Gracias dragonet, ahora a ver si sale algo con la imagen que dejó el Chucho, .
Cuéntame un cuadro (Juego)
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Tírame. Tírame a la mesa.
No seas pusilánime. Ya que has tenido la valentía de apostar, ahora ten la valentía de cobrar tu apuesta.
Tírame. Sabes que soy la carta ganadora.
¿Por qué demonio tiembla la mano que me sostiene? ¡Cobarde! Tienes la victoria en tus manos y te resistes a cobrarla. Sabes perfectamente que él no se achantaría. ¿Por qué tú sí?
Ah, claro. La culpa es del alcohol. Estabas lo suficientemente borracho como para no advertir la envergadura de la apuesta. ¿Y ahora sí? ¿No será que te han subido los huevos a la garganta?
¡Calla! No quiero oír tus tonterías. La realidad es tan obvia como que, después de haber hecho una apuesta, si no ganas, pierdes. Y sabes tan bien como yo que nunca se está lo suficientemente borracho como para ignorar una apuesta así de fuerte.
Deja de gimotear, por Dios, que pareces un niño pequeño.
Vamos a hacerlo de esta manera: tú lanzanos a mí y a mi compañera a la mesa, dile a ese tío que has ganado y a continuación cobra tu apuesta. ¡Que te calles y me dejes term...!
¿Que nunca has...? Pero si es el mecanismo más sencillo del mundo. Mira, para que te sea más fácil, deja que yo lo haga todo. Tú solo arrójanos a la mesa y después yo comandaré tu mano, cogeré con ella la pistola, apuntaré a su sien y dispararé para cobrar la apuesta. ¿De acuerdo?
¿De acuerdo?
Solo di que sí y habrá acabado esta pesadilla.
¡¿Pero qué haces?! ¡¿Cómo que te rindes?! ¡¡¡Maldito gallina!!! ¡Vuelve para acá! ¿Te crees que un rinoceronte donó su cuerno para que te comportes así? ¡Vuelve! ¡¡¡Vuelve!!!
No seas pusilánime. Ya que has tenido la valentía de apostar, ahora ten la valentía de cobrar tu apuesta.
Tírame. Sabes que soy la carta ganadora.
¿Por qué demonio tiembla la mano que me sostiene? ¡Cobarde! Tienes la victoria en tus manos y te resistes a cobrarla. Sabes perfectamente que él no se achantaría. ¿Por qué tú sí?
Ah, claro. La culpa es del alcohol. Estabas lo suficientemente borracho como para no advertir la envergadura de la apuesta. ¿Y ahora sí? ¿No será que te han subido los huevos a la garganta?
¡Calla! No quiero oír tus tonterías. La realidad es tan obvia como que, después de haber hecho una apuesta, si no ganas, pierdes. Y sabes tan bien como yo que nunca se está lo suficientemente borracho como para ignorar una apuesta así de fuerte.
Deja de gimotear, por Dios, que pareces un niño pequeño.
Vamos a hacerlo de esta manera: tú lanzanos a mí y a mi compañera a la mesa, dile a ese tío que has ganado y a continuación cobra tu apuesta. ¡Que te calles y me dejes term...!
¿Que nunca has...? Pero si es el mecanismo más sencillo del mundo. Mira, para que te sea más fácil, deja que yo lo haga todo. Tú solo arrójanos a la mesa y después yo comandaré tu mano, cogeré con ella la pistola, apuntaré a su sien y dispararé para cobrar la apuesta. ¿De acuerdo?
¿De acuerdo?
Solo di que sí y habrá acabado esta pesadilla.
¡¿Pero qué haces?! ¡¿Cómo que te rindes?! ¡¡¡Maldito gallina!!! ¡Vuelve para acá! ¿Te crees que un rinoceronte donó su cuerno para que te comportes así? ¡Vuelve! ¡¡¡Vuelve!!!
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Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Qué notable, Rubisquis,
Me encantó, vaya imaginación, eso es precisamente lo que admiro, como de algo tan simple podés sacarle tanto jugo, es una verdadera joyita.
Muchas gracias por participar en mi rinconcito, FD, te quiero,
Me encantó, vaya imaginación, eso es precisamente lo que admiro, como de algo tan simple podés sacarle tanto jugo, es una verdadera joyita.
Muchas gracias por participar en mi rinconcito, FD, te quiero,
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
No he entendido lo del rinoceronte y me da que es la clave de la apuesta.
Me lo explique pol favol, .
Me ha parecido más que interesante el micro y muy original eso de que sean las cartas las que hablen.
Bien hecho, rubiales.
Me lo explique pol favol, .
Me ha parecido más que interesante el micro y muy original eso de que sean las cartas las que hablen.
Bien hecho, rubiales.
--- Pareces atribulado!!
--- No entiendo... tan sólo me estoy cagando.
--- Corre raudo, pues...
--- ¡Por los dioses! ¡¡¡Necesito un diccionario!!!
--- No entiendo... tan sólo me estoy cagando.
--- Corre raudo, pues...
--- ¡Por los dioses! ¡¡¡Necesito un diccionario!!!
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
No sé nada de armas, ¿pero con un cuerno se puede hacer un revólver por ejemplo? Me refiero a la carcaza, lo de adentro debe ser de metal. Yo entendí eso, quizá no tenga nada que ver.
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Fue escrito sin consultar fuentes, así que mi memoria me convenció de que el marfil sale principalmente del cuerno del rinoceronte. También creo recordar haber leído que antiguamente los juegos de cartas de buena calidad se hacían con fibra de marfil.
Luego, la idea es que un rinoceronte no murió para que el jugador abandonara el juego.
Aunque la explicación de Megan también me gusta, quizás más que la mía. ¿Puedo cambiar mi respuesta?
Muchas gracias a ambos por los elogios. Es de esas ideas locas que llegan a veces y tienes que agarrarla sin pensar.
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Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Quizá habían apostado el cuerno de un rinoceronte, puede ser, @rubisco, .
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Otra despistada por la mención al rinoceronte, aunque me gustó ver que las manipuladoras eran las cartas
Nuestra editorial: www.osapolar.es
Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
Mis diseños
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Mis diseños
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
La explicación a lo del rinoceronte está aquí
La explicación a lo del rinoceronte está aquírubisco escribió: ↑15 Mar 2021 10:35Fue escrito sin consultar fuentes, así que mi memoria me convenció de que el marfil sale principalmente del cuerno del rinoceronte. También creo recordar haber leído que antiguamente los juegos de cartas de buena calidad se hacían con fibra de marfil.
Luego, la idea es que un rinoceronte no murió para que el jugador abandonara el juego.
Aunque la explicación de Megan también me gusta, quizás más que la mía. ¿Puedo cambiar mi respuesta?
Muchas gracias a ambos por los elogios. Es de esas ideas locas que llegan a veces y tienes que agarrarla sin pensar.
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- oscall
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Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Un micro muy curioso, @rubisco
A mi se me ha ocurrido algo: aun no está escrito, pero voy avisando de que será fuertecillo.
A mi se me ha ocurrido algo: aun no está escrito, pero voy avisando de que será fuertecillo.
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Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Woww, cuánta ansiedad me da, queridísimo @oscall, .
- JotaArkham
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Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Un saludo a todos, me he registrado hace poco y es la primera vez que participo, espero que os guste el microrrelato, gracias por esta iniciativa tan entretenida. Espero seguir participando
==============================
—Subo la apuesta —dijo el nuevo.
Con movimiento afectado, buscó entre los recovecos de su chaqueta y extrajo una pequeña caja de rapé. Era de plata, adornada con un relieve rameado. La colocó sobre la abigarrada elevación de monedas extendida en el centro de la mesa. A continuación, abrió la cajita con dedos ágiles. Un brillo verduzco iluminó la cara de los presentes, esculpiendo sombras angulosas sobre los rostros estupefactos. Al albor de aquella tímida aurora, parecían cavernícolas calentándose frente a un fuego sobre el cual no terminaban de comprender su naturaleza.
De inmediato, cinco jugadores se levantaron. Cogieron sus gabanes y sombreros, y se despidieron apresuradamente con murmullos de forzada cortesía. A la mesa del club solo quedó el nuevo, y Julián.
—No lo dirá en serio. —La voz de Julián sonó áspera y gutural.
A modo de respuesta, el nuevo cerró la cajita y la colocó sobre las monedas. Julián se había quedado estacado, con el cuerpo clavado a la silla en una posición incómoda, las piernas demasiado abiertas y el tronco cernido sobre la mesa. Sus ojos, en cambio, no dejaban de bailar entre la caja de plata y el rostro del nuevo; las manos crispadas sostenían el mazo de cartas como si fuera una presa. Aún así se las arregló para quitarse la pipa de la boca y dejarla a un lado. Mediante movimientos bruscos e imprecisos, rebuscó torpemente en su camisa. Al punto, extrajo otra cajita de plata, idéntica a la de su acompañante. La abrió dando muestras de fastidio. En esta ocasión, un fulgor azul iluminó la estancia. La superficie de la mesa, las monedas, la apartada botella de coñac y el rostro del nuevo refulgieron brevemente con matices zafirinos. Julián cerró la caja con rapidez y la dejó caer entre la tintineante calderilla.
—Usted lo ha querido —dijo Julián—, debe saber que no hay vuelta atrás. Éste es un club donde se respeta más la apuesta que la propia palabra.
—Claro, cómo no. —Una estrecha sonrisa de labios apretados se dibujó en el rostro del nuevo.
Julián barajó el mazo de arcanos. La tarótica es un juego complejo, lleno de largas pausas en las que los oponentes rumian en su mente elaboradas jugadas que encadenan arcanos mayores y menores en función de su valor numérico, su palo, su orientación sobre la mesa y el elemento al que se adscriben —tierra, aire, fuego, agua o éter—.
Pasaron veinte minutos en los que solo se escuchaba algún escueto tosido de Julián, el frufrú de las ropas, el rascar de los naipes entre sí, el crujir del viejo mobiliario, el molesto zumbido de una importuna mosca primaveral. La concentración de ambos contendientes era máxima. El atardecer llamó a la ventana del club, extendiendo sus hilos rojos, bañando la mesa y las manos de los jugadores. Al cabo, se escuchó un grito de triunfo. Del lado de Julián, solo quedó la Torre y la Estrella, guarecidas por copas y espadas. Del lado del nuevo; el Emperador, la Muerte y el Loco invertido, acompañados de oros y copas.
La cara del nuevo lucía exultante. Con una avidez animal, impropia de él hasta ese momento, arrambló con ambas cajitas de plata. Varias monedas rodaron y cayeron al suelo. La botella de coñac se tambaleó. Las palabras surgieron atropelladas y cantarinas, en un torrente de desbordada alegría.
—Estoy deseando conocer a su esposa y a sus hijos. Saber dónde estudió. Viajar a los lugares que usted visitó. Probar sus mejores comidas, entender su pensamiento político, dudar de su fe, caminar todos y cada uno de los pasos que usted dió. Quiero saborear la primera vez que usted se enfadó, la última que se sintió triste, el momento en el que se probó aquel chaleco o aquel sombrero. Voy a resfriarme con usted, a admirar aquellos paisajes, besar a su primer amor, charlar con sus amigos a la hora del café, encargar el marco para el cuadro de su ancestro, deleitarme con la ópera que más le impresionó, correr por el prado de la mano de su madre. Perderé su guante en esa calleja del rastro, otra vez más, una y mil veces más. Honraré a sus maestros, visitaré las tumbas de sus abuelos, practicaré esgrima con la ropera prestada por su tío, respiraré el olor a lluvia de madrugada y pagaré al postillón aquella carrera entre barrios. Asistiré a sus fiestas, reprenderé a sus criados, tomaré nociones de francés, tiraré piedras a la banda enemiga, me orinaré en su cama hasta los cinco años y escupiré desde lo alto del Puente de San Fernando. Buena, muy buena partida.
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—Subo la apuesta —dijo el nuevo.
Con movimiento afectado, buscó entre los recovecos de su chaqueta y extrajo una pequeña caja de rapé. Era de plata, adornada con un relieve rameado. La colocó sobre la abigarrada elevación de monedas extendida en el centro de la mesa. A continuación, abrió la cajita con dedos ágiles. Un brillo verduzco iluminó la cara de los presentes, esculpiendo sombras angulosas sobre los rostros estupefactos. Al albor de aquella tímida aurora, parecían cavernícolas calentándose frente a un fuego sobre el cual no terminaban de comprender su naturaleza.
De inmediato, cinco jugadores se levantaron. Cogieron sus gabanes y sombreros, y se despidieron apresuradamente con murmullos de forzada cortesía. A la mesa del club solo quedó el nuevo, y Julián.
—No lo dirá en serio. —La voz de Julián sonó áspera y gutural.
A modo de respuesta, el nuevo cerró la cajita y la colocó sobre las monedas. Julián se había quedado estacado, con el cuerpo clavado a la silla en una posición incómoda, las piernas demasiado abiertas y el tronco cernido sobre la mesa. Sus ojos, en cambio, no dejaban de bailar entre la caja de plata y el rostro del nuevo; las manos crispadas sostenían el mazo de cartas como si fuera una presa. Aún así se las arregló para quitarse la pipa de la boca y dejarla a un lado. Mediante movimientos bruscos e imprecisos, rebuscó torpemente en su camisa. Al punto, extrajo otra cajita de plata, idéntica a la de su acompañante. La abrió dando muestras de fastidio. En esta ocasión, un fulgor azul iluminó la estancia. La superficie de la mesa, las monedas, la apartada botella de coñac y el rostro del nuevo refulgieron brevemente con matices zafirinos. Julián cerró la caja con rapidez y la dejó caer entre la tintineante calderilla.
—Usted lo ha querido —dijo Julián—, debe saber que no hay vuelta atrás. Éste es un club donde se respeta más la apuesta que la propia palabra.
—Claro, cómo no. —Una estrecha sonrisa de labios apretados se dibujó en el rostro del nuevo.
Julián barajó el mazo de arcanos. La tarótica es un juego complejo, lleno de largas pausas en las que los oponentes rumian en su mente elaboradas jugadas que encadenan arcanos mayores y menores en función de su valor numérico, su palo, su orientación sobre la mesa y el elemento al que se adscriben —tierra, aire, fuego, agua o éter—.
Pasaron veinte minutos en los que solo se escuchaba algún escueto tosido de Julián, el frufrú de las ropas, el rascar de los naipes entre sí, el crujir del viejo mobiliario, el molesto zumbido de una importuna mosca primaveral. La concentración de ambos contendientes era máxima. El atardecer llamó a la ventana del club, extendiendo sus hilos rojos, bañando la mesa y las manos de los jugadores. Al cabo, se escuchó un grito de triunfo. Del lado de Julián, solo quedó la Torre y la Estrella, guarecidas por copas y espadas. Del lado del nuevo; el Emperador, la Muerte y el Loco invertido, acompañados de oros y copas.
La cara del nuevo lucía exultante. Con una avidez animal, impropia de él hasta ese momento, arrambló con ambas cajitas de plata. Varias monedas rodaron y cayeron al suelo. La botella de coñac se tambaleó. Las palabras surgieron atropelladas y cantarinas, en un torrente de desbordada alegría.
—Estoy deseando conocer a su esposa y a sus hijos. Saber dónde estudió. Viajar a los lugares que usted visitó. Probar sus mejores comidas, entender su pensamiento político, dudar de su fe, caminar todos y cada uno de los pasos que usted dió. Quiero saborear la primera vez que usted se enfadó, la última que se sintió triste, el momento en el que se probó aquel chaleco o aquel sombrero. Voy a resfriarme con usted, a admirar aquellos paisajes, besar a su primer amor, charlar con sus amigos a la hora del café, encargar el marco para el cuadro de su ancestro, deleitarme con la ópera que más le impresionó, correr por el prado de la mano de su madre. Perderé su guante en esa calleja del rastro, otra vez más, una y mil veces más. Honraré a sus maestros, visitaré las tumbas de sus abuelos, practicaré esgrima con la ropera prestada por su tío, respiraré el olor a lluvia de madrugada y pagaré al postillón aquella carrera entre barrios. Asistiré a sus fiestas, reprenderé a sus criados, tomaré nociones de francés, tiraré piedras a la banda enemiga, me orinaré en su cama hasta los cinco años y escupiré desde lo alto del Puente de San Fernando. Buena, muy buena partida.
Última edición por JotaArkham el 28 Mar 2021 22:31, editado 1 vez en total.
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Bienvenido, JotaArkham, .
Te estrenaste con mi hilo, y la verdad que lo hiciste muy bien. Tu prosa es muy buena y muy cuidada, me gustó mucho tu micro. Te aviso que se hacen concursos de relatos, justamente ahora estamos entregando los de primavera. Te veo como para un concurso con esa prosa tan prolija, entrá al subforo y fijate lo que hay.
Espero que disfrutes del foro y gracias por participar en mi hilo querido, .
Te estrenaste con mi hilo, y la verdad que lo hiciste muy bien. Tu prosa es muy buena y muy cuidada, me gustó mucho tu micro. Te aviso que se hacen concursos de relatos, justamente ahora estamos entregando los de primavera. Te veo como para un concurso con esa prosa tan prolija, entrá al subforo y fijate lo que hay.
Espero que disfrutes del foro y gracias por participar en mi hilo querido, .
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
¿Las piedras eran el receptáculo de la memoria o del ser?
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- JotaArkham
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- Registrado: 04 Feb 2021 11:05
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Hola Megan, muchas gracias por tus palabras, me alegra que te haya gustado. Anteayer leí el subforo del concurso; llego un poco tarde pero intentaré participar. Espero seguir leyendo en este querido hilo tuyo los microrrelatos de nuestros compañeros sobre naipes, juegos, o la imagen que se tercieMegan escribió: ↑25 Mar 2021 17:59 Bienvenido, JotaArkham, .
Te estrenaste con mi hilo, y la verdad que lo hiciste muy bien. Tu prosa es muy buena y muy cuidada, me gustó mucho tu micro. Te aviso que se hacen concursos de relatos, justamente ahora estamos entregando los de primavera. Te veo como para un concurso con esa prosa tan prolija, entrá al subforo y fijate lo que hay.
Espero que disfrutes del foro y gracias por participar en mi hilo querido, .
Hola Lucía, ¿te refieres al contenido de las cajitas? Efectivamente, puede ser eso (receptáculos de la memoria), o puede ser muchas otras cosas (se me ocurre, por ejemplo, que el perdedor pudiera contraer una obligación vital para con el ganador). Preferí dejar el contenido en suspensión, y que la ambigüedad la disipe el lector a su gusto. Gracias por leerlo.