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Berlín escribió:Qué buena esa anécdota de tu hermana la hacendosa y la taza de arroz por cabeza. No se me ocurrió pensar en que tu hermana errara el tamaño de la taza, no sé por qué me decanté más porque tu hermana viera más de una testa sobre cada hombro. Una hermana de mi pajarillo loco no puede ser poco imaginativa.
Vengo a dejarte un abrazo navideño y a decirte que escribí una chorrada y que si te apetece leerla y comentarla me gustará.
hexagono69 escribió:Bueno bueno, no sé si te has pensado la cantidad de problemas que puede dar un zoo aun con un único habitante.
Si el ejemplar acepta voluntariamente su estancia, la existencia de un cuidador eccehomo de Borja y de barrotes es innecesaria, ademas de que ya solo la convivencia entre ellos se torna problemática.
Si por otro lado lo que pretendes, como creadora del zoo o dueña o encargada, es una relación dominante con sus criaturas y de ahí la escenificacion del guardián y de los barrotes para la mariposa Monarca te cuento que como dice Sade, si el dominado siente placer al serlo, el dominador no siente ninguno y se siente obligado a aumentar el tormento, vamos que una cadena viciosa de la que es difícil salir, para mejor entender ver Sade.
Bueno pues nada mas de momento.
Ah si---Te ruego medites muy bien la decisión que tomes; ya que te hará responsable de sus efectos para siempre.
Como mujer responsable que soy, ante la advertencia, he seguido tu ruego de meditar el asunto. Intuyo que la Blatta gallina no desea tener más barrotes ni más compañía que los que ella elija. En tal caso,
el eccehomo sofista puede formar parte de un pasado más floreciente del zoo, siendo la Blatta una especie de okupa solitaria posterior, que vive en un laberinto que ha creado en las ruinas (en sentido metafórico) del antiguo zoo. Por otro lado, la luciérnaga será farolillo porque quiere serlo puesto que será ella quien decida abrir o cerrar la puerta de su jaula .
¿ Crees, Hexa, que podré así evitar las relaciones de dominancia y sometimiento del marqués? En esto, soy amante del trato entre iguales y, como Bartleby, en lo relacionado con el mundo de Sade, preferiría eludirlo .
Ah pues si las relaciones esas de las que hablas forman parte de la naturaleza humana y no son propiedad de ningún Marques pues veo dificil evitarlas del todo pero podemos obviarlas si así quedas mas tranquila.
Las ruinas metafóricas no me resultan muy confortables, están llenas de agujeros y telas de araña metafóricas y tengo fobia a las arañas, por lo que con un pecio y la vela como toldo para el verano marismeño me conformo, una dieta de sopa Bullabesa seria muy de agradecer.
Claro la Monarca podrá hacer y deshacer a su antojo para algo es la jefa.
hexagono69 escribió:Hola Jilguero muy amable por reponder tan presta.
Ah pues si las relaciones esas de las que hablas forman parte de la naturaleza humana y no son propiedad de ningún Marques pues veo dificil evitarlas del todo pero podemos obviarlas si así quedas mas tranquila.
Las ruinas metafóricas no me resultan muy confortables, están llenas de agujeros y telas de araña metafóricas y tengo fobia a las arañas, por lo que con un pecio y la vela como toldo para el verano marismeño me conformo, una dieta de sopa Bullabesa seria muy de agradecer.
Claro la Monarca podrá hacer y deshacer a su antojo para algo es la jefa.
pero como decía Bartleby: Preferiría no hacerlo.
Aunque si no queda mas remedio.
Vale, cuando toque montar ese pasaje de la vida de la santa, te otorgaré voz y voto en todo lo relacionado con la Blatta. Decía ruinas metáforicas porque no hay ruinas de piedras, ya que el zoo estuvo alojado en un c...... de quita y pon de la santa . Y me acabo de enterar de que en las entretelas hay un laberinto de canales por los que fluye un mar interior. Y será en sus aguas donde flote el pecio con su vela-toldo y la Blatta a bordo. De la sopa bullabesa se habrá de encargar la luciérnaga que, además de farolillo, será cocinera, pues ya hemos quedado que no quieres al sofista a bordo (¿ni siquiera una fotito en la pared del laberinto ?). Pero no me pidas más lujos que la madriguera se te va a llenar de gente y no te va a hacer ni chispa de gracia .
Hoy, paseando por la calle, me he acordado de ti, pero te lo cuento otro día que antes le quiero contar a Cata lo ocurrido ayer, y hoy tampoco podrá ser .
Por fin, Cata, tengo un ratito para contarte que la mañana de Navidad comprobé que, si la lluvia en Sevilla es una maravilla (frase famosa de una peli), la lluvia en Sevilla y con la gente dormida es doble maravilla. Ventajas de no ser amante del alcohol, Cata, ya que esa mañana la gente estaba durmiendo los excesos culinarios de la noche y las calles estaban desiertas.
Paseando por la calle me acordé, Cata, de Sándor Márai que, después de que bombardearan su casa, cuando regresó a la ciudad y vivía en una casa alquilada, acudió a su antiguo barrio. Relatando esa visita nos dice que él : “A partir de entonces nunca volvería a tener un hogar, en ninguno de los sitios del mundo donde alquilaría unos cuantos metros cuadrados de aire envueltos en cemento. [...]Lo que denominamos "la trama de la vida"—esa película, esa secuencia rápida de imágenes— se quebró para mí el día en que comprendí que no tenía a nadie a quien seguir esperando". Y me pregunté que sentiría paseando por esa parte de la ciudad donde viví de niña y adolescente, donde fui al colegio, donde en cierta medida me fragüé, pero donde ya nadie me espera ni yo espero a nadie (los supervivientes de esa época viven ahora en el otro extremo de la ciudad).
Empecé a hacer el mismo recorrido que cada mañana hacia camino del cole y mi sensación era de mucha frialdad y cierta tristeza, pero conforme me fui acercando al colegio, los recuerdos empezaron a aflorar y aquello fue una auténtica fiesta. Increíble, Cata, la de cosas que tengo guardadas en la cabeza y yo sin idea que las tengo. Recordé a “Ojos de gato”, un hombre de mediana edad, con los ojos un tanto gatuno pero al que tenía miedo y cuando lo veía me hacía correr sin parar hasta que me refugiaba en el colegio. Me acordé de esa niebla mañanera en medio de la cual caminaba sin saber si sabría llegar a mi destino, mas recordé también la alegría a la salida de esa cárcel sin barrotes que era el colegio, la felicidad camino del refugio, des ese lugar seguro que era mi casa y mi familia.
Cuando entré en los jardines de mi antiguo colegio, descubrí que un enorme árbol, bajo el que jugué muchas veces, era (es) un jacarandá como en el que se enganchó el niño del tirachinas y me gustó la coincidencia (una casualidad necesaria, el recuerdo de esa silueta sin nombre, como razón de que décadas después fuese a la sombra de un jacarandá donde me encontrase con Gades niño). Escuché el bullicio de esas otras niñas, mis antiguas compañeras, en el recreo. Me ví vestida con una túnica amarilla arriba de la muralla haciendo una representación teatral de la reconquista. Olí a pelo quemado cuando con una de las velas se le prendió la melena a una de las túnicas naranjas,etc.
Luego dejé el colegio y fui a visitar la que fue la casa de una tía mía monja seglar. El callejón seguía igual y, al entrar, recuperé a Ricardo, un relejero que tenía su mini taller al fondo. Un hombre renco y de rostro triste, que nuestra madre nos decía que tenía mucha pena desde que perdió a su hija con dos años. Y mi sensación de vuelta al pasado era tal que, cuando miré hacia la ventana de mi tía, tuve miedo de ver aparecer su rostro al otro lado***. A esas alturas, Cata, ya no estaba en el mundo actual, sino en el otro, en el que ya se fue, como si se hubiera producido un bucle en el tiempo y yo ya no fuera la que soy.
Y más tarde entré en una iglesia y todo estaba igual, la penumbra, el olor a incienso, el eco de mis pasos, etc. Un trozo de pasado suspendido fuera del tiempo. Seguí caminando como sonámbula y, en estas, al final de la calle, un letrero en el muro de una iglesia me volvió de golpe a la realidad.
Sí, Cata, ponía “Santa Catalina” y eso me hizo recordar este bujío, este lugar al borde de la realidad; y fue recordarlo y volver de nuevo a ser la que soy ahora.
*** por la tarde, Cata, en una reunión familiar, relaté mi visita al pasado y mi miedo a ver el rostro de la tía C..... tras el cristal. Entonces mi hermano pequeño nos contó que el año pasado hizo un peregrinaje similar. Pero él fue más allá y entró en la casa. Se detuvo delante de la puerta y solo le faltó llamar al timbre. Según nos contó, sintió miedo de que, si lo hacía, se escuchara un ¡Vaaa...! seguido del ruido de unos pasos, arrastrando los pies .
No me extraña, Cata, porque aquel rincón de la ciudad está casi idéntico.
¡Uy, Cata, lo que me ha pasado esta mañana.
Mira, estaba en el museo viendo cuadros tan tranquila y de repente he visto a Santa Cata en algunos de ellos.
Primero la vi en su advocación de madre floral
Luego de niña bien de finales del siglo XIX
Y de huerfanita en los años 70
Yo sabía que en su vida había discontinuidades, como le ocurre al Guadiana, pero no sabía que iba a ser madre primero y luego niña. Aunque ya sabemos que volverá a ser madre en Cadiz, por lo del sueño de Caleto y la imagen de este en la azotea.
Madre mía, poner en pie esta biografía va a ser una locura. Ah, también he sabido que va a ser en su etapa de niña huérfana cuando tendrá el zoo minimalista con la Blatta, mientras que fue en su etapa de niña bien cuando ese zoo vivió su momento de esplendor y tenía un guardián sofista . Y también será en esa etapa cuando su padre la lleve al mar y tenga que agarrarla del pelo para evitar que el oleaje se la arrebatara .
Por cierto, me lo anoto aquí para que no se me olvide: el libro de cabecera de la cucarachita era Breviario del caos, y a su vez escribe un obra misteriosa denominada Las revelaciones del Marqués de Hexa, de cuyo contenido todavía no sabemos nada, pero sabremos cuando su autor tenga a bien darnos alguna primicia .
Y digo yo que, cuando quedemos para la entrevista, si te pudieras traer foticos de la Cata de carne hueso,
de niña y de mujer, igual con el photoshop podría generar las imágenes personalizadas de Santa Cata. Ya lo hablamos vía faldellín de Orión
Última edición por jilguero el 12 Feb 2018 00:13, editado 1 vez en total.
Venía a contestar al mensaje de Hexa y ha desaparecido Aquí, Cata, van a un ritmo que no hay manera...
por lo visto Las revelaciones va a ser un libro con todas las páginas en blanco y pretende escribir otro, cuyo título no he retenido,
que será un copy_paste de textos sin sustancia y para colmo lo dejará inacabado. Vaya con la Batta, nos ha salido contestataria
Cata, muchas gracias por ser esa mártir de las letras, cuya presencia de ese otro lado de la pantalla, da sentido a este hilo.
¡Feliz Noche Vieja! Y será un placer compartir este nuevo año contigo y con todos los que tengan a bien asomarse pro el bujío
2018 tiene que ser el año de la biografía de la santa, así que la próxima vez que vengas pro la bahía, una tarde resérvala para encontrarte con el carbonero
De nuevo, Cata, en mi madriguera.
Mañana mismito me pongo a corregir las cartas de Fragella, que ese Intercambio de solsticios ya está durando demasiado y a Eleanis hay que dejarlo descansar en paz.
Son rarísimas, envueltas en una pelusa parecida a la de los gazapillos y ya dentro está la verdadera semilla.
No sé si sabrás, que una de las plagas del planeta del Principito son las semillas de baobabs, porque su planeta es muy pequeño y los baobabs muy grandes. El suelo está lleno de estas semillas. De semillas que en secreto duermen dentro de la tierra hasta que un día se les antoja despertarse y se estira tímidamente hacia el sol. De pequeñas son plantones inofensivos pero luego, si crecen, pueden hacer estallar el planeta. Por eso una de las tareas cotidianas del Principito es limpiar su reino de los baobabs que hayan germinado esa noche .
Y también que los baobabs son como botellas gigantes para los elefantes sedientos, pues almacenan mucha agua en el interior de su tronco, incluso cuando hay mucha sequía. Los elefantes sedientos los atacan y se meten casi dentro de su tronco para beber. La lucha por la vida, Cata, que es a muerte
Vigilaré que estas semillas duerman eternamente no vaya a tener yo un conflicto con el vecindario .
No sé si el alter ego foril de la Blatta se asoma por aquí o no. Tengo pendiente lo del pensamiento que tuve paseando por las calles de Sevilla, primero vacías, luego llenas, de que se camina por dentro de laberintos con paredes de cristal. Una pamplina más, Cata, por lo que no sé si merece la pena contarla. La dejaré que repose y el olvido decidirá por mí
Comunicote que me he tirado tres horas, tres, adecentando la segunda carta de Fragella y,
aun así, sigue siendo un magnifico silicio literario .
Madre mía, menos mal que esto lo hago por divertimento, pues no pasaría hambre ni ná si fuera este mi oficio .
Pero no, Cata, ya sabes que me gano la vida abriendo mejilloncitos, como si fueran huevos kinder , e imaginándome luego las venturas y desventuras del cangrejillo que vive dentro. Eso se me da bastante mejor con lo cual en la nevera tengo comida con la que acallar a este tirano que me está rugiendo ya como un león hambriento
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Crees, Hexa, que podré así evitar las relaciones de dominancia y sometimiento del marqués? En esto, soy amante del trato entre iguales y, como Bartleby, en lo relacionado con el mundo de Sade, preferiría eludirlo 
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. Y me acabo de enterar de que en las entretelas hay un laberinto de canales por los que fluye un mar interior. Y será en sus aguas donde flote el pecio con su vela-toldo y la Blatta a bordo. De la sopa bullabesa se habrá de encargar la luciérnaga que, además de farolillo, será cocinera, pues ya hemos quedado que no quieres al sofista a bordo (¿ni siquiera una fotito en la pared del laberinto 
?). Pero no me pidas más lujos que la madriguera se te va a llenar de gente y no te va a hacer ni chispa de gracia 
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