Arden escribió:El libro me encantó, a pesar de tanta nomenclatura militar.
Me llamaron la atención varias cosas. El empeño de Stalin a costa de las vidas que fueran necesarias de que los rusos llegaran a Berlín primero, precisamente me daba la impresión de que los occidentales estaban ya más preocupados por salvar la mayor cantidad de vidas suyas posibles que de tener el honor de llegar primeros a Berlin. Después, es obvio que las barbaridades que cometieron los alemanes en Rusia, que fueron muchas ya que la idea del Lebensraum (espacio vital) comportaba reducir la población rusa y la que quedara convertirla en mano de obra esclava, además de los millones de población judíos que vivían en la Unión Soviética exterminados. Así que tampoco hacía falta demasiado para convencer a los rusos de cometer barbaridades al llegar a Prusia Oriental. Una cosa que recuerdo que me llamó la atención no sé si fue en este libro es lo alucinados que se quedaban los rusos cuando llegaron a Prusia Oriental y vieron la riqueza en la que vivían los alemanes, granjas y campo bien cuidado, no habían sufrido mucho por los bombardeos salvo las grandes ciudades, y la pobreza en la que estaba sumida Rusia, no entendían por qué siendo "ricos" en comparación habían ido a quitarles lo poco que tenían.
Obviamente la historia la escriben los vencedores y, al igual que ocurrió en Japón, los aliados occidentales emprendieron una campaña devastadora de proporciones bíblicas que destruyó las ciudades alemanas, y eso ocurrió en los últimos meses cuando el conflicto ya estaba ganado, era una especie de castigo a la población por no sublevarse contra los nazis. Nada más criminal que el bombardeo de Dresde el 13 de febrero de 1945, quedaban escasos días para el final de la guerra, una ciudad que aunque también tenía carácter industrial y era un nudo ferroviario en esos momentos ya no era significativo desde el punto de vista militar, y por supuesto su valor simbólico y artístico y era donde se habían refugiado civiles de todo el Este de Alemania. Murieron unas 40.000 personas y se destruyó todo el centro de la ciudad. Pero claro de eso se piden pocas cuentas.
El empeño de Stalin por llegar primero era compartido con Churchill, porque ya había empezado la guerra fría en el momento que los aliados se sabían ganadores. Churchill incluso pensaba que los rusos podían ser peores que los nazis. El problema para los occidentales es que EEUU no estaba por la labor de llegar primero a Berlín, efectivamente no quería arriesgar muchas vidas y recursos, porque le quedaba el remate japonés de la guerra. Luego dándose cuenta del error planeó el plan Marshall, para contrarrestar la extensión del comunismo por Europa, ese que no pasó por España (cosa que nos acabó de rematar).
Sí, en este libro se describe lo bien que vivían los alemanes comparados con los rusos y lo asombrados que estaban éstos de que quisieran compartir sus miserias. Claro, la cosa es que los alemanes no pensaban compartir las miserias de los rusos, sino utilizarlos como mano de obra esclava o ganar su territorio vacio de rusos. Idea a todas luces de locos, por imposible, pero bueno, otra de las ideas nazis alucinatorias (muchas eran increiblemente inconcebibles. Lo que resulta curioso es que tantos alemanes creyeran en ellas

). Yo, supongo, que tras la derrota en la IGM y la gran depresión y el alto costo de la derrota, los alemanes no vivirían tan bien como para apoyar a Hitler y su loco ideario, pero sí es verdad que en su alocada huída hacia adelante, Hitler había conseguido para los alemanes cierta prosperidad. También supongo que eran dos paises incomparables: Alemania era un país moderno y avanzado, europeo, aun con la derrota de la IGM y Rusia era un caos de país, más asiático que europeo, que después de cierta modernización con Pedro el Grande y Catalina la Grande, se había quedado, claramente, detrás en progreso social. Claro, lo que tenía y sigue teniendo, es un enorme potencial humano y de recursos, que debidamente centralizados (eso sí lo consiguió el regimen comunista: centrar esfuerzos tras las primeras derrotas de la IIGM) eran muy elevados.