jilguero escribió:Pues ahora, Edgardo, esta manifestación diversa de la lucha por la vida, esas diatomeas encerradas en sus cofrecillos silíceos y esas hiedras abriéndose camino en la herida de las rocas de tu poema, me han hecho pensar en este dolor y en este miedo universal de lo vivo del que nos habla Umbral :
Sufro como hombre, a la medida del hombre, con mis recursos y mi mecánica de hombre, pero dentro de mí, dentro de ese sufrimiento, hay algo más sufriente, una pulpa casi submarina de sollozo, un fondo último y retráctil de dolor al que temo descender, que no me atrevo a tocar. Es ya un sufrimiento como vegetal, el gemido de la flor rota —ya se sabe que las plantas gimen—, un dolor no humano, un miedo anterior al hombre, una medusa de espanto, no sé. Lo más sensible y doliente de lo vivo, el cartílago marino y vegetal, sin otra conciencia que el dolor, donde algo pulsa infinitamente, muy por debajo de mi dolor racional, mediocre, de hombre que sufre.
PD: me da que pensar ese asociar mediocre con lo racional .
Sorprendido quedo, Señora mía, con las palabras que vierte este señor. Me lleva a releer y muero en el intento las veces justas para sacar gozo y compartimiento. Imagino el dolor del Sol, o de los peces, imagino el sufrimiento de un abejorro. Entiendo que es un evento natural, muy natural, totalmente alejado del sufrimiento que yo conozco. Esto es otro sistema de eventos encadenados entre sí para gestar algo, quizá sea esto el verdadero Génesis, el Génesis que ocurre a cada instante, porque solo existe el instante en la natural naturaleza. Mi perra Sombra me mira con atención y manifiesta su sobriedad, bebe agua para respirar, el oxígeno también llega por el agua, desea un instante pleno, y sufre cuando necesita sufrir, duele cuando un elemento agrede, y al instante olvida, pero graba, como la célula, graba como la célula, y nace la memoria, y nace el recuerdo. Umbral, Umbral, quién eres que sabes tanto, de dónde sacas tu recuerdo que trasciende lo humano permitido, sombrío recuerdo de la genética subsecuente, de la genética recóndita, o de lo recóndito de la genética. Primero existo, luego pienso, luego vivo.