Limoncillo trenzado (Relato corto)
- Mister_Sogad
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Limoncillo trenzado (Relato corto)
LIMONCILLO TRENZADO
La canastilla vagó sin rumbo por las venas del campo hasta desampararse a orillas de una ciudad. La colaron bajo un puente, entre las apolilladas mantas alimento del tiempo y una lata de habas espartanas que menguaban día a día ante las incontables huestes del hambre. Los que se apretaban alrededor del bidón en llamas le cogieron cariño pronto. Era un canasto inocente, trenzado por manos callosas y remiendos pintados de negro, contenía el limón reseco de sus creadores, el moho de su cuna en tierra perdida y miel de un ancestro que mucho le quiso. Limoncillo dulce se dio en llamar. Tenía en la cara un campo de mieses, mecido por el viento, una de aquellas cosas que tranquilizan de tanto verlo.
De chico lo descubrieron, gente de autoridad, de hacer primero y luego preguntar. Le pusieron candado a su vida ligera, anclas a sus alas de cielo abierto y más de un morado en un campo que lo retuvo prisionero. Poco recordaría de todo aquello, batallas de sol a sol por destacar en lo dulce, por no porfiar como el resto. Cuando el tiempo lo soltó vagó un trecho sin guía, su norte le era tan esquivo que a punto estuvo de conocer barrotes de buen acero. Más en su camino tropezó con gente noble, almas sin descendencia deseosas de enseñar el valor de luchar por permancer bondadoso.
Fue asi que la vida le dio ojos mansos y el corazón de una sandía que nunca defrauda al golpe, y todos los que lo conocían dejaban vagar su pena en aquella urdimbre inocente que solo quería ayudar. Atesoraba así tristezas ajenas y batallaba por cada pizca de alegría que se le ponía por delante. Para ganarse el pan recubrió de metal su espalda, encurtió su piel de mimbre y plantó de rocas sus manos, de modo que pasó a ser el ejemplo de aquel que no se cansa de dar palmaditas en la espalda mientras aprieta con su poder el cinturón del de más abajo. Con un cuarto de vida pasada, la canastilla contenía ahora el ácido y el dulce añejos, multitud de endivias amargas, pepinos y cebollas, y unas cuantas piedras lanzadas con brazo dañino. Le faltaba algo picante, algo que le calentara el vientre y le aligerara el alma.
Conoció a su rabanita un día que fue a ver el naranja de un ocaso a la orilla de un camino perdido. Era ella una raíz fuerte, con regustillo dulce y corazón chispeante. Prendido de sus ojos tenía un par de luceros, de los que iluminan la noche del menos valiente, de los que el marino venturoso da como bueno el rumbo en noche de desatada tormenta. ¿Por qué no estar juntos si tanto te lo mereces? Al limoncillo le costó toda una incierta primavera aceptar que aquella luz que lo cegaba sería para siempre. Más, una vez convencido el canasto se aligeró de piedras, cebollas y pepinos, pasando a ocupar aquel espacio una rabanita de un rosa jubiloso que le daba a las endivias pellizcos y codazos. No hagas caso de esto, olvida todo aquello, haz sitio a lo que llega. Ahora no somos dos, ahora solo nos vale aquello que ambos queremos.
La flor del limoncillo dio en nacer en tiempo de frío y nieve, llevándose consigo la vida de la que la llevó en el vientre, haciendo que en el canasto se abriera un agujero de incertidumbre y miedo. Más era aquella una flor de raíz fuerte y semilla dulce, no estaba pues escrito que marchitara a pesar de las heladas y nuestro limoncillo se restañó las humedades y apretó los dientes, agarrando para sí el poder de padre y madre. La llamó Blanca porque la quiso con un amor puro, todo aquello que su rabanita le había encendido pasó ahora a manecillas que antes de aparecerse en el mundo ya se habían ganado. Las noches las absorbió todas, agarrado a cuna modesta, siempre con un ojo abierto, alerta sobre la pequeña razón de su pecho. De dificultades encontró a manos llenas, pero el limoncillo se había ganado más de un puñado de adeptos; cuentan que su Blanquilla tenía tantos hogares diurnos que solo repetía abrazos de estación en estación.
Llegó el momento en que padre e hija debían de separarse, cosas del pasar del tiempo. Quedó nuestro canasto medio vacío de pena, pero orgulloso de ver como su florecilla crecía buscando su lugar entre las amapolas. Camino de soledad de nuevo, sin querer buscar remiendo para el agujero del fondo, pues ya había vivido con quien mucho había querido. Ahora se dio en buscarse a sí mismo, perderse por vericuetos de vida, solo contemplar como su rostro cambiaba mientras su corazón permanece. En tiempos de buenaventura su florecilla le ofrece oxígeno, tiempo intenso pero excaso, más ya no le duele, su Blanca se ha encontrado a sí misma, tiene sus florecillas propias y alguien que la sostenga.
El canastillo cayó mustio una noche de verano. Le dio en salir a sus ojos su rabanita perdida y ya entonces supo que aquella noche sería la última de una vida y la primera de una dicha eterna. Se le pintó en la cara una sonrisa mientras se ultimaba en el lecho, y al día siguiente su gente solo supo de su ausencia porque el color del estío había perdido contorno.
La canastilla vagó sin rumbo por las venas del campo hasta desampararse a orillas de una ciudad. La colaron bajo un puente, entre las apolilladas mantas alimento del tiempo y una lata de habas espartanas que menguaban día a día ante las incontables huestes del hambre. Los que se apretaban alrededor del bidón en llamas le cogieron cariño pronto. Era un canasto inocente, trenzado por manos callosas y remiendos pintados de negro, contenía el limón reseco de sus creadores, el moho de su cuna en tierra perdida y miel de un ancestro que mucho le quiso. Limoncillo dulce se dio en llamar. Tenía en la cara un campo de mieses, mecido por el viento, una de aquellas cosas que tranquilizan de tanto verlo.
De chico lo descubrieron, gente de autoridad, de hacer primero y luego preguntar. Le pusieron candado a su vida ligera, anclas a sus alas de cielo abierto y más de un morado en un campo que lo retuvo prisionero. Poco recordaría de todo aquello, batallas de sol a sol por destacar en lo dulce, por no porfiar como el resto. Cuando el tiempo lo soltó vagó un trecho sin guía, su norte le era tan esquivo que a punto estuvo de conocer barrotes de buen acero. Más en su camino tropezó con gente noble, almas sin descendencia deseosas de enseñar el valor de luchar por permancer bondadoso.
Fue asi que la vida le dio ojos mansos y el corazón de una sandía que nunca defrauda al golpe, y todos los que lo conocían dejaban vagar su pena en aquella urdimbre inocente que solo quería ayudar. Atesoraba así tristezas ajenas y batallaba por cada pizca de alegría que se le ponía por delante. Para ganarse el pan recubrió de metal su espalda, encurtió su piel de mimbre y plantó de rocas sus manos, de modo que pasó a ser el ejemplo de aquel que no se cansa de dar palmaditas en la espalda mientras aprieta con su poder el cinturón del de más abajo. Con un cuarto de vida pasada, la canastilla contenía ahora el ácido y el dulce añejos, multitud de endivias amargas, pepinos y cebollas, y unas cuantas piedras lanzadas con brazo dañino. Le faltaba algo picante, algo que le calentara el vientre y le aligerara el alma.
Conoció a su rabanita un día que fue a ver el naranja de un ocaso a la orilla de un camino perdido. Era ella una raíz fuerte, con regustillo dulce y corazón chispeante. Prendido de sus ojos tenía un par de luceros, de los que iluminan la noche del menos valiente, de los que el marino venturoso da como bueno el rumbo en noche de desatada tormenta. ¿Por qué no estar juntos si tanto te lo mereces? Al limoncillo le costó toda una incierta primavera aceptar que aquella luz que lo cegaba sería para siempre. Más, una vez convencido el canasto se aligeró de piedras, cebollas y pepinos, pasando a ocupar aquel espacio una rabanita de un rosa jubiloso que le daba a las endivias pellizcos y codazos. No hagas caso de esto, olvida todo aquello, haz sitio a lo que llega. Ahora no somos dos, ahora solo nos vale aquello que ambos queremos.
La flor del limoncillo dio en nacer en tiempo de frío y nieve, llevándose consigo la vida de la que la llevó en el vientre, haciendo que en el canasto se abriera un agujero de incertidumbre y miedo. Más era aquella una flor de raíz fuerte y semilla dulce, no estaba pues escrito que marchitara a pesar de las heladas y nuestro limoncillo se restañó las humedades y apretó los dientes, agarrando para sí el poder de padre y madre. La llamó Blanca porque la quiso con un amor puro, todo aquello que su rabanita le había encendido pasó ahora a manecillas que antes de aparecerse en el mundo ya se habían ganado. Las noches las absorbió todas, agarrado a cuna modesta, siempre con un ojo abierto, alerta sobre la pequeña razón de su pecho. De dificultades encontró a manos llenas, pero el limoncillo se había ganado más de un puñado de adeptos; cuentan que su Blanquilla tenía tantos hogares diurnos que solo repetía abrazos de estación en estación.
Llegó el momento en que padre e hija debían de separarse, cosas del pasar del tiempo. Quedó nuestro canasto medio vacío de pena, pero orgulloso de ver como su florecilla crecía buscando su lugar entre las amapolas. Camino de soledad de nuevo, sin querer buscar remiendo para el agujero del fondo, pues ya había vivido con quien mucho había querido. Ahora se dio en buscarse a sí mismo, perderse por vericuetos de vida, solo contemplar como su rostro cambiaba mientras su corazón permanece. En tiempos de buenaventura su florecilla le ofrece oxígeno, tiempo intenso pero excaso, más ya no le duele, su Blanca se ha encontrado a sí misma, tiene sus florecillas propias y alguien que la sostenga.
El canastillo cayó mustio una noche de verano. Le dio en salir a sus ojos su rabanita perdida y ya entonces supo que aquella noche sería la última de una vida y la primera de una dicha eterna. Se le pintó en la cara una sonrisa mientras se ultimaba en el lecho, y al día siguiente su gente solo supo de su ausencia porque el color del estío había perdido contorno.
- Frigg
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Re: Limoncillo trenzado (Relato corto)
Me ha parecido precioso Mister_Sogad. Creo que nunca volveré a mirar un cesto de frutas de la misma manera y casi derramo una lágrima por la rabanita.
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- Mister_Sogad
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Re: Limoncillo trenzado (Relato corto)
Gracias Frigg, este relato era mi otra alternativa para el Concurso de Primavera. Si te ha gustado me has dado una alegría, yo sigo como con una espinita clavada con él, pero aún debo identificarla.Frigg escribió:Me ha parecido precioso Mister_Sogad. Creo que nunca volveré a mirar un cesto de frutas de la misma manera y casi derramo una lágrima por la rabanita.
Qué malo es el tratar de sacar las cosas forzando...
Re: Limoncillo trenzado (Relato corto)
Si este ha sido el que has deshechado... ¿Cómo de bonito tendrá que ser el que has enviado a concurso?
Una historia preciosa, y me gusta mucho como escribes, aunque he de confesar que alguna frase la he tenido que leer varias veces para llegar a entenderla . Pero no te preocupes, que de eso tengo yo la culpa, fijo.
Una historia preciosa, y me gusta mucho como escribes, aunque he de confesar que alguna frase la he tenido que leer varias veces para llegar a entenderla . Pero no te preocupes, que de eso tengo yo la culpa, fijo.
«El futuro es más ligero que el pasado, y los sueños pesan menos que la experiencia porque la vida no vivida es más leve, tan leve.»
Marie Luise Kaschnitz
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- Mister_Sogad
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Re: Limoncillo trenzado (Relato corto)
Oh, gracias Fernweh. Pero no te engañes, esto es un experimento (por eso algunas frases pueden ser algo complicadas), no es que escriba así normalmente. Pero esto es lo que yo defiendo, probar, experimentar, aprovechar para arriesgar un poco, así me tomo los concursos y muchos de loo relatos que escribo.Fernweh escribió:Si este ha sido el que has deshechado... ¿Cómo de bonito tendrá que ser el que has enviado a concurso?
Una historia preciosa, y me gusta mucho como escribes, aunque he de confesar que alguna frase la he tenido que leer varias veces para llegar a entenderla . Pero no te preocupes, que de eso tengo yo la culpa, fijo.
Gracias de nuevo.
Re: Limoncillo trenzado (Relato corto)
Un dia de estos te voy a comer a besos, que lo sepas. Me ha encantado. Sí, asi somos, como una cestita que va de aqui para allá sumando y restando. Yo tengo la suerte de haber sumado a mi cesta de la vida a un tigre dulce y sensible.
Que bien escribes, tigrecillo...
Que bien escribes, tigrecillo...
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
Re: Limoncillo trenzado (Relato corto)
Ostrás colega! mecachis en la mar saláaa tronko!!
Y este es tu relato desecho?
Todavía estaré a tiempo de retirar al mio del concurso?
Estas que lo bordas
Solo te faltó incluir a algún melón en esa cesta..entre sandias, limones y demás cositas de comer y tal.
Ya empiezo a tener un claro favorito para ganar el concurso...ni Gava en plan toca pelotas podrá criticarte
Mostruooo!
Y este es tu relato desecho?
Todavía estaré a tiempo de retirar al mio del concurso?
Estas que lo bordas
Solo te faltó incluir a algún melón en esa cesta..entre sandias, limones y demás cositas de comer y tal.
Ya empiezo a tener un claro favorito para ganar el concurso...ni Gava en plan toca pelotas podrá criticarte
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- jilguero
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Re: Limoncillo trenzado (Relato corto)
Volveré cuando el momento sea propicio.
Te adelanto que el título me parece original y bonito, y no tengo ni idea de qué va pero por el título me lo imagino campestre.
¿Qué me está pasando? Las cavilaciones de Juan Mute
El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre (A. Camus)
- Mister_Sogad
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Re: Limoncillo trenzado (Relato corto)
Jo, en serio Berlín tiras a dar eh? Muchas gracias por cómo eres.Berlín escribió:Un dia de estos te voy a comer a besos, que lo sepas. Me ha encantado. Sí, asi somos, como una cestita que va de aqui para allá sumando y restando. Yo tengo la suerte de haber sumado a mi cesta de la vida a un tigre dulce y sensible.
Que bien escribes, tigrecillo...
¡Hala! ¡exagerao! pero se te agradece un huevo y parte del otro, porque este relatillo me costó más de lo que hubiera querido, porque la idea me gustaba pero luego me atasqué y no hubo manera, al final no me dio tiempo a acabarlo para el 30, pero al día siguiente... el joio dió en nacer.prófugo escribió:Ostrás colega! mecachis en la mar saláaa tronko!!
Y este es tu relato desecho?
Todavía estaré a tiempo de retirar al mio del concurso?
Estas que lo bordas
Solo te faltó incluir a algún melón en esa cesta..entre sandias, limones y demás cositas de comer y tal.
Ya empiezo a tener un claro favorito para ganar el concurso...ni Gava en plan toca pelotas podrá criticarte
Mostruooo!
Espero que el que envié para el concurso te guste, seguro que como poco te sorprende.
- Mister_Sogad
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Re: Limoncillo trenzado (Relato corto)
Oh, tengo un interés especial por lo que tú opines del relato, cuando lo leas verás por qué.jilguero escribió:
Volveré cuando el momento sea propicio.
Te adelanto que el título me parece original y bonito, y no tengo ni idea de qué va pero por el título me lo imagino campestre.
- jilguero
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Re: Limoncillo trenzado (Relato corto)
Este Limoncillo trenzado se merece una relectura que más adelante haré, pero te dejo aquí mi primera impresión.Mister_Sogad escribió:Oh, tengo un interés especial por lo que tú opines del relato, cuando lo leas verás por qué.jilguero escribió:
Volveré cuando el momento sea propicio.
Te adelanto que el título me parece original y bonito, y no tengo ni idea de qué va pero por el título me lo imagino campestre.
Tigre, te considero que eres de los que pueden dar mucho y, por tanto, mis críticas a tus textos son también más puntillosas |
Una historia sencilla pero llena de sensibilidad y ternura. Una historia de amor o más bien una biografía narrada de forma diferente. Te diría que esta vez he visto en tu prosa ecos de la prosa "tolomewensis" y, como a menudo le digo a él, me da que el texto ganaría en fluidez, a la hora de leerlo, si lo aligeras un poco de palabras y/o simplificaras algunas frases. Buscando que la prosa no pierda su idiosincrasia (es una parte importante de este texto) pero sí ciertos toques ortopédicos (sitios en que el lector debe volver atrás para enterarse o que le cuesta leer del tirón) que me ha parecido notar aquí y allá.
Resumiendo, muy buena impresión me llevo y volveré para poderte precisar mejor ejemplos de cómo creo mejoraría en lo formal. Si soy capaz, claro, y luego tú haces como el poeta majareta
(= ) |
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Re: Limoncillo trenzado (Relato corto)
Míster me ha sorprendido la forma en que me cuentas una historia que he leído más de una vez… me has hecho dudar sobre si de verdad ya no hay nada nuevo bajo el sol.
Cuanta sensibilidad en tu relato, que frases tan bellas ... mira que tienes talento!
Cuanta sensibilidad en tu relato, que frases tan bellas ... mira que tienes talento!
ese remiendo ha desatado en mi mucha reflexiónCamino de soledad de nuevo, sin querer buscar remiendo para el agujero del fondo…
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Re: Limoncillo trenzado (Relato corto)
Me ha pasado como a Fernweh: estéticamente es muy bonito, pero me pierdo a ratos.
Nuestra editorial: www.osapolar.es
Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
Mis diseños
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- Mister_Sogad
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Re: Limoncillo trenzado (Relato corto)
jilguero escribió:Este Limoncillo trenzado se merece una relectura que más adelante haré, pero te dejo aquí mi primera impresión.Mister_Sogad escribió:Oh, tengo un interés especial por lo que tú opines del relato, cuando lo leas verás por qué.jilguero escribió:
Volveré cuando el momento sea propicio.
Te adelanto que el título me parece original y bonito, y no tengo ni idea de qué va pero por el título me lo imagino campestre.
Tigre, te considero que eres de los que pueden dar mucho y, por tanto, mis críticas a tus textos son también más puntillosas
Una historia sencilla pero llena de sensibilidad y ternura. Una historia de amor o más bien una biografía narrada de forma diferente. Te diría que esta vez he visto en tu prosa ecos de la prosa "tolomewensis" y, como a menudo le digo a él, me da que el texto ganaría en fluidez, a la hora de leerlo, si lo aligeras un poco de palabras y/o simplificaras algunas frases. Buscando que la prosa no pierda su idiosincrasia (es una parte importante de este texto) pero sí ciertos toques ortopédicos (sitios en que el lector debe volver atrás para enterarse o que le cuesta leer del tirón) que me ha parecido notar aquí y allá.
Resumiendo, muy buena impresión me llevo y volveré para poderte precisar mejor ejemplos de cómo creo mejoraría en lo formal. Si soy capaz, claro, y luego tú haces como el poeta majareta
(= )
A tu spoiler -> si es que si no lo eres es que me han cambiado al pajarillo, ya te lo dije una vez, encantado de que seas así.
Los ecos tolomaicos ( ) eran una de las razones de ser del relato, ¿recuerdas el guante que me echó Tolo?, este iba a ser mi "ejercicio práctico" a dejarme llevar por caminos onírico-prosísticos de su corte. Y por eso mismo quería que tú te leyeras el relato, que tú sabes qué pie calza el caletero y tenía yo interés en ver lo que tu hilabas. A ver si pesco a Estrella también y, obviamente a Tolo, pero este debe primero mostrar el flequillo.
Me alegra que te haya dejado buena impresión, y ya estaré atento a tu segunda vuelta, que en serio tus consejos me interesan. Por lo pronto lo que me cuentas de aligerar palabras y frases me resulta un acierto, aunque el ejercicio así pierda algo de fuerza. Ya lo dije por ahí arriba, hay algo que me tiene un poco a contra pelo con mi relato, y no consigo saber bien qué es.
Jilguerillo gracias por leerme.
- Mister_Sogad
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Re: Limoncillo trenzado (Relato corto)
¿Acliamanta pudiste al final participar con relato en el Concurso de Primavera?, qué ganas tengo de comentar tu relato si es así.ACLIAMANTA escribió:Míster me ha sorprendido la forma en que me cuentas una historia que he leído más de una vez… me has hecho dudar sobre si de verdad ya no hay nada nuevo bajo el sol.
Cuanta sensibilidad en tu relato, que frases tan bellas ... mira que tienes talento!
ese remiendo ha desatado en mi mucha reflexiónCamino de soledad de nuevo, sin querer buscar remiendo para el agujero del fondo…
Mil gracias por tus palabras, talento no sé cuanto tengo pero tú eres un encanto.
Respecto a remiendo... lo importante con el relato es la reflexión, la historia es, como señalas, sencilla y ya vista, aquí me sumergí en el cómo se cuenta y si por el camino resulta bonito son dos cosas que he conseguido.
Ains, perderse es lo que tiene hacer un ejercicio como este. Gracias por tus palabras Lucía y por estar siempre ahí.lucia escribió:Me ha pasado como a Fernweh: estéticamente es muy bonito, pero me pierdo a ratos.