Cuéntame un cuadro (Juego)
- Cuentos Peques
- No tengo vida social
- Mensajes: 1553
- Registrado: 19 May 2012 13:08
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Hola estoy por aquí, publico en Poesía léeme @Yayonuevededos
Escritor de Relatos y Microrrelatos
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Me gustó tu micro, @Atreyuyfuyu, tuviste una imaginación muy original y creativa, más que en otras oportunidades, seguí así, .
Yo por ahora, sigo un poco alejada, ya estaré más activa, necesito un poco de tiempo, .
Yo por ahora, sigo un poco alejada, ya estaré más activa, necesito un poco de tiempo, .
- Atreyuyfuyu
- Lector
- Mensajes: 95
- Registrado: 29 Ene 2022 17:33
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Hola, gracias @Megan. Tomaré nota y intentaré continuar así.
Microrelatos. Los foreros escriben. Valentina y su vacuna. Mimo el mimoso. Aurora la no durmiente. Cenicienta la no ceniza. Cuéntame un cuadro. La diosa Eleazar. El burro de la pequeña Papitue y +.
- Yayonuevededos
- Me estoy empezando a viciar
- Mensajes: 464
- Registrado: 20 Jun 2019 18:10
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
La bruja, viendo que se metían con ella, lanzó una maldición para que este hilo se secara y muriera.
No contaba con un vejete cantamañanas, conocedor a medias de las artes oscuras, que deshizo el entuerto.
Eso sí, lo deshizo a medias. Por tanto, los que hayan participado aquí y no vuelvan a hacerlo, se verán condenados de por vida a escribir estupideces, historias ridículas, carentes de interés, plagadas de errores de ortografía y desaguisados sintácticos para escarnio, befa y ludribrio de los posibles lectores. Advertidos quedan.
Ahora, nuevo tema:
Michelangelo Merisi da Caravaggio
Judith y Holofernes (1607?)
No contaba con un vejete cantamañanas, conocedor a medias de las artes oscuras, que deshizo el entuerto.
Eso sí, lo deshizo a medias. Por tanto, los que hayan participado aquí y no vuelvan a hacerlo, se verán condenados de por vida a escribir estupideces, historias ridículas, carentes de interés, plagadas de errores de ortografía y desaguisados sintácticos para escarnio, befa y ludribrio de los posibles lectores. Advertidos quedan.
Ahora, nuevo tema:
Michelangelo Merisi da Caravaggio
Judith y Holofernes (1607?)
Última edición por Yayonuevededos el 21 Sep 2022 13:40, editado 1 vez en total.
Antiguo proverbio árabe:
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Aquí estoy, Yayo, solo para decirte que ya hicimos micros sobre esa pintura.
Seguí con la posta, please.
Ya estaré activa cuando mi salud mejore, .
Pd. No estés a los gritos que se te escucha igual, .
Seguí con la posta, please.
Ya estaré activa cuando mi salud mejore, .
Pd. No estés a los gritos que se te escucha igual, .
- Yayonuevededos
- Me estoy empezando a viciar
- Mensajes: 464
- Registrado: 20 Jun 2019 18:10
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Uhhh... Ya me había hecho la película con don Holofernes.
Habrá que buscar otra obra.
Que te mejores.
Saludos,
Yo
Antiguo proverbio árabe:
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
- Yayonuevededos
- Me estoy empezando a viciar
- Mensajes: 464
- Registrado: 20 Jun 2019 18:10
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Édouard Manet
El suicidio (1877)
El suicidio (1877)
Antiguo proverbio árabe:
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Ahora estás susurrando, Yayo, tremendo extremista, .
- Yayonuevededos
- Me estoy empezando a viciar
- Mensajes: 464
- Registrado: 20 Jun 2019 18:10
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Es que si no molesto, me parece un día perdido...
Antiguo proverbio árabe:
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
- Yayonuevededos
- Me estoy empezando a viciar
- Mensajes: 464
- Registrado: 20 Jun 2019 18:10
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Cuando Aurelia se fue, pensé que no la vería nunca más. Ella era así, tajante: blanco o negro, nunca grises.
Recordaba su melena de bronce fundido; sus ojos que le cambiaban de color como a los tigres, cuando se enfadaba; su boca, siempre provocativa, lista para el beso o el mordisco.
Al principio, todo había sido pasión entre nosotros. Al salir del trabajo nos encontrábamos en el pisito de la calle Lima. Las más de las veces ni llegábamos a la cama: nos poseía una fiebre, un delirio de sexo salvaje donde nos arrancábamos la ropa a tirones, rodábamos por el suelo, nos hacíamos sangre en los labios y nos poseíamos el uno al otro con furia de luchadores.
Casi siempre el encuentro terminaba con Aurelia a horcajadas sobre mi, sosteniendo mis muñecas contra la alfombra, empapada de sudor y sexo. el pelo revuelto. Entonces jadeaba «¿quién ganó hoy?». En otras oportunidades, era yo quien quedaba encima, entonces la aplastaba con todo el peso de mi cuerpo y le susurraba «¿quién es tu dueño?».
Por supuesto, ella jamás se rendía. Al final nos daba risa, y retomábamos el amor con la calma que da la saciedad.
Tanto frenesí terminó por agotarnos. Llegaron los primeros desencuentros, las excusas, las tardanzas, las ausencias.
Ninguno de los dos pensaba en el otro como en un compañero de largo aliento, ni en vivir juntos o —ni mucho menos— en formar una familia. La idea de hogar no figuraba en nuestros planes.
Así, una tarde de febrero, con ese calor pegajoso que hace en Buenos Aires, me dijo que se iba, que ya no volveríamos a vernos, que todo había terminado. No me enojé ni me sentí decepcionado: hacía un tiempo que me rondaba la misma sensación de desapego.
Durante muchos años, cada tanto, la recordaba con afecto, quizá con una ternura que jamás le demostré. Me preguntaba qué habría sido de ella, descartaba imaginarla como una señora de su casa, casada y con hijos.
Pasaron más de tres décadas hasta que alguien, que nos había conocido a los dos, la mencionó en una cena. Pregunté por ella por mera cortesía: Aurelia estaba internada, muy enferma, con unos pocos días por delante.
Decidí visitarla.
Casi no pude reconocerla: envuelta en una bata raída, se encorvaba en una silla de ruedas. El pelo se le había vuelto ralo, de un gris sucio, la mirada opaca.
Ella supo de inmediato quién era yo.
—¡Qué susto te doy, eh! —me dijo a modo de saludo. Advertí una chispa en sus ojos—. Bueno, tampoco es que estés hecho un mocoso.
—Hola, Aurelia —no supe qué otra cosa decir.
—No creo que vuelva al piso de la calle Lima. Ahora vení, sentate a mi lado.
—Yo tampoco —dije, y obedecí.
Me tomó la mano con la suya, descarnada.
—Qué bueno que hayas venido —dijo—. La verdad es que no esperaba que te acordaras de mi.
—Nunca te olvidé —dije—. Al menos, nunca te olvidé del todo.
—Prometeme que no vamos a ponernos a recordar viejos tiempos.
—Mejor hablemos del presente.
Se rió. Era una risa cascada que terminó en un acceso de tos.
—Un presente corto, como ya te imaginarás.
—El presente siempre es corto, lo único infinito es el futuro —dije.
—Ya te salió el filósofo —dijo—. En eso no has cambiado.
Hablamos un rato más, luego vino a buscarla una enfermera.
Nos despedimos casi sin mirarnos, con simples adioses.
Según me avisaron, falleció a los pocos días. Sé que es falso, pero me gusta pensar que esperó a verme antes de partir.
Ahora que Aurelia ha muerto siento el peso absoluto de la soledad.
Sin embargo no nos equivocamos, vivimos lo que nos tocaba vivir.
Lo demás es hojarasca.
Recordaba su melena de bronce fundido; sus ojos que le cambiaban de color como a los tigres, cuando se enfadaba; su boca, siempre provocativa, lista para el beso o el mordisco.
Al principio, todo había sido pasión entre nosotros. Al salir del trabajo nos encontrábamos en el pisito de la calle Lima. Las más de las veces ni llegábamos a la cama: nos poseía una fiebre, un delirio de sexo salvaje donde nos arrancábamos la ropa a tirones, rodábamos por el suelo, nos hacíamos sangre en los labios y nos poseíamos el uno al otro con furia de luchadores.
Casi siempre el encuentro terminaba con Aurelia a horcajadas sobre mi, sosteniendo mis muñecas contra la alfombra, empapada de sudor y sexo. el pelo revuelto. Entonces jadeaba «¿quién ganó hoy?». En otras oportunidades, era yo quien quedaba encima, entonces la aplastaba con todo el peso de mi cuerpo y le susurraba «¿quién es tu dueño?».
Por supuesto, ella jamás se rendía. Al final nos daba risa, y retomábamos el amor con la calma que da la saciedad.
Tanto frenesí terminó por agotarnos. Llegaron los primeros desencuentros, las excusas, las tardanzas, las ausencias.
Ninguno de los dos pensaba en el otro como en un compañero de largo aliento, ni en vivir juntos o —ni mucho menos— en formar una familia. La idea de hogar no figuraba en nuestros planes.
Así, una tarde de febrero, con ese calor pegajoso que hace en Buenos Aires, me dijo que se iba, que ya no volveríamos a vernos, que todo había terminado. No me enojé ni me sentí decepcionado: hacía un tiempo que me rondaba la misma sensación de desapego.
Durante muchos años, cada tanto, la recordaba con afecto, quizá con una ternura que jamás le demostré. Me preguntaba qué habría sido de ella, descartaba imaginarla como una señora de su casa, casada y con hijos.
Pasaron más de tres décadas hasta que alguien, que nos había conocido a los dos, la mencionó en una cena. Pregunté por ella por mera cortesía: Aurelia estaba internada, muy enferma, con unos pocos días por delante.
Decidí visitarla.
Casi no pude reconocerla: envuelta en una bata raída, se encorvaba en una silla de ruedas. El pelo se le había vuelto ralo, de un gris sucio, la mirada opaca.
Ella supo de inmediato quién era yo.
—¡Qué susto te doy, eh! —me dijo a modo de saludo. Advertí una chispa en sus ojos—. Bueno, tampoco es que estés hecho un mocoso.
—Hola, Aurelia —no supe qué otra cosa decir.
—No creo que vuelva al piso de la calle Lima. Ahora vení, sentate a mi lado.
—Yo tampoco —dije, y obedecí.
Me tomó la mano con la suya, descarnada.
—Qué bueno que hayas venido —dijo—. La verdad es que no esperaba que te acordaras de mi.
—Nunca te olvidé —dije—. Al menos, nunca te olvidé del todo.
—Prometeme que no vamos a ponernos a recordar viejos tiempos.
—Mejor hablemos del presente.
Se rió. Era una risa cascada que terminó en un acceso de tos.
—Un presente corto, como ya te imaginarás.
—El presente siempre es corto, lo único infinito es el futuro —dije.
—Ya te salió el filósofo —dijo—. En eso no has cambiado.
Hablamos un rato más, luego vino a buscarla una enfermera.
Nos despedimos casi sin mirarnos, con simples adioses.
Según me avisaron, falleció a los pocos días. Sé que es falso, pero me gusta pensar que esperó a verme antes de partir.
Ahora que Aurelia ha muerto siento el peso absoluto de la soledad.
Sin embargo no nos equivocamos, vivimos lo que nos tocaba vivir.
Lo demás es hojarasca.
Antiguo proverbio árabe:
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
- Yayonuevededos
- Me estoy empezando a viciar
- Mensajes: 464
- Registrado: 20 Jun 2019 18:10
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Hasta aquí llegué.
Si no hay interés ni participación, el hilo carece de sentido.
No me vengan con llantos, explicaciones raras, ni excusas, que me ponen de mal humor... De MUY mal humor.
Si no hay interés ni participación, el hilo carece de sentido.
No me vengan con llantos, explicaciones raras, ni excusas, que me ponen de mal humor... De MUY mal humor.
Antiguo proverbio árabe:
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
- oscall
- No puedo vivir sin este foro
- Mensajes: 785
- Registrado: 18 Jun 2018 13:51
- Ubicación: Bastante cerca del Guggenheim
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
No se hasta que punto lo dirás enserio, pero, hombre, tienes que entender que la gente de aquí tiene una vida. Yo era muy activo en el juego y ahora no participo nada, y no creas que no me da pena.Yayonuevededos escribió: ↑01 Oct 2022 12:21 Hasta aquí llegué.
Si no hay interés ni participación, el hilo carece de sentido.
No me vengan con llantos, explicaciones raras, ni excusas, que me ponen de mal humor... De MUY mal humor.
1
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
@Yayonuevededos, hay períodos en que el hilo se mueve bastante y otros, como ahora, en que queda parado. No te enojes por eso, no vale la pena. En cualquier momento, llega alguien con ganas de hacer un micro y comienza el juego de vuelta. Gracias por tu ayuda, .
Tengo pendiente tu micro y varios relatos (algunos tuyos) en LFE, en cuanto pueda me pongo con ello, .
Yo hago lo que puedo, no me es posible estar tan activa como antes por problemas de salud, pero en cuanto pueda voy a andar molestando de vuelta, .
Tengo pendiente tu micro y varios relatos (algunos tuyos) en LFE, en cuanto pueda me pongo con ello, .
Yo hago lo que puedo, no me es posible estar tan activa como antes por problemas de salud, pero en cuanto pueda voy a andar molestando de vuelta, .
- Yayonuevededos
- Me estoy empezando a viciar
- Mensajes: 464
- Registrado: 20 Jun 2019 18:10
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Tas perdonada. A veces pongo rabietas para que reaccionen. Que te mejores.Megan escribió: ↑02 Oct 2022 18:04 @Yayonuevededos, hay períodos en que el hilo se mueve bastante y otros, como ahora, en que queda parado. No te enojes por eso, no vale la pena. En cualquier momento, llega alguien con ganas de hacer un micro y comienza el juego de vuelta. Gracias por tu ayuda, .
Tengo pendiente tu micro y varios relatos (algunos tuyos) en LFE, en cuanto pueda me pongo con ello, .
Yo hago lo que puedo, no me es posible estar tan activa como antes por problemas de salud, pero en cuanto pueda voy a andar molestando de vuelta, .
Antiguo proverbio árabe:
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
Re: Cuéntame un cuadro (Juego)
Yo vengo a comentar para que @Yayonuevededos se desenoje.
Me da alivio pensar que no fui la única persona que pensó que por más que el señor del cuadro estuviese muerto (o medio muerto, que si la idea del suicidio está aunque no se haya concretado, significa que ya está medio muerto...) había algo raro en sus pantalones. Que tu historia haya ido por derroteros con tanta pasión me hace creer que viste lo mismo (y sino, igual decime que sí lo viste para no sentirme una persona [media]tan[/media] libidinosa).
El relato me gusta: que los ojos de Aurelia cambien de color cuando se enoja me parece que pega con lo que vemos de ella (o quizás lo que pega es que el vea ese destello especial en sus ojos), que sea pasión y no amor como tal (¿será?) aunque el final nos hace cuestionar eso. El final me parece acorde, ni muy edulcorado, pero tampoco indiferente. Quizás me hubiese gustado algo un poco más resonante, pero me parece que en conjunto con el cuadro es suficiente, porque éste completa lo que quizás podamos echar en falta en el final del relato (que tampoco sé bien qué es ese "algo").
¿Estás mejor ahora @Yayonuevededos ?
No voy a seguir el hilo, al menos no ahora, pero quería venir a revolver el tema para que no se pegue al fondo .
Me da alivio pensar que no fui la única persona que pensó que por más que el señor del cuadro estuviese muerto (o medio muerto, que si la idea del suicidio está aunque no se haya concretado, significa que ya está medio muerto...) había algo raro en sus pantalones. Que tu historia haya ido por derroteros con tanta pasión me hace creer que viste lo mismo (y sino, igual decime que sí lo viste para no sentirme una persona [media]tan[/media] libidinosa).
El relato me gusta: que los ojos de Aurelia cambien de color cuando se enoja me parece que pega con lo que vemos de ella (o quizás lo que pega es que el vea ese destello especial en sus ojos), que sea pasión y no amor como tal (¿será?) aunque el final nos hace cuestionar eso. El final me parece acorde, ni muy edulcorado, pero tampoco indiferente. Quizás me hubiese gustado algo un poco más resonante, pero me parece que en conjunto con el cuadro es suficiente, porque éste completa lo que quizás podamos echar en falta en el final del relato (que tampoco sé bien qué es ese "algo").
¿Estás mejor ahora @Yayonuevededos ?
No voy a seguir el hilo, al menos no ahora, pero quería venir a revolver el tema para que no se pegue al fondo .
Bueno, es hora de ir aceptando que nunca voy a cambiar esa firma...