Mientras observo a la noche avanzar sin dar tregua
Es una plaga que me arrebata la cordura y las fuerzas
Intranquilo estoy, pues entre las sombras el Ave Negra acecha
Oscurece de nuevo y el miedo me hace su presa
El tormento comienza cuando mis ojos se cierran
La luz se desvanece, la oscuridad se hace densa,
el ocaso de la vida, todo pierde su belleza
Camino por tierras desoladas y encuentro almas corrompidas
Llueven larvas del cielo, la luna es roja ¡Asesina!
Bajo mis pies crujen los restos de criaturas recién nacidas
Y las cornejas se alimentan de su carne corrompida
Todo resulta tan increíble, pero es tan cierto
Que me sumerjo en la confusión y nada entiendo
Me dirijo a la locura sin tropiezos
Y el verdugo, maldito cuervo
Ave negra, sombra de mis recuerdos
Huyó hacia el bosque que se yergue imponente
Lo rodea una niebla espesa y pestilente
Árboles de raíces pútridas, flores marchitas
Y las quimeras de la noche por mí vienen
A donde dirija mi mirada y a donde mis pasos me lleven
El maldito ser siempre está
Su monstruosa figura horada mi mente
¿La muerte vigilante o el diablo impaciente?
Un grotesco horror me detiene: ante mis ojos se posa
Me mira fijamente, emite graznidos de muerte
Extiende las alas, su aliento es peste
Vomitivos impulsos me dominan
En mi interior una voz grita
- ¡Huye! ¡No te rindas!
¿Es aquí hasta donde llegas?
La muerte aún te busca, y tu aún la esperas
no renuncies tan rápido a lo único que te queda.
El batir de sus alas al perseguirme es como la tormenta
-¡Ave negra ven a mí! ¡Abre tus alas, no te será tan fácil devorarme!-
Grito a mi verdugo en un arranque de coraje
Mientras en mi desgracia huyo de la bestia
Espectrales figuras intentan detenerme
Las sombras salen de entre los árboles, van tomando forma
Como un velo oscuro sobre mis ojos, nublan mi conciencia
El demonio se detiene y contesta:
- ¿Valentía o soberbia?
¿A qué le temes? ¡Déjame desgarrarte! ¡Déjame de tu ser alimentarme!
¿Por qué huyes si al final he de devorarte?
Era su voz era una seductora invitación
Que quebraba mi voluntad como una rama seca
Y para mis adentros hacía cuestionarme
Que es lo que en la muerte había de hallar
¿El caos perpetuo o la tan anhelada paz?
Como una piedra que cae al vacio
Irremediablemente me atrapa en su hechizo
Sumiso me volteo y hacia el ser me dirijo
Extiende sus alas negras, teñidas de maldad
A punto de envolverme en su abrazo letal
No opongo resistencia, camino hacia mi final
Celebra su triunfo con aterradora demencia:
Con su pico perfora la tierra y lanza gritos a las estrellas
Sus ojos son de fuego, de sangre esta sedienta
Finalmente calla y queda quieta pues he llegado ante ella
- ¡Tómame, soy tuyo! ¡La esperanza ya está muerta!
Dejo de luchar y me entrego a mi verdugo
De rodillas me ofrezco al ser que cada noche me atormenta
Y en el último momento, sin haberlo previsto llega
La luz del día, con sus rayos cuales flechas, rasgando el velo de la noche
Penetra el cuerpo de la bestia y moribunda la deja
Herida de muerte esconde las alas
La humillación es mucha, derrotada se retira
Muere la noche, nace otro día
El mundo se mueve, gira y gira
Ignorante de los terrores de la noche
Que se esconden en las sombras del día
Perturbándome a cada paso
Fracturando mi cordura
Camino en el abismo de la desesperación
Que escucho que otros llaman “día”
Pues aquel embrujo, producto de una burla al Diablo
Mi memoria no olvida:
- Cada noche, cuando cierres los ojos por ti vendré
Arrastrándote hasta el borde del infierno
Tentándote hasta verte caer
El sueño te será negado y las pesadillas te consumirán
Temerás a la noche y ante el ocaso llorarás
La mañana romperá el encanto, mas ningún consuela representará
Serán doce horas de delirio
Y doce mas hasta volvernos a encontrar
Cada noche pacientemente te estaré esperando
Pues yo soy como el tiempo, eterno
Tu castigo será largo, tu vida está maldita
Recorrerás estos senderos hasta llegar al ocaso de tus días–
Cada amanecer despierto agradecido
Pero al caminar, me maldigo a cada paso
Cada noche es más difícil
Nada puedo hacer, no puedo ser salvado
Mis cabellos se tiñen de blanco, mi piel se va marchitando
Falta poco para el siguiente ocaso y a la muerte sigo esperando
Mas sé que tardará en llegar a mis brazos
Pues el maldito la ha engañado haciéndola perderse en el camino
Y en la espera, yo solo anhelo el descanso.
CarPerCen
Editado para arreglar el desaguisado que organicé.Lucía escribió:Lo primero, aconsejarte que repases todo el texto y añadas las comas y los puntos donde correspondan al final de los versos. Sino no hay forma de saber muchas veces si has cambiado de frase o qué.
Lo segundo, el pobre hombre no durará mucho sin dormir, así que la agonía no será tan larga Algunas de las rimas quedan raras, unas por muy seguidas y otras por escasa, pero el resultado no está mal.