

Luego lo leo

:D :D :D
La felicidad es un sillita al sol :-D
Avatar de Usuario
Berlín
Vivo aquí
Mensajes: 12962
Registrado: 04 Ago 2009 10:07
Ubicación: Barcelona

Re: CUENTO ERÓTICO-SALVAJE-AGOSTEÑO

Mensaje por Berlín »

Herman, es simplemente fantástico!!! Me ha encantado. La parte erótica es estupenda, pero encaja de una forma perfecta en la historia y la historia en ella. Soberbio, de verdad.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
Avatar de Usuario
nosequé
Vivo aquí
Mensajes: 11230
Registrado: 08 Dic 2007 16:34
Ubicación: Espacio de lo posible

Re: CUENTO ERÓTICO-SALVAJE-AGOSTEÑO

Mensaje por nosequé »

:shock: :shock: :shock:

¡Qué divertida! Cruel y sensual.

Es entretenida y muy sugerente
El miedo no sirve para nada, y hay que tener buena punteria :mrgreen:
Espero que te animes y nos dejes más relatos.

En agosto, o en septiembre.....porfi

:60: :60:
La felicidad es un sillita al sol :-D
Avatar de Usuario
lucia
Cruela de vil
Mensajes: 84497
Registrado: 26 Dic 2003 18:50

Re: Cuento erótico-salvaje-agosteño

Mensaje por lucia »

Hermann, un Amo cruel, pero magnánimo :lol:
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

Imagen Mis diseños
Avatar de Usuario
Lin
No tengo vida social
Mensajes: 1168
Registrado: 14 Dic 2006 08:19
Ubicación: Perdida en alguna historia

Re: Cuento erótico-salvaje-agosteño

Mensaje por Lin »

Me ha gustado!
Muy sensual la manera de redactar.
Muy imaginativo.
1
Avatar de Usuario
eee
No puedo vivir sin este foro
Mensajes: 858
Registrado: 22 May 2007 14:00

Re: Cuento erótico-salvaje-agosteño

Mensaje por eee »

jeje, veía venir una de esas voluptuosas escenas imposibles del divino Marqués.

saluditos!
HERMANN
No puedo vivir sin este foro
Mensajes: 726
Registrado: 03 Jul 2005 01:22
Ubicación: MADRID

Re: Cuento erótico-salvaje-agosteño

Mensaje por HERMANN »

Gracias, nosequé, berlin, lucía, lin, eee..., vaya nombrecitos, Lucía...
Es una historia que llevaba un montón de días masticando y al chicle ya no le quedaba sabor así que nada, a "eyacularlo".
Por cierto, eee, es curiosidad ¿por qué lo de Marqués? Me gusta pero ante eso tengo algo que decir. Dime qué te ha sugerido llamarme así y te o ontaré.
Saludos.
Avatar de Usuario
Allanpoe
Lector ocasional
Mensajes: 50
Registrado: 17 Ago 2009 00:52

Re: Cuento erótico-salvaje-agosteño

Mensaje por Allanpoe »

Me temo, aun a riesgo de equivocarme, que eee se refería al Marqués de Sade...

Buen relato, enhorabuena
1
Avatar de Usuario
eee
No puedo vivir sin este foro
Mensajes: 858
Registrado: 22 May 2007 14:00

Re: Cuento erótico-salvaje-agosteño

Mensaje por eee »

¿cuántos divinos marqueses hay que hagan referencias a eyaculaciones, amos y asesinatos?
HERMANN
No puedo vivir sin este foro
Mensajes: 726
Registrado: 03 Jul 2005 01:22
Ubicación: MADRID

Re: Cuento erótico-salvaje-agosteño

Mensaje por HERMANN »

Gracias por la aclaración, Allanpoe, eee. Nunca lo hubiera pensado así. He leído varias obras del Marqués y esto mío es, comparado, como de ursulinas.
Me he “asustado” porque en mi entorno, para criticarme, jeje, me llaman el marqués porque me gusta vivir lo mejor posible. Yo no lo veo así. Total, porque me gusta estar sentado en mi sillón leyendo y no moverme a no ser que estalle una guerra. O porque me guste estar hasta las tantas en la terraza con mi mojito o con mi limonada repasando las cosas en el portátil o porque me gusten los aperitivos, etc. ¡Pues como a todo el mundo! Pero el caso es que hasta mi madre me llama a veces El Señor Marqués. En fin.
Un saludo.
Avatar de Usuario
madison
La dama misteriosa
Mensajes: 41155
Registrado: 15 May 2005 21:51

Re: Cuento erótico-salvaje-agosteño

Mensaje por madison »

Hermann no has nombrado el deporte ¿acaso no te gusta? ¿acaso no practicas?
Un abrazo y feliz veranito :wink:
1
HERMANN
No puedo vivir sin este foro
Mensajes: 726
Registrado: 03 Jul 2005 01:22
Ubicación: MADRID

Re: Cuento erótico-salvaje-agosteño

Mensaje por HERMANN »

Sí que me gusta y lo practico, Madison, pero no creo que sea actividad propia de los marqueses. Practico el ciclismo –ahora de montaña- que es una de mis pasiones, y correr –más en invierno-, y el pádel y nadar, como sé que te gusta a ti, etc. De alguna manera, retrasa el deterioro esto de hacer deporte. Te mantiene activo y produce placer con eso de las endorfinas, etc.
Saluditos
Avatar de Usuario
madison
La dama misteriosa
Mensajes: 41155
Registrado: 15 May 2005 21:51

Re: Cuento erótico-salvaje-agosteño

Mensaje por madison »

como sé que te gusta a ti
Claro, y echaba de menos que lo pusieras
1
tucuman82
Mensajes: 1
Registrado: 28 Jun 2021 08:51

Re: Cuento erótico-salvaje-agosteño

Mensaje por tucuman82 »

Me gustó!! este cuento es mucho mejor que ver videos porno en internet, nada como la lectura cachonda para pasar el fin de semana.
Responder