Agente externo

[Gregsamsa]

Agente externo
La gente se mueve hacia un lugar indefinido. Parece una colonia de hormigas, no por su organización sino porque no se alcanza a diferenciar a un individuo del otro. Son seres que quieren distinguirse, pero no lo logran. Ni en forma ni en esencia. Lo que impide la formación de la primera característica es que se van asemejando unos a otros de manera voluntaria al principio y luego a causa de la fuerza de la costumbre, ni se preocupan, más aun les parece natural. Lo que atañe al segundo punto es uno de los problemas más principales del hombre: la identidad. ¿Quiénes somos? La disyuntiva, diferenciarnos o unirnos a la masa. ¿Se puede llevar a cabo la ardua tarea de diferenciación? Supongamos una persona que cree que el mundo es una suma de puntos similares, en fin una monotonía. Entonces este sujeto decide diversificar el gris paisajes siendo distinto ¿Acaso habrá sido el primero en llegar a este pensamiento? La respuesta es negativa. La idea de separarse del grupo es de por sí irrealizable. Somos seres humanos ¿Cuánto podremos alejarnos del resto? ¿Cuánto tiempo transcurrirá hasta que alguien se le una en su empresa, irrumpiendo su tan deseada soledad?
Ahora bien, si ocurriese lo antes dicho cabría preguntarse si es tan anhelante tal desenlace. En otras palabras ¿No será contradictorio hallarse en soledad, mientras que lo que uno normalmente persigue es la comprensión? Por esto, todos están-estamos- inmersos en esa dicotomía que surge de la búsqueda-absurda- de identidad. Entendiendo esta última como una unicidad bien identificable y la persecución del entendimiento. Así con esta mentalidad J. se dirige al concierto. El es consciente de que cualquier hecho que trate de aportar evidencias en uno u otro sentido del dilema es simplemente vano. Para él, la vida es un experimento. Una suma de ensayos y errores infinitos. Ahora se encuentra vestido de manera formal, pero asistirá a una reunión informal, sabiendo que ese factor, la contraposición, puede causar irritación, antipatía y sorna a su alrededor. Sin embargo, sigue decidido a concretar su objetivo cueste lo que cueste.
Ya es tiempo. El evento ya empezó. J. ya esta en el lugar. Tiene hambre, hambre de conocimiento, de emoción. Y el resultado se produce casi instantáneamente, la jocosidad el desprecio crece. J. se vuelve a su hogar, cabizbajo. Su tarea está cumplida por el momento, irá a anotar sus observaciones y contrastación de su hipótesis en su cuaderno. Él sólo persigue entenderlos.

[Conphoos]

Que bueno, Greg. Supongo que si no es posible aparte de todo grupo es preferible estar en el que es minoría, o almenos yo me siento incómodo entre la masa pero necesito la comprensión de un semejante al mismo tiempo.
Saludos.

[Gregsamsa]

Que bueno, Greg. Supongo que si no es posible aparte de todo grupo es preferible estar en el que es minoría, o almenos yo me siento incómodo entre la masa pero necesito la comprensión de un semejante al mismo tiempo.
Saludos.

Me alegro que te gusten mis relatos. Este tiene puntos en común con "Pesadilla", uno que escribí hace tiempo. Sí, somos presas de la pugna entre la comprensión y la indiferencia. O por lo menos algunos. Con lo que he puesto hoy, te falta solamente Creación.

[Berlín]

Que bueno, Greg. Supongo que si no es posible aparte de todo grupo es preferible estar en el que es minoría, o almenos yo me siento incómodo entre la masa pero necesito la comprensión de un semejante al mismo tiempo.
Saludos.

Coincido plenamente con Conphoos.

Quiénes somos? La disyuntiva, diferenciarnos o unirnos a la masa. ¿Se puede llevar a cabo la ardua tarea de diferenciación? Supongamos una persona que cree que el mundo es una suma de puntos similares, en fin una monotonía. Entonces este sujeto decide diversificar el gris paisajes siendo distinto ¿Acaso habrá sido el primero en llegar a este pensamiento? La respuesta es negativa. La idea de separarse del grupo es de por sí irrealizable. Somos seres humanos ¿Cuánto podremos alejarnos del resto? ¿Cuánto tiempo transcurrirá hasta que alguien se le una en su empresa, irrumpiendo su tan deseada soledad?

Con diferencias, somos todos parecidos en la base. Pero al final cada uno se busca a si mismo, y se apega a los que cree parecidos a él. Buscamos el alma gemela, a los que nos entienden, a los que parece que piensan como nosotros, pero no podemos huir de todo. Y acabamos mezclándonos de nuevo con las masas, nos dejamos llevar por el engranaje, porque el mundo marcha así. Si formásemos una colonia con individuos que creemos que son como nosotros, al final acabaríamos viendo diferencias, porque todos somos diferentes.
Menos mal.

Buena reflexión.

[Gregsamsa]

Que bueno, Greg. Supongo que si no es posible aparte de todo grupo es preferible estar en el que es minoría, o almenos yo me siento incómodo entre la masa pero necesito la comprensión de un semejante al mismo tiempo.
Saludos.

Coincido plenamente con Conphoos.

Quiénes somos? La disyuntiva, diferenciarnos o unirnos a la masa. ¿Se puede llevar a cabo la ardua tarea de diferenciación? Supongamos una persona que cree que el mundo es una suma de puntos similares, en fin una monotonía. Entonces este sujeto decide diversificar el gris paisajes siendo distinto ¿Acaso habrá sido el primero en llegar a este pensamiento? La respuesta es negativa. La idea de separarse del grupo es de por sí irrealizable. Somos seres humanos ¿Cuánto podremos alejarnos del resto? ¿Cuánto tiempo transcurrirá hasta que alguien se le una en su empresa, irrumpiendo su tan deseada soledad?

Con diferencias, somos todos parecidos en la base. Pero al final cada uno se busca a si mismo, y se apega a los que cree parecidos a él. Buscamos el alma gemela, a los que nos entienden, a los que parece que piensan como nosotros, pero no podemos huir de todo. Y acabamos mezclándonos de nuevo con las masas, nos dejamos llevar por el engranaje, porque el mundo marcha así. Si formásemos una colonia con individuos que creemos que son como nosotros, al final acabaríamos viendo diferencias, porque todos somos diferentes.
Menos mal.

Buena reflexión.

Gracias, lo escribí hace un tiempo. Y ya no me gusta tanto. A veces buceo entre los recovecos de mi mente.

[lucia]

El caso es que mucha gente que piensa que necesita apartarse para conseguir esa individualidad en realidad no quiere ser diferente y que le señalen. Se necesita una personalidad fuerte para convertirse en eremita.

[Katia]

Interesante.

A veces quieres ser una sola

Y otras:

Fundirte en la masa

Pero creo, aunque suene paradójico, que es sólo entre todos los demás que te reconoces, te encuentras y descubres que eres una y a la vez varia. Es ésa la soledad más verdadera que existe: la de hallarte a ti misma entre los demás y comprobar, por contraste, lo única y especial que en realidad eres.O si no, os invito a leer a Aleixandre, "En la Plaza"

EN LA PLAZA

Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo,
sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido,
llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.

No es bueno
quedarse en la orilla
como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente imitar a la roca.
Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha
de fluir y perderse,
encontrándose en el movimiento con que el gran corazón de los hombres palpita extendido.

Como ese que vive ahí, ignoro en qué piso,
y le he visto bajar por unas escaleras
y adentrarse valientemente entre la multitud y perderse.
La gran masa pasaba. Pero era reconocible el diminuto corazón afluido.
Allí, ¿quién lo reconocería? Allí con esperanza, con resolución o con fe, con temeroso denuedo,
con silenciosa humildad, allí él también
transcurría.

Era una gran plaza abierta, y había olor de existencia.
Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo,
un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano,
su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba.

Y era el serpear que se movía
como un único ser, no sé si desvalido, no sé si poderoso,
pero existente y perceptible, pero cubridor de la tierra.

Allí cada uno puede mirarse y puede alegrarse y puede reconocerse.
Cuando, en la tarde caldeada, solo en tu gabinete,
con los ojos extraños y la interrogación en la boca,
quisieras algo preguntar a tu imagen,

no te busques en el espejo,
en un extinto diálogo en que no te oyes.
Baja, baja despacio y búscate entre los otros.
Allí están todos, y tú entre ellos.
Oh, desnúdate y fúndete, y reconócete.

Entra despacio, como el bañista que, temeroso, con mucho amor y recelo al agua,
introduce primero sus pies en la espuma,
y siente el agua subirle, y ya se atreve, y casi ya se decide.
Y ahora con el agua en la cintura todavía no se confía.
Pero él extiende sus brazos, abre al fin sus dos brazos y se entrega completo.
Y allí fuerte se reconoce, y se crece y se lanza,
y avanza y levanta espumas, y salta y confía,
y hiende y late en las aguas vivas, y canta, y es joven.

Así, entra con pies desnudos. Entra en el hervor, en la plaza.
Entra en el torrente que te reclama y allí sé tú mismo.
¡Oh pequeño corazón diminuto, corazón que quiere latir
para ser él también el unánime corazón que le alcanza!

[Gregsamsa]

no te busques en el espejo,
en un extinto diálogo en que no te oyes.
Baja, baja despacio y búscate entre los otros.
Allí están todos, y tú entre ellos.
Oh, desnúdate y fúndete, y reconócete.

Esta estrofa me gusto mucho. Gracias por pasar por aqui.