Epílogo al "colisionador de hadrones"
Publicado: 23 Mar 2011 21:49
Julen y Astrid necesitaban ya un techo bajo el que cobijarse, pero al no estar censados, no tenían derecho a nada. Así que...
Fueron a registrarse. Y les dieron unos puntos, y les preguntaron qué sabían hacer. Les dijeron que les asignaban unos puntos provisionales, en tanto en cuanto no se decidían por una ocupación "para ser útiles a la sociedad".
-Son muy fríos, Julen, ¿no te parece?
Inquiría Astrid después de una noche de pasión con Julen.
-A mí me gusta cómo son, Astrid.
-No podremos estar juntos más de tres meses, ¿te das cuenta?
-Tonta, quien hizo la ley hizo la trampa. Lo único que no podemos es convivir más de tres meses ni procrear. ¿O se prohíbe que seamos amigos, eh? ¿Cómo pueden rastrear a un hombre y una mujer si deciden tener una amistad como la nuestra con sexo cuando se les apetezca?
-Tienes razón-convino Astrid dejando caer su cabeza sobre su hombro y besándole dulcemente la mejilla- ¿Sabes que me encantas?
-Y tú a mí, aunque seas a veces una especie de bomba explosiva o un caos descontrolado.
-¡Ja! ¡Y tú a veces pareces un iglú del Ártico!
Risas. De ambos. Hace tiempo que llegaron a la conclusión de que la mejor forma de llevarse bien era no renunciar nunca a su mutua atracción física. Y los dos eran capaces de concesiones en pro de la armonía. Si ya eran únicos en la Tierra, en este lado del Universo, en Solar, lo eran más aún.
-Astrid, ¿te acuerdas de cuando estudiábamos en Física "La teoría de las cuerdas"?
-Ummm, ¿ahora te apetece hablar de eso? Eres más inteligente aun que yo, y eso, me produce cierto difuso dolor, lo admito.
-Escúchame, por favor. Es importante. Tú eres más práctica que yo, que me pierdo en abstracciones. Nuestras inteligencias también se complementan. Créeme. Acabamos de "comprobar sobre el terreno" que lo que postulaban los adeptos a esa tesis es cierto. ¡Los mundos paralelos existen! Solar es un ... ¿remoto paralelo de la Tierra?
-Julen, Einstein decía que el Universo se expandía y se combaba a la vez. Así que no sé hasta que punto podemos hablar de distancias. Espacio y tiempo son dos prejuicios mentales, humanos.
-¡Exacto, mi bella Astrid!
-No tanto.
-Para mí la más guapa, siempre
Risas de nuevo y miradas extáticas.
-¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
-Es un misterio
-No es azar, el azar no existe, Astrid.
-Bueno, está claro que hemos dado "un salto" en el espacio-tiempo. Pero no logro seguirte, cielo. No sé dónde quieres llegar.
-¡Astrid! ¿No lo ves?
-No, Julen.
-Nosotros hemos saltado, y si...
¿Y si la Tierra también se hubiera movido como nosotros? ¿Y si del mismo modo que un agujero de gusano debió engullirnos a nosotros y teletransportarnos a este cerebral planeta, al que admiro sobremanera, otro agujero de gusano hubiera llevado a nuestro Planeta entero a otro lugar?
-Ese planteamiento, Julen, ¡es muy lógico!
-Investiguemos
-¿Cómo? ¿Dónde?
-Luchemos, igual que lo hicimos para invertir el proceso desencadenado por el acelerador de partículas-repuso él emocionado-
Y ella lo abrazó henchida de orgullo.
-¡Adelante!
-¡Adelante!
Volvieron a la Biblioteca. Leyeron las teorías que hablaban sobre Solar como un mundo paralelo de la Tierra. Se impregnaron de información. Sólo el saber nos hace libres y fuertes. Y ellos se llenaron de fuerza. Conjeturaron. Discreparon. Ying y yang en acción, oponiéndose y complementándose: armonía áurea de opuestos. Incluso llegaron a formular nuevas ecuaciones, tratando de despejar la incógnita...
¿Existe la Tierra?
Ý en plena búsqueda de la verdad, un cansancio devastador fue apoderándose de sus cuerpos. Se sentían exhaustos, algo que nunca en sus existencias terráqueas experimentaron. Mortecinos. Ajados. Lábiles. Se miraban uno a otro preocupados, estaban frisando el trimestre, y Astrid tendría que irse a vivir a otra casa o serían procesados "por dependencia amorosa-nerviosa", uno de los delitos peor vistos en esa sociedad, y darían con sus huesos en la cárcel.
-Julen, me siento como si me estuviera muriendo. Apenas tengo fuerzas ya para levantarme.
-A mí me pasa lo mismo, preciosa.
-Ven
Y débilmente lo tomó de la mano, y de pronto, no sintió su tacto. Ni él el suyo
-¿Qué nos está pasando?
-Julen, como tú bien dices, mi cerebro es muy realista, y nosotros no pertenecemos a esta realidad, ni espacial ni temporalmente. Somos una especie de paradoja, rey. Y quizá nos estemos volatilizando
-¿Desintegrando?
Y las moléculas atómicas de las que se componían sus respectivos cuerpos empezaron a deshacerse. Ésta vez si que era el final, se dijeron todo ojos con la mirada uno al otro. Y mientras se desvanecían como papel de fumar, se abrazaron estrechamente.
¿Muertos?
Volvieron a verse de nuevo. ¿El Paraíso?
Todo era verde, todo olía a libertad rabiosa, y furiosa. Caótica y encendida. Las calles tenían nombres y las casas números... Qué pequeño pero familiar detalle...
-¡Astrid! ¡Estamos en casa!
Y la izó por los aires haciéndola girar. Hablarían a tod@s del hermano gemelo de la Tierra, de Solar, y les explicarían las virtudes y defectos de su sociedad, y cómo habían conseguido hacerlo funcionar todo sin dinero ni energías contaminantes, ni superpoblación. Sí, todo pasaba por algo. Ellos dos fueron escogidos por el destino para cumplir una misión.
La Tierra tenía una segunda oportunidad. No debía desperdiciarla.
Y anocheció y ambos esperaron a la Luna...
No había una Luna
Sino tres y un cercano planeta muy parecido a Saturno, rodeado por muchos anillos.
Era extraño. La Tierra en otro lugar del Universo... Girando y orbitando. Y los mejores científicos estadounidenses estudiando la nueva posición del que en Solar era llamado "el pequeño planeta azul"
Sí, la vida era y es un misterio.
En el Universo...
Nada nace ni muere, todo se transforma...
Fueron a registrarse. Y les dieron unos puntos, y les preguntaron qué sabían hacer. Les dijeron que les asignaban unos puntos provisionales, en tanto en cuanto no se decidían por una ocupación "para ser útiles a la sociedad".
-Son muy fríos, Julen, ¿no te parece?
Inquiría Astrid después de una noche de pasión con Julen.
-A mí me gusta cómo son, Astrid.
-No podremos estar juntos más de tres meses, ¿te das cuenta?
-Tonta, quien hizo la ley hizo la trampa. Lo único que no podemos es convivir más de tres meses ni procrear. ¿O se prohíbe que seamos amigos, eh? ¿Cómo pueden rastrear a un hombre y una mujer si deciden tener una amistad como la nuestra con sexo cuando se les apetezca?
-Tienes razón-convino Astrid dejando caer su cabeza sobre su hombro y besándole dulcemente la mejilla- ¿Sabes que me encantas?
-Y tú a mí, aunque seas a veces una especie de bomba explosiva o un caos descontrolado.
-¡Ja! ¡Y tú a veces pareces un iglú del Ártico!
Risas. De ambos. Hace tiempo que llegaron a la conclusión de que la mejor forma de llevarse bien era no renunciar nunca a su mutua atracción física. Y los dos eran capaces de concesiones en pro de la armonía. Si ya eran únicos en la Tierra, en este lado del Universo, en Solar, lo eran más aún.
-Astrid, ¿te acuerdas de cuando estudiábamos en Física "La teoría de las cuerdas"?
-Ummm, ¿ahora te apetece hablar de eso? Eres más inteligente aun que yo, y eso, me produce cierto difuso dolor, lo admito.
-Escúchame, por favor. Es importante. Tú eres más práctica que yo, que me pierdo en abstracciones. Nuestras inteligencias también se complementan. Créeme. Acabamos de "comprobar sobre el terreno" que lo que postulaban los adeptos a esa tesis es cierto. ¡Los mundos paralelos existen! Solar es un ... ¿remoto paralelo de la Tierra?
-Julen, Einstein decía que el Universo se expandía y se combaba a la vez. Así que no sé hasta que punto podemos hablar de distancias. Espacio y tiempo son dos prejuicios mentales, humanos.
-¡Exacto, mi bella Astrid!
-No tanto.
-Para mí la más guapa, siempre
Risas de nuevo y miradas extáticas.
-¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
-Es un misterio
-No es azar, el azar no existe, Astrid.
-Bueno, está claro que hemos dado "un salto" en el espacio-tiempo. Pero no logro seguirte, cielo. No sé dónde quieres llegar.
-¡Astrid! ¿No lo ves?
-No, Julen.
-Nosotros hemos saltado, y si...
¿Y si la Tierra también se hubiera movido como nosotros? ¿Y si del mismo modo que un agujero de gusano debió engullirnos a nosotros y teletransportarnos a este cerebral planeta, al que admiro sobremanera, otro agujero de gusano hubiera llevado a nuestro Planeta entero a otro lugar?
-Ese planteamiento, Julen, ¡es muy lógico!
-Investiguemos
-¿Cómo? ¿Dónde?
-Luchemos, igual que lo hicimos para invertir el proceso desencadenado por el acelerador de partículas-repuso él emocionado-
Y ella lo abrazó henchida de orgullo.
-¡Adelante!
-¡Adelante!
Volvieron a la Biblioteca. Leyeron las teorías que hablaban sobre Solar como un mundo paralelo de la Tierra. Se impregnaron de información. Sólo el saber nos hace libres y fuertes. Y ellos se llenaron de fuerza. Conjeturaron. Discreparon. Ying y yang en acción, oponiéndose y complementándose: armonía áurea de opuestos. Incluso llegaron a formular nuevas ecuaciones, tratando de despejar la incógnita...
¿Existe la Tierra?
Ý en plena búsqueda de la verdad, un cansancio devastador fue apoderándose de sus cuerpos. Se sentían exhaustos, algo que nunca en sus existencias terráqueas experimentaron. Mortecinos. Ajados. Lábiles. Se miraban uno a otro preocupados, estaban frisando el trimestre, y Astrid tendría que irse a vivir a otra casa o serían procesados "por dependencia amorosa-nerviosa", uno de los delitos peor vistos en esa sociedad, y darían con sus huesos en la cárcel.
-Julen, me siento como si me estuviera muriendo. Apenas tengo fuerzas ya para levantarme.
-A mí me pasa lo mismo, preciosa.
-Ven
Y débilmente lo tomó de la mano, y de pronto, no sintió su tacto. Ni él el suyo
-¿Qué nos está pasando?
-Julen, como tú bien dices, mi cerebro es muy realista, y nosotros no pertenecemos a esta realidad, ni espacial ni temporalmente. Somos una especie de paradoja, rey. Y quizá nos estemos volatilizando
-¿Desintegrando?
Y las moléculas atómicas de las que se componían sus respectivos cuerpos empezaron a deshacerse. Ésta vez si que era el final, se dijeron todo ojos con la mirada uno al otro. Y mientras se desvanecían como papel de fumar, se abrazaron estrechamente.
¿Muertos?
Volvieron a verse de nuevo. ¿El Paraíso?
Todo era verde, todo olía a libertad rabiosa, y furiosa. Caótica y encendida. Las calles tenían nombres y las casas números... Qué pequeño pero familiar detalle...
-¡Astrid! ¡Estamos en casa!
Y la izó por los aires haciéndola girar. Hablarían a tod@s del hermano gemelo de la Tierra, de Solar, y les explicarían las virtudes y defectos de su sociedad, y cómo habían conseguido hacerlo funcionar todo sin dinero ni energías contaminantes, ni superpoblación. Sí, todo pasaba por algo. Ellos dos fueron escogidos por el destino para cumplir una misión.
La Tierra tenía una segunda oportunidad. No debía desperdiciarla.
Y anocheció y ambos esperaron a la Luna...
No había una Luna
Sino tres y un cercano planeta muy parecido a Saturno, rodeado por muchos anillos.
Era extraño. La Tierra en otro lugar del Universo... Girando y orbitando. Y los mejores científicos estadounidenses estudiando la nueva posición del que en Solar era llamado "el pequeño planeta azul"
Sí, la vida era y es un misterio.
En el Universo...
Nada nace ni muere, todo se transforma...