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jilguero escribió: ↑20 Ago 2020 15:49El verano se nos va, Cata (falta un mes, pero exagero como buena andaluza ). En nuestras latitudes no es mala cosa, porque así se irá también "la caló".
Pero el paso de las estaciones es para mí una suerte de reloj cósmico que me recuerda que me acabo de tragar otro buen trago de la vida.
Y encima, en medio de la pandemia, ni siquiera está bien desear que el cosmo se detenga.
Qué verdad tan grande, la vida se va así, sin que la veamos. Aquí decimos: qué bueno, ya viene la primavera. Pero el otoño se fue más rápido que nunca y ahora en pleno invierno, muertos de frío, se acerca la estación de las cometas en el cielo. En cinco meses de pandemia, perdimos de hacer cosas que nos gustaban, por eso es todavía peor
Hacía mucho tiempo, Cata, que no hacía puzles. Es una actividad relajante y muy placentera, tanto en soledad como cuando la compartes con alguien con quien te sientes a gusto. Estos días, por razones que no vienen a cuento, llegó a mis manos un puzle nuevo, el de la niña con el perro que te colgué hace unos días. Este:
No demasiado mal.jpg
En la etapa de asilvestrados, para los largos días de lluvia, en casa teníamos dos cajitas de madera que contenían sendos puzles de los de antaño, de los de piezas también de madera. Uno se llamaba la fiesta gallega y era mi favorito porque tenía mucho colorido y muchos personajes; hechos que ayudaban mucho a la hora de hacerlo. El otro era de una niña también con un perro, en una postura similar a este otro moderno (tiene las piezas de cartón), y con un fondo extenso de color verde oscuro que era complicadísimo hacer (cuando llegaba esa parte yo solía abandonar). Eran solo dos, y fueron tantos los días de invierno, en los que mi santacatalina tiró de ellos para tratar de tenernos entretenidos dentro de casa (nuestros juegos favoritos eran siempre al aire libre), que al final nos sabíamos de memoria la posición de muchas piezas que tratábamos de guardar a hurtadillas (si un asilvestrado tenía un puño cerrado era señal de que escondía en él una pieza) hasta que llegaba el momento de colocarlas.
Estos días de atrás, mientras hacía el puzle de esta otra niña con el perro, la mente se me iba sin querer a esos tiempos remotos, que ya se marcharon para siempre, y entonces experimentaba una especie de vértigo cósmico: la sensación de ser una mota de polvo en medio de un universo inabarcable o un instante en ese viento racheado que suele ser el tiempo. De ayudante, cosa rara (ella era nunca ha sido aficionada a los puzles), tuve a la asilvestrada hacendosa. Comprobé que le estaba cogiendo gustillo a esa tare inútil que, en el fondo, es hacer un puzle y, como se aproximaba su santo, se me ocurrió encargarle en secreto un puzle personalizado.
En la foto elegida aparece ella en esa etapa anterior a la memoria, pero en la que se fragua en gran medida lo que acabará siendo nuestra vida. Ha sido un éxito: esta vez yo solo he sido la ayudante y, aún así, en un par de días se lo ha hecho. Y aquí te dejo una muestra gráfica del resultado: la hacendosa es la que está a la izquierda en tu pantalla.
Las niñas.jpg
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Megan escribió: ↑20 Ago 2020 19:09
Qué verdad tan grande, la vida se va así, sin que la veamos. Aquí decimos: qué bueno, ya viene la primavera. Pero el otoño se fue más rápido que nunca y ahora en pleno invierno, muertos de frío, se acerca la estación de las cometas en el cielo. En cinco meses de pandemia, perdimos de hacer cosas que nos gustaban, por eso es todavía peor
Sí, Megan, eso que en mi comentario anterior llamo vértigo cósmico. Somos motitas de polvo perdidas en un universo inmenso, y un instante en ese viento incesante que es el tiempo. Pero quizás sea esa sensación de lo efímero lo que nos ayuda a amar tanto la vida.
jilguero escribió: ↑21 Ago 2020 19:22
Hacía mucho tiempo, Cata, que no hacía puzles. Es una actividad relajante y muy placentera, tanto en soledad como cuando la compartes con alguien con quien te sientes a gusto. Estos días, por razones que no vienen a cuento, llegó a mis manos un puzle nuevo, el de la niña con el perro que te colgué hace unos días. Este:
No demasiado mal.jpg
En la etapa de asilvestrados, para los largos días de lluvia, en casa teníamos dos cajitas de madera que contenían sendos puzles de los de antaño, de los de piezas también de madera. Uno se llamaba la fiesta gallega y era mi favorito porque tenía mucho colorido y muchos personajes; hechos que ayudaban mucho a la hora de hacerlo. El otro era de una niña también con un perro, en una postura similar a este otro moderno (tiene las piezas de cartón), y con un fondo extenso de color verde oscuro que era complicadísimo hacer (cuando llegaba esa parte yo solía abandonar). Eran solo dos, y fueron tantos los días de invierno, en los que mi santacatalina tiró de ellos para tratar de tenernos entretenidos dentro de casa (nuestros juegos favoritos eran siempre al aire libre), que al final nos sabíamos de memoria la posición de muchas piezas que tratábamos de guardar a hurtadillas (si un asilvestrado tenía un puño cerrado era señal de que escondía en él una pieza) hasta que llegaba el momento de colocarlas.
Estos días de atrás, mientras hacía el puzle de esta otra niña con el perro, la mente se me iba sin querer a esos tiempos remotos, que ya se marcharon para siempre, y entonces experimentaba una especie de vértigo cósmico: la sensación de ser una mota de polvo en medio de un universo inabarcable o un instante en ese viento racheado que suele ser el tiempo. De ayudante, cosa rara (ella era nunca ha sido aficionada a los puzles), tuve a la asilvestrada hacendosa. Comprobé que le estaba cogiendo gustillo a esa tare inútil que, en el fondo, es hacer un puzle y, como se aproximaba su santo, se me ocurrió encargarle en secreto un puzle personalizado.
En la foto elegida aparece ella en esa etapa anterior a la memoria, pero en la que se fragua en gran medida lo que acabará siendo nuestra vida. Ha sido un éxito: esta vez yo solo he sido la ayudante y, aún así, en un par de días se lo ha hecho. Y aquí te dejo una muestra gráfica del resultado: la hacendosa es la que está a la izquierda en tu pantalla.
Megan escribió: ↑20 Ago 2020 19:09
Qué verdad tan grande, la vida se va así, sin que la veamos. Aquí decimos: qué bueno, ya viene la primavera. Pero el otoño se fue más rápido que nunca y ahora en pleno invierno, muertos de frío, se acerca la estación de las cometas en el cielo. En cinco meses de pandemia, perdimos de hacer cosas que nos gustaban, por eso es todavía peor
Sí, Megan, eso que en mi comentario anterior llamo vértigo cósmico. Somos motitas de polvo perdidas en un universo inmenso, y un instante en ese viento incesante que es el tiempo. Pero quizás sea esa sensación de lo efímero lo que nos ayuda a amar tanto la vida.
Hoy se me ha venido una pregunta tonta, ¿Cómo que nuestra lengua no tiene el verbo coamar? ¿Será que solo hay una forma de amar? ¿Será que se ama con todo o no se ama? ¿Será que amandose a sí mismo es como se ama o coama? Dudas, y más dudas.
Ala, me las piro.
Soñar... ¡Donosa locura!
Blanca de los Ríos Nostench.
Erase una persona tan despistada que se quedó una semana en su casa encerrada pues sus llaves no encontraba.
jilguero escribió: ↑21 Ago 2020 19:22En la foto elegida aparece ella en esa etapa anterior a la memoria, pero en la que se fragua en gran medida lo que acabará siendo nuestra vida. Ha sido un éxito: esta vez yo solo he sido la ayudante y, aún así, en un par de días se lo ha hecho. Y aquí te dejo una muestra gráfica del resultado: la hacendosa es la que está a la izquierda en tu pantalla.
Erais dos bolitas en una cama inmensa, jilguero.
Recuento 2024 Ayer: Grito nocturno. Borja González
Los asesinos del emperador. Santiago Posteguillo Hoy: Hoy es un buen día para morir. Colo
Soberbia. William Somerset Maugham
Gretogarbo escribió: ↑22 Ago 2020 10:44
Erais dos bolitas en una cama inmensa, jilguero.
Dos bolitas en una cama inmensa, que flota en un universo todavía más inmenso, y que el tiempo ha hecho rodar por senderos que aún desconocían.
Esa era la cama de mis padres y meternos en ella la meta perseguida durante muchos años. Pocas veces faltaba el pescador de casa, pero cuando lo hacía había turnos para dormir con mi santacatalina.
*****
magali escribió: ↑21 Ago 2020 19:27
Estáis preciosas, jilguero
¿Te has fijado las manitas requemadas que tenemos? Las caras no porque mi santacatalina nos ponía sombreros de paja para que no nos quemáramos.
*****
jose2v escribió: ↑21 Ago 2020 21:58
¿Será que solo hay una forma de amar? ¿Será que se ama con todo o no se ama? ¿Será que amandose a sí mismo es como se ama o coama? Dudas, y más dudas.
Aunque de tus dudas no te puedo sacar, te diré algo que justo ayer leí sobre lo que es amar y cómo de confundidos estamos a veces: ...a menudo confundimos amar con los fuegos artificiales. Pero el amor de verdad es muy tranquilo, muy callado. Es aburrido, si se contempla desde la perspectiva del dramatismo exacerbado. El amor es profundo y calmado..., y constante.
jilguero escribió: ↑22 Ago 2020 13:50Esa era la cama de mis padres y meternos en ella la meta perseguida durante muchos años.
Creo que todos los niños del mundo han tenido esa meta, aunque sólo fuese durante un rato.
Me hace mucha gracia la foto. Parecéis dos lechuzas (por los ojazos, entiéndeme) sorprendidas en el nido.
Recuento 2024 Ayer: Grito nocturno. Borja González
Los asesinos del emperador. Santiago Posteguillo Hoy: Hoy es un buen día para morir. Colo
Soberbia. William Somerset Maugham
jilguero escribió: ↑22 Ago 2020 13:50Esa era la cama de mis padres y meternos en ella la meta perseguida durante muchos años.
Creo que todos los niños del mundo han tenido esa meta, aunque sólo fuese durante un rato.
Me hace mucha gracia la foto. Parecéis dos lechuzas (por los ojazos, entiéndeme) sorprendidas en el nido.
Bueno, en aquella época no conocía otros niños ni sus anhelos, pero es lógico lo que dices: a fin de cuentas es meterse otra vez en el nido del que te han "desterrado".
No estoy segura, pero por otras fotos, me da que la hacendosa dormía a veces ahí aún y que la infiltrada es solo Jilguero, que vería la ocasión y la pillaron in fraganti.
Y sí, sobre todo Jiguero tenía en esa época pinta de lechuza por los ojos siempre muy abiertos y por la nariz un tanto alechuzada (jajaja).
Eso me recuerda que tenemos un retrato de familia bujiano, aunque solo estáis en él quienes aceptásteis posar para la ocasión.
Retrato de la familia bujiana.jpg
Catalina del Berenjenal en compañía de uno de sus hijos, sobre cuyo hombro posa maternalmente la mano, y cinco de sus numerosos infantes acogidos. Completando la escena, el fiel chiguagua de la familia y un peculiar jilguero apalominado.
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jilguero escribió: ↑22 Ago 2020 13:50Esa era la cama de mis padres y meternos en ella la meta perseguida durante muchos años.
Creo que todos los niños del mundo han tenido esa meta, aunque sólo fuese durante un rato.
Me hace mucha gracia la foto. Parecéis dos lechuzas (por los ojazos, entiéndeme) sorprendidas en el nido.
Bueno, en aquella época no conocía otros niños ni sus anhelos, pero es lógico lo que dices: a fin de cuentas es meterse otra vez en el nido del que te han "desterrado".
No estoy segura, pero por otras fotos, me da que la hacendosa dormía a veces ahí aún y que la infiltrada es solo Jilguero, que vería la ocasión y la pillaron in fraganti.
Y sí, sobre todo Jiguero tenía en esa época pinta de lechuza por los ojos siempre muy abiertos y por la nariz un tanto alechuzada (jajaja).
Eso me recuerda que tenemos un retrato de familia bujiano, aunque solo estáis en él quienes aceptásteis posar para la ocasión.
Retrato de la familia bujiana.jpg
Catalina del Berenjenal en compañía de uno de sus hijos, sobre cuyo hombro posa maternalmente la mano, y cinco de sus numerosos infantes acogidos. Completando la escena, el fiel chiguagua de la familia y un peculiar jilguero apalominado.
Que te he visto.
¿Quieres una foto mas actual?
¿La que lleva el perro en la mano eres tu verdad jilguer?
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). En nuestras latitudes no es mala cosa, porque así se irá también "la caló".
