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Puede, Cata, que en breve tengamos también una colonia de congéneres de Cleopatra.
Cuando he salido a desayunar, he visto una urraca comiendo pienso que alguien ha echado, no sé si al gato superviviente o a las gallinas. Poniéndose púa estaba y, al verme, ha levantado el vuelo. Preciosa, Cata, con su plumaje irisdicente .
Por cierto, creo que Cleopatra, la urraca que de vez en cuando me saluda, tiene también una naturaleza transmigrante como la santa. Lo digo porque empiezo a pensar que el espíritu de Cleopatra se alberga no en uno sino en varios cuerpos . Ah, creo que no te lo he contado. En la novela que le van a publicar a Albatross aparece Juana Zumajo y Cleopatra, la urraca trazadora de pictogramas. Me refiero a la narradora de Los hilos de Ariadna y su acompañante en la Isla del Trocadero. Me gusta que los hilos se vayan liando y que cada vez sea más difícil saber dónde está la línea que delimita la realidad
Cata, quédate con que la biografía irá en la página 70.
Como ya sé la dificultad que tiene escribir sobre la vida de esta santa "Guadiana", he empezado por el final.
Es decir, que he colgado la nota de la autora poniendo el parche antes que la herida .
Y es que me he dado cuenta de que lo más probable es que sea una biografía inconclusa puesto que siempre cabe la posibilidad de que haya alguna nueva etapa pendiente de ser vivida en el futuro .
¡Hola, Cata! Me traigo para el bujío un video que ha colgado la cucarachita de la santa esta mañana justo a la hora en que ya había llegado al labo y empezaba a trabajar. En ese momento, estaba escuchando el kikiriki de los gallos a fuera y escucharlo a la vez en el ordenador me ha hecho mucha gracia . Tú sabes, de esos momentos mágicos que tanto sabemos apreciar los que ya no somos tan .
A ver si este fin de semana avanzo un poco más con el zoo. Lo terminaré pronto, pero hasta que no tengamos la entrevista no podré seguir con la etapa en la que se santificará .
Para variar, me lo estoy pasando pipa. Eso sí, anoche se me ocurrió leerme la cajita de música y se me hizo un nudo en la garganta .
Igual la santa tuvo una cajita de música en alguna de sus etapas. Pero la suya tendrá dentro una sirenita que se contonea al son del susurro del mar . ¡A ver si cuaja!
Un gustazo, Cata, el Cádiz londinense que ha despertado hoy.
Niebla densa que lo desdibuja todo, que te permite intuir más que ver. Las calles vacías, casi sin tráfico, la ciudad que me es tan querida. Y el mar, Cata, rugiendo en medio de la niebla, amenazante si no fuera porque estoy en tierra firme y sé que no podrá llegar hasta aquí arriba.
Pues eso, que buenos días y que sepas que hoy Cai ha amanecido (para mí, que el sol todavía está dormido ) envuelto en niebla y que, al escuchar rugir al mar, me he acordado de la sirenita de tu caja de música .
¡Buenos días, Cata!
Ahora tengo que trabajar y no puedo, pero dejo este mensaje para acordarme de que te quiero contar una de esas "casualidades necesarias" que ayer me llevó a enterarme de que el sol canta. Sí, Cata, cómo lo oyes, el sol canta solo que lo hace con una voz tan, tan grave, que no nos enteramos. Luego te lo cuento
¡Buenos días Cata!
Tres gallitos, tres, me han dado hoy los buenos días. Bueno, en realidad, el primero que me ha dado hoy los buenos días ha sido un mirlo de los Jardines de Varela. Y ese canto de mirlo mañanero me hace siempre acordarme de tu geranio. Resulta que tiempo ha, en una mañana como cualquier otra, cuando todavía estaban poniendo las calles y yo acababa de escuchar el canto de un mirlo, nos cruzamos, cada uno camino de su trabajo, y en mi cabeza se quedaron ambos hechos vinculados .
Pero venía a contarte otra cosa. Un de esas casualidades necesarias que tanto me gustan. Una pamplina, cierto es, pero las pamplinas también son importantes. Resulta que en un un libro que estoy leyendo se mencionaba la Música de las esferas. Por si no lo sabes, te diré que desde casi el principio de los tiempos del hombre se ha relacionado la música y cosmos. Pero Pitágoras fue el primero que lo plasmó de forma clara en lo que se conoce como la Música de las esferas. Afirmaba que la distancia entre los planetas tenía las mismas proporciones que las que existen entre los sonidos de la escala musical. Los pitagóricos afirmaban, por ello, que los tonos emitidos por los planetas en su movimiento dependían de su distancia a la Tierra de la misma forma que la longitud de la cuerdas de un instrumento musical determinan sus tonos. Luego hubo muchos otros que estuvieron a favor y en contra de la teoría. Kepler hasta se permitió componer las melodías de los seis planetas del sistema solar conocidos entonces.
Pues bien, cuando lo leí por primera vez, la idea de los planetas convertidos en un enorme instrumento musical me pareció preciosa. El domingo pasado, cuando apareció la mencionada teoría en el libro, decidí irme a internet a refrescar los que decía exactamente la teoría (ya no me acordaba bien). Y mira por donde casualmente me topé con esta noticia:
Un satélite de la Nasa ha confirmado la ancestral tradición de la música de las esferas, según la cual los cuerpos celestes emiten sonidos armónicos. Aunque la música de las esferas ha derivado primero en la noción de armonía universal y después en simetría, ahora se ha descubierto que la atmósfera del Sol emite realmente sonidos ultrasónicos y que interpreta una partitura formada por ondas que son aproximadamente 300 veces más graves que los tonos que pueda captar el oído humano.
Era antigua, pero yo no me había enterado y gracias al libro lo hice. Y no veas qué alegría me dio. No es una música al uso, claro, pero es tan bonita la idea del universo convertido en un gingatesco orfeón que no me importa que desentone un poco.
en verdad, desentona bastante
Te dejo aquí, Cata, la melodía que compuso Kepler para cada planeta teniendo en cuenta su velocidad angular. Si picas en el enlace y luego en lo nombres de los planetas podrás escucharlo. Si los pones todos a la vez es un guirigai similar al de un gallinero . Pero escuccha atentamente a Mercurio, que emite un silbidito similar al de Blatta gallina, la cucarachita amaestrada de Santa Cata . Sigo avanzado en al biografía, por cierto, pero muy, muy despacio .
Júpiter suena como el John Deere de Manuel cuando semienta maíz.
Recuento 2024 Ayer: Cañas al viento. Grazia Deledda
Grito nocturno. Borja González Hoy: Los asesinos del emperador. Santiago Posteguillo
Hoy es un buen día para morir. Colo
Gretogarbo escribió:Júpiter suena como el John Deere de Manuel cuando semienta maíz.
¿Así suena el tractor sembrando maíz?
Cata, mira por donde, Gretogarbo nos acaba de descubrir que en Júpiter debe haber una manada de tractores sembrando maíz. Eso habrá que explorarlo un día de estos bordeando la realidad.
Gretogarbo escribió:Júpiter suena como el John Deere de Manuel cuando semienta maíz.
... Gretogarbo nos acaba de descubrir que en Júpiter debe haber una manada de tractores sembrando maíz...
Los tractores no se mueven en manadas sino en jaurías.
Recuento 2024 Ayer: Cañas al viento. Grazia Deledda
Grito nocturno. Borja González Hoy: Los asesinos del emperador. Santiago Posteguillo
Hoy es un buen día para morir. Colo
Gretogarbo escribió:Júpiter suena como el John Deere de Manuel cuando semienta maíz.
... Gretogarbo nos acaba de descubrir que en Júpiter debe haber una manada de tractores sembrando maíz...
Los tractores no se mueven en manadas sino en jaurías.
Jilguero a ver si aprendes a hablar con propiedad :
... Gretogarbo nos acaba de descubrir que en Júpiter debe haber una jauría de tractores sembrando maíz...
Las bibliotecas las he frecuentado mucho como usuario obligado, jilguero, y ahora también lo hago; bastante como persona ociosa; pero nada como lugar de laburo. No obstante, como en tu caso, no me importaría nada trabajar aquí (porque en una biblioteca estoy ahora).
Recuento 2024 Ayer: Cañas al viento. Grazia Deledda
Grito nocturno. Borja González Hoy: Los asesinos del emperador. Santiago Posteguillo
Hoy es un buen día para morir. Colo
Gretogarbo escribió:Las bibliotecas las he frecuentado mucho como usuario obligado, jilguero, y ahora también lo hago; bastante como persona ociosa; pero nada como lugar de laburo. No obstante, como en tu caso, no me importaría nada trabajar aquí (porque en una biblioteca estoy ahora).
Ja, ja, es que nos hablas desde ellas tan a menudo que te hacía bibliotecario. Ahora las frecuento poco pero siempre he mirado a los bibliotecarios con envidia. Aunque no todos parecen ser tan felices de serlo como yo esperaría.
Me divirten estos equívocos con la gente del otro lado de la pantalla, pues es fácil bordear la realidad aún sin pretenderlo. Nada, a seguir disfrutando del ocio .
Me encanta, Cata, el comienzo de este cuento de Delibes, La mortaja.
La descripción del valle es magnifica. Lo voy a colgar por eso en el bujío :
El valle, en rigor, no era tal valle sino una polvorienta cuenca delimitada por unos tesos blancos e inhóspitos. El valle, en rigor no daba sino dos estaciones: invierno y verano y ambas eran extremosas, agrias, casi despiadadas. Al finalizar mayo comenzaba a descender de los cerros de greda un calor denso y enervante, como una lenta invasión de lava, que en pocas semanas absorbía las últimas humedades del invierno. El lecho de la cuenca, entonces, empezaba cuartearse por falta de agua y el río se encogía sobre sí mismo y su caudal pasaba en pocos días de una opacidad lora y espesa a una verdosidad de botella casi transparente. El trigo, fustigado por el sol, espigaba y maduraba apenas granado y a primeros de junio la cuenca únicamente conservaba dos notas verdes: la enmarañada fronda de las riberas del río y el emparrado que sombreaba la mayor de las tres edificaciones que se levantaban próximas a la corriente. El resto de la cuenca asumía una agónica amarillez de desierto. Era el calor y bajo él se hacía la siembra de los melonares, se segaba el trigo, y la codorniz, que había llegado con los últimos fríos de la Baja Extremadura, abandonaba los nidos y buscaba el frescor en las altas pajas de los ribazos. La cuenca parecía emanar un aliento fumoso, hecho de insignificantes partículas de greda y de polvillo de trigo. Y en invierno y verano la casa grande, flanqueada por el emparrado, emitía un «bom‑bom» acompasado, casi siniestro, que era como el latido de un enorme corazón.
El niño jugaba en el camino, junto a la casa blanca, bajo el sol, y sobre los trigales, a su derecha, el cernícalo aleteaba sin avanzar, como si flotase en el aire, cazando insectos. La tarde cubría la cuenca compasivamente y el hombre que venía de la falda de los cerros, con la vieja chaqueta desmayada sobre los hombros, pasó por su lado, sin mirarle, empujó con el pie la puerta de la casa y casi a ciegas se desnudó y se desplomó en el lecho sin abrirlo. Al momento, casi sin transición, empezó a roncar arrítmicamente.
El Senderines, el niño, le siguió con los ojos hasta perderle en el oscuro agujero de la puerta; al cabo reanudó sus juegos.
Nadie como Delibes para dibujar un paisaje con palabras.
Recuento 2024 Ayer: Cañas al viento. Grazia Deledda
Grito nocturno. Borja González Hoy: Los asesinos del emperador. Santiago Posteguillo
Hoy es un buen día para morir. Colo
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. Ah, creo que no te lo he contado. En la novela que le van a publicar a Albatross aparece Juana Zumajo y Cleopatra, la urraca trazadora de pictogramas. Me refiero a la narradora de Los hilos de Ariadna y su acompañante en la Isla del Trocadero. Me gusta que los hilos se vayan liando y que cada vez sea más difícil saber dónde está la línea que delimita la realidad 
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. ¡A ver si cuaja!
) envuelto en niebla y que, al escuchar rugir al mar, me he acordado de la sirenita de tu caja de música 
¡Buenos días, Cata!
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