La epopeya kamikaze - Bernard Millot
Moderador: Pseudoabulafia
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La epopeya kamikaze - Bernard Millot
Editorial: Bruguera
Colección: Libro amigo
Nº 328
Año: 1975
440 pgs.
Esta es la historia de los "soldados suicidas" nipones, investigada y contada por un occidental que conoce a fondo, no sólo el Japón, sino el concepto que de la guerra han demostrado tener los orientales.
En su día, la llamada "epopeya kamikaze" conmovió al mundo: era la culminación de una moral bélica que, en un determinado momento, habría dado al Imperio Japonés la gloria del triunfo, para hundirlo luego ante la irresistible máquina militar americana.
Hoy, muchos años después, el Japón se ha convertido en pacífica potencia industrial, pero el Oriente en armas, alentado por una nueva mística, nos está descubriendo insólitos aspectos de la condición del hombre y de sus recursos espirituales. Los legendarios "kamikaze" de la II Guerra Mundial fueron posiblemente la primera gran revelación de esta turbadora realidad de nuestros días.
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Re: La epopeya kamikaze - Bernard Millot
La gran sorpresa positiva del año.
Se trata de un magnífico estudio a fondo de la psicología, comienzos, apogeo y final de los pilotos kamikazes, además de ilustrarnos con los ingenios que se idearon expresamente para tal fin.
El libro comienza hablándonos de la influencia sobre todo de Confucio en la mentalidad de los guerreros japoneses. El desprecio a la muerte y una actitud en la que el mayor orgullo era morir dando su vida en la batalla luchando por su país y su emperador.
A continuación nos introduce en los primeros kamikaze espontáneos, aquellos que se lanzaban contra los barcos enemigos en vista de que su avión había quedado tocado y no había salvación a la vista.
La desesperación en la que vivían los pilotos de la marina japonesa, impotentes ante los nuevos cazas americanos, más rápidos y resistentes, y ante las impresionantes mallas que tejían las DCA de lso barcos americanos... fue lo que llevó al primer piloto japonés a planear su jibaku (suicidio por la gloria del emperador) antes incluso de despegar en su misión.
Es muy amplia la descripción que se realiza sobre la mentalidad de estos hombres, y resulta impresionante, contrariamente a lo que se piensa, los kamikaze no eran locos que se arrojaban sobre el enemigo de manera psicópata, sino que permanecían completamente serenos los días antes del ataque, y planificaban detenidamente las mejores tácticas posibles. Los primeros éxitos (mucho mayores a los conseguidos con las técnicas convencionales) animaron a muchos pilotos a realizar este tipo de misiones. El momento clave fue cuando el alto mando comenzó a pedir voluntarios para atacar con esta técnica. No faltaron voluntarios pero sí aviones.
Los ingenieros aeronaúticos en Japón comenzaron a idear auténticas bombas volantes expresamente pensadas para estrellarlas contra los barcos enemigos, el summum del pensamiento kamikaze.
Por último comentar que hay un capítulo sobre los kamikaze del mar: minisubmarinos en los que los tripulantes no tenían prácticamente ninguna posibilidad de sobrevivir, y lanchas motoras con cargas explosivas en la proa, ambos terminaron en fracaso absoluto.
En resumen, imprescindible.
Se trata de un magnífico estudio a fondo de la psicología, comienzos, apogeo y final de los pilotos kamikazes, además de ilustrarnos con los ingenios que se idearon expresamente para tal fin.
El libro comienza hablándonos de la influencia sobre todo de Confucio en la mentalidad de los guerreros japoneses. El desprecio a la muerte y una actitud en la que el mayor orgullo era morir dando su vida en la batalla luchando por su país y su emperador.
A continuación nos introduce en los primeros kamikaze espontáneos, aquellos que se lanzaban contra los barcos enemigos en vista de que su avión había quedado tocado y no había salvación a la vista.
La desesperación en la que vivían los pilotos de la marina japonesa, impotentes ante los nuevos cazas americanos, más rápidos y resistentes, y ante las impresionantes mallas que tejían las DCA de lso barcos americanos... fue lo que llevó al primer piloto japonés a planear su jibaku (suicidio por la gloria del emperador) antes incluso de despegar en su misión.
Es muy amplia la descripción que se realiza sobre la mentalidad de estos hombres, y resulta impresionante, contrariamente a lo que se piensa, los kamikaze no eran locos que se arrojaban sobre el enemigo de manera psicópata, sino que permanecían completamente serenos los días antes del ataque, y planificaban detenidamente las mejores tácticas posibles. Los primeros éxitos (mucho mayores a los conseguidos con las técnicas convencionales) animaron a muchos pilotos a realizar este tipo de misiones. El momento clave fue cuando el alto mando comenzó a pedir voluntarios para atacar con esta técnica. No faltaron voluntarios pero sí aviones.
Los ingenieros aeronaúticos en Japón comenzaron a idear auténticas bombas volantes expresamente pensadas para estrellarlas contra los barcos enemigos, el summum del pensamiento kamikaze.
Por último comentar que hay un capítulo sobre los kamikaze del mar: minisubmarinos en los que los tripulantes no tenían prácticamente ninguna posibilidad de sobrevivir, y lanchas motoras con cargas explosivas en la proa, ambos terminaron en fracaso absoluto.
En resumen, imprescindible.
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