Déjà vu

Espacio en el que encontrar los relatos de los foreros, y pistas para quien quiera publicar.

Moderadores: kassiopea, Megan

Responder
Avatar de Usuario
Eleanis
No tengo vida social
Mensajes: 2173
Registrado: 05 Abr 2010 04:38
Ubicación: entre los arbustos y la hojarasca...

Déjà vu

Mensaje por Eleanis »

Esta es mi tarjeta personal:

José López Iriart
Corrector de estilo
LA GACETA MEDITERRANEA

Todas las mañanas, desde hace veinte años, recorro en mi automóvil los casi cien kilómetros que me depositan en la oficina de redacción del diario.
Vivo en una casa de campo en un paraje rodeado por montañas, entre las cuales corre alegre un pequeño y cristalino arroyo. Y todas las noches realizo el camino inverso.
Mi trabajo me apasiona, goza de reconocimiento y es bien remunerado. Pertenezco a aquella casi extinta generación que aprendió el oficio en las viejas y serviciales máquinas de escribir Remington y Underwood, esas joyas negras de la mecánica que hoy se venden como antigüedades. Supe tener después una Olivetti, de plástico verde, ¡toda una renovación! Y con una inversión de la cual me costó reponerme accedí a una Panasonic electrónica, allá por los setentas. Esta no era una maquinita así nomás: tenía una pequeña memoria y podía escribir en un visor, y corregir antes de imprimir. ¡Qué época!
Estas reflexiones surgen mientras conduzco mi automóvil por la interminable autopista que lleva a la gran ciudad.
Luego del habitual caos de tránsito urbano, llego por fin al estacionamiento subterráneo del edificio del diario. Aparco el vehículo en la cochera que tiene mi nombre, tomo el maletin y comienzo a caminar hacia la escalera. Qué raro, me parece haber visto detrás de una columna al encargado del estacionamiento, lo cual es imposible porque estaba en la puerta de ingreso. Sin embargo, ahí está: me saluda con la mano. Seguramente no miré bien a la persona del puesto de entrada.
Cierta incomodidad, una extraña sensación, me invade. Es como una desazón que asciende de los pies a la cabeza, junto a un leve dolor punzante en la sien derecha. Hace mucho calor, tal vez la presión o el azúcar en la sangre estén jugándome una de sus pesadas bromas.
Mientras camino hacia la suave escalera que lleva a la planta baja del edificio, me da la impresión de estar viviendo algo que ya he vivido: eso que llaman déjà vu, y del cual no sé nada. Aunque sí sé que en breve, cuando comience a subir por la escalera, va a descender por ella una hermosa mujer, de oscuros cabellos, vestida con una blusa roja y una falda negra. ¡Ahí está! Su cabeza asoma por la escalera, y a medida que subo, y que ella baja, la realidad va confirmando mi ¿intuición? La blusa roja, abierta en el escote insinuante, la pequeña cintura y las caderas generosas, la falda oscura y corta; sus hermosas rodillas e increíbles piernas; el sonido rítmico y sensual de sus tacones altos. Ya he visto esto antes, en este mismo lugar. Esto ya ha sucedido. Pero no puede ser; y sin embargo, así es.
Todavía estupefacto por la visión, llego a la planta baja del edificio. Trato de pisar el piso conscientemente, de sentirlo bajo los pies, de obtener esa tranquilizadora sensación de estar con todo mi ser en este lugar, y librarme así de esa rara impresión de bilocación. Sin embargo, estoy aquí, ¿adónde más?
Todo está bien, todo está en su lugar, gracias a Dios. Pero sé, sin saber cómo, que al llegar al centro del salón, el jefe de seguridad, que debería estar en su despacho de la entrada principal, va a acercarse a saludarme. En un intento de calmarme, que sé vano, pienso: ¿por qué no puede hoy encontrarse en el centro del salón?
--¡Buenos días, señor López Iriart! No sé si la voz salió de mi garganta, juro que traté de responder a su saludo, pero su cara reflejó mi perplejidad.
Como todos los días me dirigí a la puerta principal para salir a la calle y comprar, en el puesto de la acera opuesta, cigarrillos y un paquete de galletitas. En mi extraña película sabía que al trasponer la puerta me cruzaría con un señor obeso, de piel negra, en impecable traje gris. No me asombró que así fuese. Ya en mitad de la vereda, una angustia inenarrable me invadió y vi, en mi visión, a un automóvil deportivo rojo que avanzaba velozmente hacia mí cuando cruzaba la calzada y me arrollaba.
Naturalmente, no me atreví a descender al asfalto, pero el terror me penetró hasta los huesos al ver a ese mismo auto detenido en el semáforo, rugiendo furiosamente.
Sin embargo, como si unas manos y unos brazos invisibles me empujaran, me encontré, desesperadamente, en el medio de la calle. Y mientras veía al auto avanzar hacia mí, se me ocurrió que lo único que podía salvarme era escapar de esa ensoñación mediante un pensamiento lo suficientemente intenso. Tan rápido como fui capaz, evoqué mi último cumpleaños sorpresa, la fiesta, los amigos, la alegría; y el auto desapareció. Y volví a ser yo: José López Iriart, corrector de estilo de La Gaceta Mediterránea.
Al día siguiente, mientras conducía por la autopista, de mi casa al trabajo, volví a experimentar la misma sensación de pesadez y dolor en la sien izquierda. Y las imágenes, tan inexplicables como amenazantes, regresaron. Alcancé a detener el automóvil en el costado de la ruta. La trágica sucesión de eventos se produjo una vez más en mi mente (aunque lo sentía en todo el cuerpo), y el terror y la sensación de muerte inminente volvieron al ver otra vez al auto rojo. De alguna manera sabía, sin la menor duda, que si ese deportivo vehículo rojo me arrollaba moriría instantáneamente. Volví a recordar el día de mi cumpleaños, pero esta vez no funcionó: el auto prosiguió su marcha letal a toda velocidad hacia mí.
Entonces, busqué rápidamente otra imagen mental: mi madre, gravemente discapacitada, salvo de la vista, privada de todos los sentidos, inmovilizada en una silla de ruedas. Me vi dándole su papilla, un día que la acompañante terapéutica estaba de franco. Y esto me sacó de la trampa mental en la que estaba atrapado.
¡Tristes momentos pasé junto a mi madre!, cuya enfermedad, sin retorno, le atormentaba cada día un poco más. Y a mí también, al sentirme impotente para mejorar su calidad de vida. En sus últimos meses me instalé en su casa, en la ciudad, a pocas cuadras de la redacción del diario, hasta que su drama terminó, y regresé a mi casa de campo.
Los déjà vu continuaron manifestándose a diario, en distintos lugares y circunstancias, y en todos los casos logré detenerlos antes de que el implacable automóvil rojo me arrollara. Pero un día, luego de evocar las imágenes de mi madre, noté que no podía salir de las mismas: por más que me esforzara, mi mente siempre regresaba a la visión, como si estuviera viviendo otra vez con ella.
Mientras estaba atrapado en estos recuerdos visuales y auditivos, junto a sensaciones corporales –es difícil explicarlo-, con un gesto mi madre me pidió que me quedara a su lado. Le hice notar que no podía, que debía regresar al trabajo. Entonces me señaló un cajón de mi viejo escritorio. Lo abrí y encontré una carpeta, que me indicó que abriera. Al hacerlo encontré unos recortes de diarios que mostraban la noticia de un grave accidente de tránsito. En el mismo, un redactor de La Gaceta Mediterránea había muerto, arrollado por un automóvil en la misma puerta de la redacción. No comprendí hasta que vi mi nombre, mi fotografía y la del auto deportivo rojo. Miré a mi madre, me miré a mí. Esto no puede ser, es pura imaginación. Corrí hasta la puerta del diario, al entrar saludé al jefe de seguridad, que no me devolvió el saludo. No esperé el ascensor, subí a los saltos por la escalera y llegué a mi oficina, que encontré ocupada por otra persona. En la pared había un pequeño cuadro con mi foto.
Y entonces volví junto a mi madre, la única persona que me puede ver.
1
Avatar de Usuario
Berlín
Vivo aquí
Mensajes: 12965
Registrado: 04 Ago 2009 10:07
Ubicación: Barcelona

Re: Déjà vu

Mensaje por Berlín »

Bien escrito, correcto, interesante. El tema me interesa particularmente, pues me ha ocurrido en varias ocasiones esto del déjà vu. Supongo que se debe a algún fallo del cerebro pero no deja de ser inquietante. ¿Quien no ha sentido encontrándose en un lugar nuevo, que ya ha estado allí? o haber vivido ya alguna situación, que parece que se repite. Es una sensación momentánea y fugaz, pero interesante.
Vuelvo a darte la bienvenida, Eleanis, un placer tenerte por aquí. Empieza rápido a regalarnos esas poesias tuyas, que me gustan tanto :mrgreen: un abrazo, mi Brad Pitt :malandrin: de mas allá del charco.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
Avatar de Usuario
Eleanis
No tengo vida social
Mensajes: 2173
Registrado: 05 Abr 2010 04:38
Ubicación: entre los arbustos y la hojarasca...

Re: Déjà vu

Mensaje por Eleanis »

Hay varias teorías, ninguna satisfactoria, que intentan explicar el fenómeno del déjà vu. Recuerdos de vidas pasadas, fallos del cerebro y una tercera, a la cual adhiero, que sostiene que todo en la vida sucede antes en un nivel sutil, para plasmarse luego en el plano material. Dicho de otra forma: existiría un molde en la cuarta dimensión en el que se modela nuestra vida, nuestro cuerpo, absolutamente todo, a partir de nuestros propios pensamientos y sentimientos como materia prima, y desde el cual se manifiesta posteriormente la realidad física. Y por alguna razón, en determinadas circunstancias, nuestro aparato perceptual -no necesariamente nuestro cerebro físico- se conecta con ese nivel sutil y lo percibe. Pero son sólo hipótesis.
El placer es mío al encontrarte aquí, querida amiga y princesa allende las olas.
Y gracias por lo de Brad Pitt :oops:
Un gran abrazo.
1
Avatar de Usuario
Berlín
Vivo aquí
Mensajes: 12965
Registrado: 04 Ago 2009 10:07
Ubicación: Barcelona

Re: Déjà vu

Mensaje por Berlín »

Eleanis escribió:Hay varias teorías, ninguna satisfactoria, que intentan explicar el fenómeno del déjà vu. Recuerdos de vidas pasadas, fallos del cerebro y una tercera, a la cual adhiero, que sostiene que todo en la vida sucede antes en un nivel sutil, para plasmarse luego en el plano material. Dicho de otra forma: existiría un molde en la cuarta dimensión en el que se modela nuestra vida, nuestro cuerpo, absolutamente todo, a partir de nuestros propios pensamientos y sentimientos como materia prima, y desde el cual se manifiesta posteriormente la realidad física. Y por alguna razón, en determinadas circunstancias, nuestro aparato perceptual -no necesariamente nuestro cerebro físico- se conecta con ese nivel sutil y lo percibe. Pero son sólo hipótesis.
El placer es mío al encontrarte aquí, querida amiga y princesa allende las olas.
Y gracias por lo de Brad Pitt :oops:
Un gran abrazo.
Querido amigo, yo me quedo con la simple teoría de que es un pequeño guiño bromista de nuestro cerebro.
Pero dejemos que opinen los demás.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
Avatar de Usuario
Conphoos
No tengo vida social
Mensajes: 2245
Registrado: 27 Abr 2008 21:39

Re: Déjà vu

Mensaje por Conphoos »

Me ha gustado el texto. Bienvenido.
A mi también me chiflan los dejà vu y creo que me decanto más hacia tu bando, supongo que la teoría del error del cerebro es más científicamente creible, pero es también más aburrida.
Recuerdos del futuro...
Bienvenido.
1
Avatar de Usuario
Eleanis
No tengo vida social
Mensajes: 2173
Registrado: 05 Abr 2010 04:38
Ubicación: entre los arbustos y la hojarasca...

Re: Déjà vu

Mensaje por Eleanis »

Hola Conphoos:
Gracias por el comentario y la bienvenida.
El problema para elucidar estas cuestiones radica en la ausencia de investigaciones científicas multidisciplinarias. Las ciencias morfológicas, como la medicina, tienen sus estamentos en la física newtoniana, que es incapaz de explicar cuestiones como el déjà vu. La física cuántica, que estudia las leyes que rigen la vida pero desde la perspectiva subatómica, nos entrega todos los días descubrimientos que nos dejan alucinados, y comprende mucho mejor el mundo sutil, formado, precisamente, por partículas. Hay, ya en su segunda parte, una película (y un libro) llamada ¨¿Y usted, qué rayos sabe?¨. es material ¨de divulgación¨, es decir al alcance de todos; realmente es muy ilustrativa y, si el mundo sutil te interesa, te la recomiendo. Otro libro, un poco más riguroso, es ¨El Campo¨ (que estudia el Campo Punto Cero).
Ya te di demasiada lata.
Una vez más, gracias.
1
Avatar de Usuario
lucia
Cruela de vil
Mensajes: 84514
Registrado: 26 Dic 2003 18:50

Re: Déjà vu

Mensaje por lucia »

Me choca leer a un corrector de un periódico llamado La Gaceta Mediterránea escribiendo con giros mexicanos, pero me gusta la forma en que sales del círculo vicioso en que te metes.

Por cierto, esas máquinas eléctricas con memoria para una o dos líneas yo también las llegué a conocer :cunao:
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

Imagen Mis diseños
Avatar de Usuario
Eleanis
No tengo vida social
Mensajes: 2173
Registrado: 05 Abr 2010 04:38
Ubicación: entre los arbustos y la hojarasca...

Re: Déjà vu

Mensaje por Eleanis »

Hola Lucía:
Es que ¨mediterráneo¨, es decir en el medio de la tierra, en Argentina se refiere a las provincias interiores, sin costas de mar o de grandes ríos que en éste desaguan, y en particular a Córdoba, que es donde resido. Como ves, no tiene nada que ver con el mar mediterráneo y sus países costeros. De ahí la diferencia de estilo, aparte de que cada medio gráfico tiene su manual, que puede diferir sustancialmente uno del otro.

Aún tengo la Panasonic, el problema es conseguir los cartuchos, además del costo.

Saludos.
1
Avatar de Usuario
lucia
Cruela de vil
Mensajes: 84514
Registrado: 26 Dic 2003 18:50

Re: Déjà vu

Mensaje por lucia »

Gracias por la aclaración :D
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

Imagen Mis diseños
Responder