Re: El bujío de Santa Catalina (Bordeando la realidad)
Publicado: 13 May 2018 17:57
¿Hasta el próximo finde nada? Voy a enviar un email a Lucerna y les voy a decir cuatro cosas.
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No he podido seguir a nuestros amigos durante todo el fin de semana. Pero esta mañana sólo veo dos cabezas que se mueven en el nido de Ysabel y Germán, así que ya sólo sobreviven. En Alcalá de Henares sí que todo va viento en popa; los dos cigoñinos más grandes ya se ponen totalmente en pie, como sus padres, aunque en seguida se cansan y vuelven a agacharse.jilguero escribió:PD: los seis cigoñinos siguen para adelante...
No me digas...Gretogarbo escribió:No he podido seguir a nuestros amigos durante todo el fin de semana. Pero esta mañana sólo veo dos cabezas que se mueven en el nido de Ysabel y Germán, así que ya sólo sobreviven. En Alcalá de Henares sí que todo va viento en popa; los dos cigoñinos más grandes ya se ponen totalmente en pie, como sus padres, aunque en seguida se cansan y vuelven a agacharse.jilguero escribió:PD: los seis cigoñinos siguen para adelante...
Y quizás te dé más pena saber que ha sido uno de los padres (en este cigoniño no distingo al macho de la hembra) el que se ha encargado de eliminar al polluelo muerto, comiéndoselo, a las 12:07:05. Es ley de vida, jilguero. Siempre ha sido así, aunque desconocía el canibalismo en esta especie.jilguero escribió:... me ha dado pena enterarme que un cigoñino ya no aprenderá a volar ni podrá descubrir el mundo.
Yo rebobinando antes lo he creido ver incluso moverse un poco, pero he concluido que eran los hermanos que lo movían.Gretogarbo escribió:Y quizás te dé más pena saber que ha sido uno de los padres (en este cigoniño no distingo al macho de la hembra) el que se ha encargado de eliminar al polluelo muerto, comiéndoselo, a las 12:07:05. Es ley de vida, jilguero. Siempre ha sido así, aunque desconocía el canibalismo en esta especie.jilguero escribió:... me ha dado pena enterarme que un cigoñino ya no aprenderá a volar ni podrá descubrir el mundo.
El de Alcalá tenía más días y, consecuentemente, mayor tamaño. Quizás por eso sus progenitores no pudieron darle el mismo destino que al de Madrigal.jilguero escribió:¡Brutal! Aunque el método de la de Alcalá con las sacudidas y el despeño final tampoco fue agradable de ver.
Todavía ando metido en tarea.jilguero escribió:Oye, ¿sigues aún en la tarea o andas ya liberado?
Gretogarbo escribió:Todavía ando metido en tarea.jilguero escribió:Oye, ¿sigues aún en la tarea o andas ya liberado?
Por el colorido, sí, pero por su postura y volumen a mí me recuerdan al extinto dodo.jilguero escribió:PD: los cigoñinos de Alacalá cada día tienen más pinta de pingüinos blancos...
Puede que tengas razón pero los veo con los "bracitos" para delante y ese corpachón y me recuerdan a los dibujos animados de pingüinos .Gretogarbo escribió:Por el colorido, sí, pero por su postura y volumen a mí me recuerdan al extinto dodo.jilguero escribió:PD: los cigoñinos de Alacalá cada día tienen más pinta de pingüinos blancos...[/color]
Aprovecho para dejarte un nuevo enlace; acaba de llegarme el aviso de la SEO. Es de un nido de vencejo pálido en el hueco de una persiana del aula-laboratorio del colegio Las Esclavas SCJ María Medianera de Jerez de la Frontera. La colonia está formada por siete parejas, tres de las cuales nidifican en este mismo hueco. La calidad de la imagen es muy buena, pero pienso que la cámara está demasiado alejada del nido; apenas se verán los polluelos cuando eclosionen los huevos.
¡Qué bonitas. Las que tengo aquí cerca son de tallo más largo. A ver si me puedo escapar luego a darme una vuelta y las retratoGretogarbo escribió:Estaba editando mi mensaje mientras tú escribías.
¡Qué bonita es la armeria! Aquí se le llama herba de namorar (hierba de enamorar). La tradición dice que cuando una persona quiere enamorar a otra, debe introducir en su bolsillo una de estas flores, sin que esa persona pretendida se dé cuenta de ello.
Supongo que ahí, como aquí, es una especie protegida. No obstante, confieso que hace años cogí un pequeño cepellón desprendido de una rocalla en la que abundaba y me lo llevé a mi finca. Aunque llegó a asentarse donde lo planté, malvivió durante unos pocos años, quizás por la ausencia del salitre que le aporta la brisa marina en su lugar natural, y acabó secándose. O a lo mejor se secó porque se marchitó el amor.